Una antigua frase del folklore judío dice que, ya entrados en el siglo XI, "La globalización no es una novedad para las ‘Idishes Mames’ orque ellas por los siglos de los siglos siempre han tenido que preocuparse por todo el mundo".
Tal es así que años de tradición y "ejercicio de la profesión" hicieron de las madres judías el referente por excelencia a la hora de rendirle homenaje a la labor maternal.
En cada casa, de cualquier nacionalidad y/o religión que se profese, hay un ejemplar de Idishe Mame, asumidas o no, ellas cuidan de sus hijos, nietos, hermanos y medio árbol genealógico más haciendo a un
lado sus propios deseos… ¡para luego reprocharlo por siempre!
En diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) tres personalidades que, a partir de haberlas padecido, les rinden constante homenaje a las madres judías, recordaron sus anécdotas y analizaron el perfil
completo de estos deliciosos ejemplares.
Gabriela Acher, en cuyo último espectáculo "Algo sobre mi madre. Todo sería demasiado…" deja en claro que no hace falta ser judía para ser una madre judía y recorre con humor las actitudes que las
caracterizan.
"Creo absolutamente que el estereotipo de madre judía le va a cualquier madre con la diferencia de que las judías lo asumen, las mujeres de cualquier religión se sienten reconocidas en ese personaje", dijo Acher a AJN.
Por su parte la actriz Mariana Briski, cuyo hijo Pedro de ocho años ya la está padeciendo, afirmó también en diálogo con esta agencia, que "las madres judías son las que asumieron ese hinchapelotismo (SIC). Lo
único que nos destaca de las demás es que nosotras nos hicimos cargo", ironizó.
Consultadas sobre su propia experiencia en su rol de mamás, ambas aseguraron haberse convertido en Idishes Mames, aunque con distintos grados en la escala evolutiva.
"Yo soy una hincha con mi hijo, Pedro lavate los dientes, Pedro no te olvides de la campera, Pedro ¿hiciste la tarea?, Pedro ¿estas bien?…Y él me dice ¡Maaaa no tengo nada! No me critico por ser así,
porque mi estilo es poder reírme de esto que me sale sin pensarlo, me divierto, me escucho y me digo: ¡qué insoportable que soy!", reflexionó Briski.
"Yo soy un modelo de Idishe Mame en todo menos en la comida. Yo cocino tan mal que a mi hijo siempre le digo: `Si te portás bien, te vas a la cama sin comer`. Sin embargo, lo soy, lo acepto resignada y no me
critico, el que me critica es mi hijo", sostuvo Acher.
Otra de las personas que incluso le dedica columnas de revistas a su Idishe Mame, es el guionista y humorista David Rotemberg, quien en su Moisésville natal no sólo fue víctima de una madre judía sino -como él
mismo aclara- "de una madre judía y viuda, rodeada de hijos varones", lo que potencia el efecto.
"En algún momento padecí a una Idishe Mame pero ahora ya de grande la puedo disfrutar. Recuerdo que yo miraba un partido de fútbol y mamá venía y me decía: "anda a cerrar el garage que quedó abierto" y yo le
decía: "termino el partido y voy". "Deja voy yo, decía ella" y en los últimos 4 minutos del partido la tenía que escuchar quejándose de sus dolores por haber hecho esfuerzos cerrando la puerta…", contó Rotemberg en una entrevista con AJN.
Tanto Gabriela Acher, como Mariana Briski y David Rotemberg no dudaron en hacer una especie de decálogo de las cualidades que distinguen a una madre judía y el resultado fue el siguiente: "El tema de la comida, de estar gordito como sinónimo de salud, el tema de la belleza, y el tema del abrigo son prioridades, después tiene que estar siempre preocupada por su hijo, cualquier teléfono que suene es algo que le pasó al nene, y por último, creer siempre que tu hijo es el mejor", afirmó Briski.
"Todas comparten estas tres características: la queja, la crítica y la sobreprotección", apuntó Acher.
"Abrigarte cuando hace 40 grados a la sombra, hacer de vos un perfecto inútil sobreprotegiéndote para que no hagas nada y después quejarse porque no sos como el hijo doctor de Rebecca. La comida es otro tema, debe cocinar muchísimo y excelentemente bien, como es el caso de mi mamá, ellas prueban todo y no cabe discusión de que la buena salud pasa por estar gordito", aseguró Rotemberg.
El humorista añadió: "Lo que para cualquier madre es un drama, para la madre judía es una tragedia, eso nos permite hacer una comedia y reírnos de nosotros mismos".
El folklore judío supo tomar ese estereotipo de mujer y hacer de él un valuarte que no puede faltar, en películas, libros, obras y cualquier manifestación cultural que represente un aspecto de la identidad
judía.
Por su belleza, su calidez y su incondicional entrega hacia los hijos, virtud que exponen todas las madres del mundo, merecen disfrutar su día… aunque después ¡nadie las ayude a lavar los platos!
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