El Congreso Judío Mundial protesta enérgicamente por la decisión unilateral del gobierno de Tajikistán, de derribar una sinagoga de un siglo de antigüedad en la ciudad capital, Dushanbe, la única casa judía de oración en todo ese país. Esta violación flagrante de los derechos civiles y religiosos de la comunidad judía de Tajikistán representa la negación de una añeja tradición de entendimiento, cooperación y tolerancia religiosa.
«El gobierno tajikistano ha actuado con descaro», declaró Bobby Brown, director de Relaciones Internacionales del Congreso Judío Mundial. «Los países civilizados no se quedarán de brazos cruzados mientras los derechos y la heredad de una comunidad minoritaria son pisoteados por un estado que aspira a ser admitido en la familia de las naciones. Nosotros plantearemos este despojo ante el gobierno de los Estados Unidos, la Unión Europea e importantes foros internacionales».
El gobierno de Tadjikistán aduce que la destrucción de la sinagoga es necesaria para llevar a cabo sus planes a fin de erigir un «complejo edilicio para un Palacio de las Naciones» y una nueva residencia presidencial precisamente en el lugar donde se asienta el tradicional barrio judío.
En la república de Tajikistán, en el Asia Central (que formó parte de la Unión Soviética), viven aproximadamente unos 500 judíos. En su mayoría son personas ancianas y empobrecidas. La mayoría demográfica de la comunidad habita en la capital, Dushanbe. Más de 10.000 judíos han emigrado de Tajikistán a Israel desde el colapso de la URSS. ◊
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