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Alemania marcó ayer el 73º aniversario del pogromo nazi que pavimentó el camino del Holocausto con ceremonias solemnes a través del país y la apertura de una nueva sinagoga.
El linchamiento Kristallnacht, también conocido como la Noche de los Vidrios Rotos, vio a matones nazis saquear negocios judíos en todo Alemania, prender fuego 300 sinagogas y llevar a cerca de 30.000 judíos para su deportación a campos de concentración.
La canciller Ángela Merkel llamó al 9 de noviembre de 1938 el “día de la vergüenza”. “Los alemanes cazaron a alemanes porque eran judíos”, dijo en una conferencia en Berlín.
“Esta locura culminó en un crimen sin precedentes, devastó al continente y costó la vida de millones en todo el mundo. Cuando hablamos aquí y hoy sobre el futuro, lo hacemos pensando sobre las víctimas de esta locura que rompió a nuestro país, en Alemania”, destacó.
Cerca de 90 judíos fueron asesinados en la orgía de violencia de la Kristallnacht, el pretexto fue el asesinato del diplomático alemán Ernst vorn Rath en París por un estudiante, Herschel Grynspan, quien buscó venganza por la expulsión de su familia de Alemania con cerca de 15.000 otros judíos polacos.
En todo el país ayer se llevaron a cabo conmemoraciones en los centros judíos comunitarios y sitios de ex sinagogas.
En la ciudad occidental Speyer, famoso por su majestuosa catedral católica romana, se inauguró una nueva sinagoga en presencia del presidente alemán Christian Wulff como símbolo del renacimiento de la vida judía en el país.
Antes de 1933 Alemania tenía una de las comunidades judías más fuertes de Europa con más de 530.000 miembros. Desde 1989, cuando había cerca de 30.000 judíos viviendo en Alemania, cerca de 220.000 más habían llegado de la ex Unión Soviética luego de que Berlín hiciera más fácil para ellos obtener la ciudadanía. A principios de los años ’90, más judíos estaban inmigrando a Alemania que a Israel.