Turquía es el único aliado musulmán que tiene Israel en la región y Peres planeaba reunirse con el presidente turco Abdullah Gul aprovechando la presencia de ambos en Nueva York con motivo de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron tras la redada de mayo en la que fallecieron nueve personas, incluidos ocho turcos y un estadounidense de origen turco.
Peres dijo que Gul había exigido como condición una disculpa pública de Israel por esa redada y que el mandatario israelí se negó a ofrecerla. Gul atribuyó la suspensión del encuentro a problemas de agenda.
Pero Peres afirmó que "fijaron algunas condiciones que hacían que, a mi juicio, este encuentro no fuese positivo".
"Nuestra actitud hacia Turquía no ha cambiado. Eramos amigos y seguimos siendo amigos. Tal vez los turcos cambiaron de parecer. Eso es asunto de ellos", acotó. "No queremos empeorar las cosas y no vamos a fijar condiciones que son inaceptables".
Las Naciones Unidas están investigando el incidente. Israel se negó a cooperar, aduciendo que se trataba de una investigación tendenciosa.
Pero está cooperando con otra investigación separada, encabezada por el ex presidente colombiano Alvaro Uribe y el ex primer ministro neozelandés Geoffrey Palmer, en torno a los temas "que rodean el incidente".