Itongadol.- Al borde de morir con tan solo 25 años, el rapero nacido en Seattle se vio envuelto en un altercado con otro artista. Cuando el artista sufrió un intento de asesinato por parte un amigo suyo, todos asumieron que había sido Black quien lo había mandado a matar.
En ese momento entendió que su vida corría peligro y se volteo a Dios.
“Empecé a rezar y tres día después me llegó un llamado del sujeto en cuestión preguntándome si yo había tratado de matarlo, hablamos y aclaramos todo”.
Black explicó que así no se manejan las cosas en la calle, “disparas primero y haces preguntas después”.
Gracias a ese llamado milagroso Black decidió seguir un camino como judío ortodoxo. El incidente llevó a Black a embarcarse en lo que llamó “una seria misión para encontrar a Dios”. Comenzó la búsqueda para tener una verdadera relación con Dios, ya que sentía que le estaba faltando en su vida.
Black no era ajeno a la religión. Había nacido en el seno de una familia musulmana y se había convertido al cristianismo en sus años jóvenes en un esfuerzo de ser misionario. Pero algo sobre el judaísmo lo hacía sentir en casa.
“Vino a mi por mi cuenta”, explica Black. “Comencé leyendo el viejo testamento y le dije a Dios, estamos empezando de nuevo, vos y yo. Quiero ver y saber quién eres”.
Hoy en día, Black vive en Jerusalem con su familia, escribe y rapea bajo su nuevo nombre. Su último álbum “Lemala” fue lanzado el 27 de abril y el video de su nuevo single “Fly Away” obtuvo en menos de un mes 600.000 reproducciones en el canal de videos YouTube.
Él sigue buscando la manera de triunfar bajo su nuevo nombre D.Black, pero mucho cambió desde su segundo round como rapero. Ahora, junto a Dios.
Black pasó de ser un Gangster americano a ser un judío ortodoxo. Su música pasó a ser una herramienta de su ser espiritual y que lo ayuda a conectarse con otras personas.