Itongadol/AJN.- Por Roxana Levinson, corresponsal en Israel. El gobierno israelí acaba de adoptar una nueva política de asentamientos “que tiene en cuenta la postura del presidente Trump” en este tema. Sin embargo, el anuncio de la construcción de un nuevo asentamiento -una decisión tomada antes de la era Trump – ha generado una ola internacional de críticas y condenas.
El Gobierno de Israel decidió que no continuará – por el momento – las conversaciones con su par norteamericano sobre los asentamientos, debido a que no se han logrado acuerdos. Al mismo tiempo, el gabinete israelí adoptará una política de moderación. Se trata de un nuevo enfoque que, según explicó el primer ministro Binyamin Netanyahu a sus ministros, toma en cuenta la opinión del presidente Donald Trump en este aspecto.
Sin embargo, la promesa de construir un nuevo asentamiento para las familias evacuadas de Amona fue anterior al comienzo de las conversaciones, a que Trump estableciera su postura en este asunto e incluso anterior al comienzo de su mandato. Por tanto, el primer ministro Netanyahu anunció que cumplirá su promesa y el asentamiento se levantará.
Este anuncio ha generado una serie de expresiones de repudio y condena de la comunidad internacional, que se intensificó durante el fin de semana. Las primeras llegaron desde la Unión Europea, Francia y Gran Bretaña.
El ministro británico de Relaciones Exteriores, Boris Johnson – habitualmente un abierto amigo de Israel – difundió un comunicado en el que no escondió ni intentó simular la indignación que le produjo el anuncio del gobierno israelí sobre la construcción de un nuevo asentamiento. “Gran Bretaña condena firmemente la decisión del gobierno israelí de construir un nuevo asentamiento en la Margen Occidental, la primera decisión oficial de este tipo en más de 25 años”, escribió Johnson. El funcionario también expresó su “decepción” por los planes de Israel de confiscar tierras y declararlas como pertenecientes al Estado, para la construcción de unas 2.000 unidades de vivienda “a pesar de la significativa preocupación de la comunidad internacional”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también condenó el anuncio del gobierno israelí y expresó – a través de su portavoz – Stéphane Dujarric – que “ha tomado nota con decepción y alarma” de esta decisión.
“Las actividades de asentamientos son ilegales en virtud del Derecho Internacional y representan un obstáculo para la paz”, señaló Guterres y advirtió que “no hay plan B a que israelíes y palestinos vivan juntos en paz y seguridad”.
De acuerdo con el portavoz, Guterres condena “todas las acciones unilaterales que, como la actual, amenazan la paz y minan la solución de dos estados”.
Sólo la Casa Blanca se abstuvo de condenar y eligió guardar silencio, al menos por ahora.