El Trabzonspor-Sivasspor fue un encuentro muy bronco y tuvo que ser suspendido tras la invasión del campo por parte de la hinchada local, que arremetió contra los jugadores de ambos equipos. Balili denunció después el acoso de Ayman, que le llegó a dar una patada a la altura de la cara. El egipcio, sin embargo, alegó que todo fue un lance del juego. «No fue una acción intencionada. Hice una falta normal y el árbitro me mostró la cartulina amarilla», se defendió.
Balili, por su parte, no duda en afirmar que es feliz en Turquía, pero que mantiene conflictos con determinados jugadores. «He tenido problemas con Ayman (Trabzonspor), El Saka (Konyaspor) y a veces con Bashir (Rizespor), que intentan revivir la guerra árabe-israelí. Continuamente, me insultan o me pegan», explicó en declaraciones al diario turco Sabah.
El israelí quiere quedarse en Turquía cinco años más y confía en que se restablezca la tranquilidad. «Estos hechos son vergonzosos para el fútbol porque los deportistas deben dar la mano a la paz. Pero es una pena que algunos quieran la guerra. Y eso asusta», concluyó.
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