AJN/Itongadol.- Mmusi Maimane, el carismático líder de la oposición sudafricana, se encuentra en una visita privada de bajo perfil a Israel, dos días después de que el presidente sudafricano Jacob Zuma pidió a sus compatriotas que no visitaran el país. La visita no fue organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, aunque facilitó la creación de reuniones.
Maimane está acompañado por Michael Bagraim, un miembro del parlamento judío del partido de la Alianza Democrática (DA) de Maimane, y se espera que se reúna durante su estancia con el primer ministro Binyamin Netanyahu y otros altos funcionarios, entre ellos el jefe de la oposición Isaac Herzog y el alcalde de Jerusalem, Nir Barkat. El líder de la oposición sudafricana ha sido descrito por los funcionarios diplomáticos como de "mente abierta" sobre Israel.
Un funcionario diplomático dijo que la visita de Maimane es parte de los esfuerzos tanto de Israel como de partidarios pro-Israel en Sudáfrica, para desarrollar relaciones positivas con figuras clave en el país, cuyo actual líder ha tomado estridentes posiciones anti-Israel.
Zuma, en una conferencia el domingo por el 105º aniversario del Congreso Nacional Africano, dijo que "el pueblo de Palestina continúa sufriendo en su legítima búsqueda de autodeterminación" y añadió: “Reiteramos que desalentamos firmemente los viajes a Israel por causas no relacionadas con el fomento de la paz en la región. Hacemos un llamado a la unidad en Palestina y apoyamos la resolución 2334 del Consejo de Seguridad de la ONU de diciembre de 2016".
Mientras tanto, el presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, llegó a Israel el martes para una visita de cuatro días, la primera de un presidente de ese país. Netanyahu visitó, por primera vez desde 1987, el este de África durante el verano y está programando visitar África occidental este año. Koroma se reunirá con Netanyahu el miércoles y entre los temas que se espera debatir -al margen de las relaciones bilaterales- se encuentran las pautas de votación de Israel en los foros internacionales, así como los esfuerzos de Israel para obtener el estatus de observador en la Unión Africana, que perdió hace más de una década.