El kirchnerismo puso en marcha un mecanismo judicial tendiente a que jueces más cercanos a sus deseos resuelvan en la causa en la que se tiene que decidir si se reabre o no la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina Kirchner.
Ya fue rechazada por el juez Daniel Rafecas y otra vez la Sala I de la Casación debe decidir si hay delito en lo que denunció el fiscal. Los jueces de ese tribunal son Ana María Figueroa, cercana al kirchnerismo, Gustavo Hornos y Mariano Borinsky.
En una causa paralela, el ex canciller Héctor Timerman está acusado de traición a la patria por haber negociado el pacto con Irán a sabiendas de que eran sospechosos del atentado contra la AMIA. La Sala IV de la Cámara de Casación debe resolver en esa causa. Ese tribunal está integrado por Borinsky, Hornos y Juan Carlos Gemignani.
Ahora bien, ayer Timerman se presentó ante la Justicia y dijo que en ambos expedientes se investiga lo mismo -si hay delito en el memo con Irán- por lo que dijo que debe intervenir la Sala I de la Casación.
Pero no con los actuales integrantes, sino que Borinsky y Hornos deben inhibirse porque ya están inhibidos para entender en la causa AMIA y sus conexas. Timerman, con el asesoramiento del abogado Alejandro Rúa, sostiene que los jueces de Casación Alejandro Slokar, Pedro David, Gustavo Hornos, Liliana Catucci, Mariano Borinsky, Eduardo Riggi se excusaron de intervenir en la causa AMIA y conexas y que Gemignani está recusado. Por eso Rúa indicó que si consintieron la excusación antes cuando debían fallar sobre la constitucionalidad del memo, no pueden ahora intervenir en la denuncia de Nisman, ligada al pacto.
Timerman quiere que, con estos jueces fuera del caso, los únicos magistrados de la Casación que puedan intervenir sean Figueroa, cercana al kirchnerismo, y Ángela Ledesma, más garantista. Rúa dijo en su escrito que si los jueces no podían decidir antes sobre el memo, tampoco pueden hacerlo ahora. La Casación resolverá.