El parlamento israelí (Knesset) aprobó hoy un proyecto de ley que permite que el estado admita las conversiones de la Fuerza de Defensa de Israel (FDI) sin el permiso del jefe rabínico. La aprobación, sin embargo, es solo preliminar y necesita votos adicionales.
Ninguno de los presentes se abstuvo de votar y el proyecto pasó con 74 contra 18 a pesar de las protestas del jefe del partido ultra ortodoxo Shas, Eli Yishai, las cuales fueron centradas en una nota al líder de Yisrael Beiteinu y ministro de relaciones exteriores israelí, Avigdor Lieberman.
“Se lo pido desde el fondo de mi corazón. Por favor piense dos veces antes de pasar un proyecto luego del cual no sabe como continuar, dónde llevará. Por favor muestre responsabilidad y sáquelo de la mesa, permita que el jefe rabínico de Israel termine su materia técnica”, dijo. Shas está contando con el jefe rabínico Shlomo Amar para encontrar una escapatoria religiosa que les permita apoyar al proyecto.
Antes del voto la coalición decidió permitirles a los ministros votar libremente, dejando efectivamente que los de Shas se opongan sin romper el gobierno. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, alzó su voz en apoyo a la ley y predijo que pasará.
El miembro del Knesset Martin Rotem (Yisrael Beiteinu), quien propuso el proyecto, se pronunció contra la oferta de esperar al regreso de Amar.
“El jefe rabínico de la FDI dijo que lloró cuando vio que se cuestionaban las conversiones de los soldados. Aquellos que quieran escupir las caras de quienes han luchado por nosotros votarán contra el proyecto”, dijo Rotem durante el debate.
Además agregó: “No tengo nada contra Shas, pero supongo que tienen algo contra mi y contra los soldados”.
Lieberman elogió la aprobación del proyecto y dijo que no espera que haya “problemas o choques en la coalición”. También dijo que su partido continuará promoviendo sus valores en el Knesset.
“No puede haber solo un partido que alcance sus objetivos en la coalición”, dijo, en referencia a Shas. Lieberman agregó que la controversia por la ley no tenía nadad que ver con los partidos religiosos y seculares, ya que Abatí Hayehudi había votado a favor. “Es un tema profundo y serio”, expresó.
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