AJN. El gabinete de seguridad israelí acordó hoy el endurecimiento de la ofensiva militar la Franja de Gaza por el secuestro de un soldado, después de que el martes impactara un misil palestino Qassam en la ciudad costera de Ashkelon.
El movimiento radical islámico Hamás, cuyo brazo armado -las Brigadas de Izzeddin al Qassam- se atribuyó el ataque de ayer contra Ashkelon, respondió advirtiendo de un «baño de sangre» en las calles israelíes si no se detiene la ofensiva contra los territorios palestinos.
Israel se ve obligado a «cambiar las reglas del juego», dijo el primer ministro, Ehud Olmert, en una declaración. De acuerdo con el gobierno, el grupo de ministros que conforman el gabinete de seguridad aprobó este miércoles una «operación militar gradual de largo plazo» en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Sin embargo, la oficina de Olmert desmintió reportes de prensa según los cuales se iba a crear una zona de seguridad en el norte de la Franja de Gaza. Lo que sí se aprobó fueron nuevas acciones contra Hamas y los extremistas palestinos que lancen proyectiles Qassam contra territorio israelí.
El objetivo es que, en sus operaciones militares, el Ejército divida en diversas partes el territorio palestino y ataque infraestructuras «que sirven para el terror». Olmert calificó el ataque contra Ashkelon como una «grave escalada» de la violencia que tendrá graves consecuencias.
En la noche de hoy, otros dos cohetes Qassam producidos en Gaza impactaron en Ashkelon. Una portavoz del Ejército israelí dijo que uno aterrizó en un campo cerca de un barrio residencial en el sur de la ciudad y otro cayó en una zona industrial más al sur. Otros dos Qassam cayeron cerca de las comunidades israelíes de Nahal Oz y Zikim. El ejército añadió que no se registraron víctimas.
Por la noche también, el ejército israelí comenzó a enviar grandes cantidades de tropas terrestres y tanques al norte de Gaza, para unirse a fuerzas más pequeñas que ya están operando en el área desde el lunes, reportó Radio Israel. Los refuerzos tomarán posiciones en las dunas del norte de Ciudad de Gaza, desde donde se dispararon los cohetes.
Israel inició el miércoles de la semana pasada la operación «Lluvia de verano» para lograr la liberación del soldado israelí Gilad Shalit. Según publica hoy el diario «Yediot Ahronot», se cree que el joven uniformado es mantenido en un búnker subterráneo en algún lugar de la Franja de Gaza. Por la noche el ministro de Justicia Haim Ramon dijo a Radio Israel que ese país sabe «con certeza» que Shalit está vivo y retenido por militantes del movimiento radical islámico Hamas.
El diario israelí «Ha’aretz» citó a diplomáticos extranjeros que participan en la mediación con los secuestradores al indicar que los militantes palestinos que retienen al soldado relajaron las condiciones para liberarlo y ahora piden que Israel presente un cronograma para una futura liberación de prisioneros.
Mientras, Hamas, que encabeza el gobierno palestino, aseguró hoy que habrá un baño de sangre en las calles de Israel si el Estado judío continúa con sus amenazas y ataques en la Franja de Gaza.
«Si la ocupación estaba planeada para destruir la seguridad de nuestro pueblo, nuestro pueblo no será el único en perder la seguridad. Si continúa el baño de sangre en Gaza, las calles y comunidades de la entidad sionista (Israel) no se librarán del baño de sangre», aseguró Hamas en un comunicado.
«No vamos a permitir ningún intento de derrocar este gobierno», agrega el escrito, que advierte de una «dura y violenta respuesta contra Israel». El comunicado se dio a conocer después de que Israel lanzara ayer ataques nocturnos contra edificios controlados por Hamas, incluido, nuevamente, el Ministerio del Interior en Gaza, así como una escuela de Hamas y un campo de entrenamiento.
La acción israelí se produjo como respuesta al lanzamiento de un proyectil palestino que cayó en los terrenos de una escuela de la ciudad costera de Ashkelon, en el sur de Israel. Fue la primera vez que un misil palestino Qassam lograba llegar tan lejos en territorio israelí.
Durante el día continuó la violencia en los territorios palestinos. En un tiroteo entre soldados israelíes y extremistas palestinos en Beit Hanun, en el norte de la Franja de Gaza, murió un niño palestino de 11 años. Efectivos israelíes abatieron además en la localidad cisjordana de Jericó a un miembro de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa. Una portavoz militar dijo en Tel Aviv que el hombre quiso evitar ser detenido en su casa y trató de huir.
Al menos otras dos personas murieron a causa de una fuerte explosión en una casa en Gaza. Fuentes de la seguridad palestina sospechan que se debió a la detonación prematura de una bomba.
Asimismo, el Ejército israelí continuó este miércoles tratando de detener -infructuosamente- a más políticos de Hamas. Según testigos, soldados irrumpieron en la casa del presidente del Parlamento, Asis Dweik, in Ramala. También fueron registrados los domicilios de varios diputados de Hamas. Sin embargo, en ningún caso se encontraban los políticos en casa. Israel ya ha detenido a ocho ministros y 26 legisladores de Hamas.
Una corte militar israelí extendió hoy la detención del ministro palestino de Asuntos Religiosos Nayef Rjoub y los cuatro legisladores palestinos que habían sido arrestados con otros 60 altos oficiales de Hamas en Cisjordania la semana pasada.
Jawad Boulos, abogado de los oficiales arrestados, dijo que sus clientes no reconocen la autoridad de la corte para debatir sobre sus casos y consideraron que sus arrestos son una «bofetada en la cara» a las elecciones justas y democráticas que se realizaron en enero en las áreas autónomas palestinas. Varios otros oficiales arrestados de Hamas se presentarán mañana ante un tribunal en la base Ofer del Ejército, cerca de Ramala.
La escalada de violencia recibió entretanto nuevas críticas de la comunidad internacional. En Ginebra, el flamante Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas criticó hoy duramente la política israelí en los territorios palestinos, durante una sesión especial en su sede convocada para debatir una propuesta de resolución sobre la situación de los derechos humanos en los territorios palestinos.
De todas maneras, fue aplazada una resolución correspondiente que acusa a Tel Aviv de violar derechos humanos, que se votaría mañana. El borrador de la resolución había sido presentado por miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), China y Rusia.
En Washington la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, instó a Israel a tener una actitud moderada en el procedimiento militar contra los palestinos. Simultáneamente pidió que se ejerza presión sobre el movimiento radical islámico Hamas para que el soldado israelí secuestrado sea liberado y que concluyan los ataques con pequeños cohetes del tipo Qassam contra Israel.
En Damasco, un miembro del Buró Político de Hamas rechazó como «mentiras» reportes de que el jefe radical de esa oficina, Jaled Mashaal, hubiera abandonado Damasco tras una discusión con el presidente sirio, Bashar al Assad. Israel acusa a Mashaal de haber dispuesto la acción comando en la que fue secuestrado Shalit. Varios ministros israelíes habían amenazado nuevamente al líder de Hamas con su asesinato.
DPA