Jerusalén. – El Tribunal Supremo israelí (TSI) debatió ayer en una sesión especial los diferentes recursos que organizaciones israelíes y palestinas han presentado contra la verja de seguridad o muro que Israel está construyendo en Cisjordania. La conclusión de los jueces, encabezados por el presidente del TSI, Aharon Barak, es que el actual trazado del muro daña la vida diaria de muchos palestinos en Cisjordania, por lo que el Gobierno debe aprobar cambios en su trazado. Según un informe de las Naciones Unidas, unos 400.000 palestinos se ven perjudicados por este muro o «verja de seguridad».
Las recomendaciones del TSI se producen dos semanas antes del inicio de las sesiones del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que estudiará la legalidad del muro. El representante de la Fiscalía del Estado, Michael Blass, reconoció ante el Tribunal Supremo que el Gobierno «está reconsiderando» el trazado de la verja para acercarlo a la línea verde, la frontera de 1967 entre Israel y Cisjordania, y evitar el aislamiento de las localidades palestinas. Según Blass, «todo es dinámico y probablemente el trazado será cambiado para facilitar y aliviar lo máximo que podamos la vida de los palestinos». Blass dijo a los tres jueces que «la vida de los palestinos al lado de la verja no es fácil». Aun así, añadió: «No debemos olvidar que la vida en la céntrica calle Gaza de Jerusalén, en el restaurante Maxim de Haifa o en la cafetería Moment de Jerusalén tampoco es fácil y puede costarte la vida». El fiscal del Estado se refería a tres lugares específicos en los que se cometieron atentados suicidas palestinos y que provocaron decenas de muertes.
El Ejército israelí exige, por su parte, un presupuesto adicional de decenas de millones de dólares para financiar los cambios que debe hacer en el muro de seguridad. Según publicó ayer el diario «Haaretz», entre las obras que se prevén para reducir los perjuicios que ocasionan a los palestinos se cuenta la construcción de decenas de túneles y rutas que conectarán las aldeas rurales con los centros urbanos. El director del Consejo Nacional de Seguridad israelí, el general Guiora Eiland, reconoció el pasado domingo que los planificadores del muro, para evitar la infiltración de suicidas palestinos, no previeron el daño que provocaría en la vida de la población civil palestina. Con tal de corregir «dichos errores» fuentes del Gobierno israelí reconocieron que la extensión del muro de seguridad se reducirá en 100 kilómetros. La reducción, que dejará la valla en 600 kilómetros en lugar de los 700 previstos, es también producto de la presión y exigencias de Estados Unidos.
Este jueves, el Gobierno israelí debe decidir si envía representantes a las discusiones del Tribunal Internacional de Justicia sobre la legalidad del muro, que empezarán el lunes 23 de febrero. Mientras tanto, el dirigente palestino Yasser Abed Rabbo declaró ayer que si el primer ministro israelí, Ariel Sharon, continúa con su «plan de desconexión», evacuando unilateralmente colonias judías en la franja de Gaza, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) podría declarar unilateralmente el Estado palestino, con Jerusalén como capital. «No podemos imaginar una autoridad o Administración que trabaje en cantones», señaló Rabbo en referencia a la situación en Cisjordania una vez se concluya el muro.
Por otro lado, Sharon fue ayer intervenido de cálculos renales descubiertos anteanoche durante una revisión médica rutinaria. Tras la operación, Sharon, de 74 años, se trasladó a descansar a su granja de Los Sicomoros, en el desierto del Néguev.
Fte L.V.D.-HENRIQUE CYMERMAN