Marco Schreuder, del Partido Verde austríaco, criticó hoy, jueves, la decisión del ministro de Relaciones Exteriores, Michael Spindelegger, de recibir, el martes, a su par iraní, Ali Akbar Salehi (foto), a pesar de las sanciones internacionales contra el funcionario de la república islámica.
“El representante de un régimen que persigue y asesina a los homosexuales, reprime salvajemente las mujeres, niega el Holocausto y amenaza a Israel con la destrucción debe enfrentar una clara oposición cuando aparece en Viena”, señaló en un comunicado.
En tanto, Karl Pfeifer, un experto en las relaciones austro-israelíes de Viena, declaró ayer, miércoles, al diario The Jerusalem Post que se trató de “una reunión sin resultados”.
“Austria le dio a una sangrienta dictadura la posibilidad de presentarse como un razonable país amante de la paz; sin embargo, la conferencia de prensa más bien me recordó a una siria: la mayoría de los periodistas tuvieron que estar de pie y sólo se les permitió hacer una pregunta a cuatro periodistas austríacos, en un típico ejercicio de futilidad”.
Por su parte, Spindelegger dijo que desea mantener “abiertos los canales de comunicación” con Irán, ya que los derechos humanos allí y el programa nuclear de ese país son temas de discusión.
Después de la reunión, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria expresó su decepción por el resultado de las conversaciones.
Según la prensa austríaca, los Estados Unidos y la Unión Europea acordaron permitirle a Salehi viajar a Viena, pero sigue estando en la lista de sancionados por su trabajo en el ilícito programa de enriquecimiento de uranio de Irán.
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