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Douglas, hijo de un inmigrante judío

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Es el padre de Michael Douglas, pero sobre todo es él mismo un gran actor. Que su hijo, con el tiempo, se haya vuelto más famoso que él es algo que a Kirk Douglas le da igual. «Es una forma de inmortalidad», comentó en una ocasión. Hoy, este veterano astro de Hollywood cumple 90 años. Y a pesar de una grave apoplejía, sigue teniendo una vida social activa. Hace poco, sin ir más lejos, sirvió sopa caliente a personas sin techo en el tradicional Día de Acción de Gracias.

En sus películas, Kirk Douglas tenía predilección por los malvados, los trepadores y los héroes sucios. Estuvo nominado al Oscar tres veces: por el papel de boxeador ambicioso y sin escrúpulos en El triunfador (1949), por el de productor de cine obsesionado con el poder en Cautivos del mal (1952) y por su impactante interpretación de Vincent van Gogh en Sed de vivir (1956), pero sólo recibió la dorada estatuilla en 1996, en forma honoraria.

A Douglas, hijo de un inmigrante judío ruso, le costó iniciar su carrera. Nacido como Issur Danielovitch Demsky, se crió con seis hermanas mayores en el barrio pobre de la ciudad industrial de Amsterdam, en el estado de Nueva York. «Si alguien decía ahí que quería ser actor, recibía una trompada en la cara», recordaba de aquellos tiempos. Con trabajos de portero y luchador en ferias se financió los estudios para poder asistir pronto a la escuela de actuación. Tras la guerra, lo ayudó la suerte. Su ex compañera de clases Lauren Bacall, que ya había ayudado al desconocido Douglas a conseguir pequeños papeles en Broadway, lo recomendó a los jefes de grandes estudios en Hollywood. Debutó en el cine en 1946 como marido alcohólico de Barbara Stanwyck en El extraño amor de Martha Ivers . En total, Douglas participó en más de 80 películas, y como muchos de los héroes que interpretó, Douglas nunca se dejó presionar desde arriba. No era exclusivo de ninguno de los grandes estudios; siempre insistió en defender su estilo en el trabajo y no le importaba romper un contrato si algo no era de su gusto.

En los años 50, fundó su propio estudio, al que bautizó con el nombre de su madre, Bryna Productions. Aprovechó esta nueva libertad para tratar material sensible. Así, financió la brillante película antibélica de Stanley Kubrick Patrulla infernal (1957), que en Francia fue tabú durante mucho tiempo.

Tres años después, como productor y protagonista de otra película de Kubrick, la superproducción Espartaco , Douglas contrató como guionista a Dalton Trumbo, a pesar de que éste estaba en la «lista negra» de artistas comunistas.

En los años 80, Douglas se fue retirando poco a poco del negocio del cine y aprovechó su popularidad para iniciativas humanitarias y sociales, por ejemplo, en las Naciones Unidas. Además, comenzó a escribir cada vez más.

Cuando en 1988 publicó su biografía, causó cierto revuelo en Hollywood con detalles sobre su vida sexual, sobre todo porque desde hace más de 50 años está casado con su segunda esposa, Anne.

Con su hijo Michael estuvo por primera vez delante de la cámara en 2003, en la comedia autobiográfica Herencia de familia . Para ese entonces, su vida ya había cambiado considerablemente. En 1991 sobrevivió a un accidente de helicóptero y en 1995 una apoplejía lo dejó físicamente marcado. Pero sus ganas de vivir no se vieron afectadas en lo más mínimo.
La Nacion

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