Un informe de las Fuerzas de Defensa de Israel reveló que la organización Hezbollah construyó búnkers y depósitos de armas en la región sur del Líbano.
En una nota firmada por importante jefe militares enviada a las embajadas israelíes dio detalles de la aceleración del proceso de fortificación de Hezbollah, en región fronteriza, una zona que se convirtió en un punto volátil desde el final de la guerra del Líbano de 2006.
"Hezbollah ha construido hasta 550 refugios en la región meridional del Líbano, con armas de diferentes calibre. Además, la organización ha construido 300 instalaciones subterráneas y 100 unidades de almacenamiento de municiones incluyendo cohetes, misiles y otras armas", indicaron los jefes militares en el documento.
En la nota también se advirtió que “muchos de estos centros de terror se encuentran cerca de hospitales, hogares y escuelas, de forma que Hezbollah busca tomar ventaja mezclándose entre la población civil de Líbano".
De acuerdo a lo puntualizado por el portal de noticias de Arutz Sheva, la táctica establecida de Hezbollah consiste en colocar a los combatientes y municiones entre la población civil, así puede denunciar cualquier respuesta israelí como un crimen de guerra.
La misión apunta a crear mala prensa de Israel cuando los civiles se convierten daños colaterales en los ataques de estos objetivos.
Un portavoz militar confirmó también un mapa publicado por el Washington Post que detalla los lugares exactos de estas instalaciones.
Durante la segunda guerra del Líbano, que duró 34 días en 2006, Hezbollah utilizó tácticas similares.
Se estima que Hezbollah cuenta con un arsenal de 40.000 cohetes de corto y mediano alcance almacenados en las aldeas al sur del río Litani.
Hezbolá también ha obtenido cohetes de largo alcance.
En 2006, la organización chiíta tenía sólo 14.000 cohetes.
Según el ejército israelí, Hezbolá tiene 20.000 combatientes, más de un tercio de los cuales han sido sometidos a entrenamiento de combate en Irán.
La guerra entre Israel y Hezbollah destruyó gran parte de las grandes infraestructuras del Líbano y dejó un saldo de más de 1.200 muertos en Líbano, principalmente civiles, y 160 israelíes, principalmente soldados.
La mayoría de los civiles libaneses muertos fueron daños colaterales de ataques contra objetivos militares legítimos Hezbollah había colocado en medio de ellos.
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