No sucedía desde el mes de abril del año pasado en Cisjordania. Dos policías israelíes fueron hallados anoche agonizantes en su vehículo cerca del asentamiento de Masua, al sureste de Nablus y cerca del valle del Jordán, una zona vetada a las fuerzas de seguridad palestinas. Los agentes fallecieron poco después por heridas de bala. Nunca antes se había oído hablar de este grupo, y el hecho de que responda al nombre del líder militar de Hezbolá asesinado en febrero de 2008 en Damasco, en absoluto significa que el movimiento chií libanés tenga algo que ver con el ataque. Es frecuente que organizaciones palestinas -a veces no más de un puñado de individuos- utilicen los nombres de figuras prominentes de milicianos que luchan contra Israel.
El tiroteo se produjo en vísperas de que el Gobierno de Ehud Olmert, cuyo mandato está a punto de finalizar, vote hoy por primera vez, y como es preceptivo, su decisión final sobre el canje de 1.500 prisioneros palestinos por el soldado Gilad Shalit, capturado por Hamás en 2006. La suerte de Shalit depende de que Israel acepte las condiciones inamovibles del movimiento islamista para el canje. El sábado, el primer ministro envió a dos emisarios a El Cairo para ultimar un pacto en el que media Egipto. Si no se logra el acuerdo, más complicado se prevé con el nuevo Ejecutivo de Benjamín Netanyahu, muy reacio a ceder ante Hamas.