Itongadol/AJN.- Dos investigadores de la Compañía de Desarrollo de Investigación Yissum de Israel en la Universidad Hebrea de Jerusalén están trabajando para hacer posible ingerir todo tipo de alimentos desde la comodidad del hogar y sin requerir de plantas ni animales.
No solo prevén la posibilidad de imprimir una comida completa, sino que también quieren que sea personalizada y nutritiva utilizando nanocelulosa, una fibra natural y comestible sin calorías.
La tecnología, desarrollada por los profesores Oded Shoseyov e Ido Braslavsky de la Facultad de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente Robert H. Smith en la Universidad Hebrea de Jerusalem, permitirá la impresión 3D de alimentos para su uso en hogares privados, en restaurantes, escuelas e instituciones de acuerdo con criterios predefinidos determinados por el consumidor. Su objetivo es cambiar la forma en que comemos, lo que comemos, cómo elaboramos nuestros alimentos, dónde lo compramos y qué cantidad utilizamos.
El profesor Shoseyov dice que la tecnología de impresión 3D tiene dos beneficios clave para el público. Una es crear alimentos basados en la dieta del consumidor y en lo que quiere comer. El segundo es evitar el desperdicio de comida.
"Estamos desperdiciando cerca del 30 por ciento de los alimentos que producimos antes de que se metan en la boca", explicó el profesor Shoseyov, "Ejemplo simple: cuando vamos al supermercado con la intención de cocinar algo, no siempre somos exactos". Sobre los diferentes ingredientes que compramos, muchas veces los materiales que compramos (verduras, un pedazo de carne donde cortamos la grasa) se desperdician".
Según Shoseyov, la impresión 3D puede abordar directamente este problema. Él usa la carne, el primer tipo de comida que el equipo está creando con esta tecnología, por ejemplo.
"Solo una pequeña fracción de carne de res se está desviando para hacer bistecs o hamburguesas. Otras partes se desperdician: los ligamentos y los tendones se tiran y se convierten en gelatina", comentó, indicando que con la impresora 3D, uno puede controlar la cantidad deseada de proteína y grasa.
Esta tecnología eventualmente será capaz de abastecer a una amplia variedad de poblaciones y mercados, incluidos los vegetarianos, los que sufren de colesterol alto, bajo en calorías y sin gluten, remarcaron los investigadores.
"Queremos permitir a los clientes preparar alimentos que serán personalizados para sus propias necesidades", afirmó Shoseyov. "Ya sea dietético, por ejemplo, pacientes con diabetes, estas personas pueden ser más conscientes del azúcar que consumen. Otros que sufren de presión arterial alta, demasiado sodio, también pueden crear algo que se adapte a su dieta".