Funcionarios israelíes debatieron la posibilidad de armar a algunos civiles de la Franja de Gaza para que protejan los convoyes de ayuda al enclave asediado, como parte de una planificación más amplia de los suministros humanitarios tras el fin de los combates.
Con el orden civil cada vez más tenso y con la policía municipal negándose a proporcionar seguridad a los convoyes por el riesgo de ser blanco de las fuerzas israelíes, la cuestión de la distribución segura de los suministros se convirtió en un problema importante.
Los civiles no estarían vinculados a grupos militantes, incluido Hamás, pero sigue sin estar claro quiénes podrían ser los que reciban las armas.
La Oficina del Primer Ministro (PMO) Netanyahu se negó a realizar comentarios sobre el tema, una semana después de que decenas de palestinos murieran en un incidente en el que una multitud rodeó un convoy de camiones de ayuda que entraba en el norte de Gaza y las tropas abrieron fuego contra quienes, según el ejército israelí, habían intentado abalanzarse sobre ellos.
El incidente puso de manifiesto las caóticas condiciones en las que se entregó la ayuda al enclave costero palestino, donde Naciones Unidas advirtió de la creciente amenaza de hambruna tras más de cinco meses de guerra.