Agencia AJN.- Una panadería que se inauguró recientemente en Ámsterdam con el nombre de “Anne & Frank” cambiará su nombre después de una amplia crítica en redes sociales.
La panadería, que abrió sus puertas a principios de este mes, no lejos del antiguo escondite de la víctima del Holocausto AnaFrank y su familia, recibió miles de comentarios negativos en Twitter y otras redes sociales, donde había tratado de establecer una presencia por motivos promocionales, según la información publicada por medios locales.
A muchos comentaristas les pareció de mal gusto que los propietarios hicieran referencia a Ana Frank en el nombre de la panadería, que estaba escrita con una fuente antigua en la vitrina del local.
El propietario Roberto Barsoum quitó del cartel todas las palabras excepto “panadería”. Afirmó que cambiará oficialmente el nombre del establecimiento en la Cámara de Comercio de la ciudad.
Barsoum le confesó al diario holandés Het Parool que temía una reacción violenta cuando su compañero sugirió el nombre, pero que más tarde lo encontró demasiado atractivo para dejarlo pasar.
“Temía que el nombre causara ira, que la gente pensara que estaba tratando de explotar el nombre con fines comerciales”, declaró. Pero luego pensó que podrá ser también “un buen nombre, un signo de protesta”. “No creo que sea un abuso personal del nombre de Anne. Y es una tienda tan pequeña que no hará que nadie sea millonario”, se defendió Barsoum tras el escándalo.
Una familia de turistas italianos le comentó al periódico local De Stentor que se sentían incómodos en la panadería. Pero Aly Shawer, una viajera de los Estados Unidos, le dijo al medio que lo encontraba “apropiado” debido a su ubicación.
Ana Frank, su hermana, su madre y su padre se ocultaron de los nazis en 1942 y se escondieron con otros judíos en Prinsengracht 263 en Amsterdam durante dos años antes de ser capturados y enviados a campos de concentración y exterminio. De la familia de Ana Frank, solo su padre, Otto, sobrevivió al Holocausto. Editó diarios que ella había escrito en secreto y publicó en 1947 "El diario de una niña".
Se convirtió en un éxito de ventas internacional, convirtiendo a Ana Frank en una de las víctimas del Holocausto más conocidas del mundo y un ícono para las víctimas de la opresión racista.
Más de un millón de personas visitan su antiguo escondite cada año, lo que lo convierte en uno de los museos más populares de los Países Bajos.