Itongadol.- Para los pistoleros enmascarados del campo de refugiados de Yenín, el ataque no anunciado de Israel contra la Yihad Islámica en Gaza el viernes puede haber sido una pequeña sorpresa después de meses de enfrentamientos que han elevado constantemente el perfil del grupo militante respaldado por Irán.
Al disparar al aire durante un mitin a finales del mes pasado para conmemorar a tres jóvenes asesinados 40 días antes, fueron amonestados por una voz de la multitud que gritó: «¡Guarden su munición para los días negros que se avecinan!».
El bombardeo del fin de semana de los aviones israelíes sobre Gaza y los cientos de cohetes lanzados hacia Israel desde Gaza fueron el mayor enfrentamiento transfronterizo en más de un año.
Israel centró su operación contra la Yihad Islámica, a la que califica de apoderada de Irán, mientras evitaba cuidadosamente un enfrentamiento directo con el grupo Hamás, más grande y poderoso, que gobierna la Franja de Gaza.
Sin embargo, el conflicto se produjo después de enfrentamientos regulares en ciudades de Cisjordania y se desencadenó con la detención en la ciudad de Yenín de Bassam Al-Saadi, un alto dirigente del movimiento.
Fundada en 1981 por el médico Fathi Shiqaqi y otros radicales, la Yihad Islámica echó raíces en los campamentos de refugiados palestinos que salpican Gaza y la cercana Cisjordania. A lo largo de los años, ha llevado a cabo una serie de atentados suicidas y ataques con armas de fuego contra israelíes, así como el lanzamiento de cohetes.
Para el grupo, catalogado como organización terrorista por Occidente, el bombardeo de Gaza tuvo un alto coste, con la muerte de dos altos mandos, mientras que Hamás se negó a hacer más que ofrecer un limitado apoyo verbal.
La Yihad Islámica ha rechazado cualquier compromiso con Israel y se ha negado a participar en las elecciones de la Autoridad Palestina. Pero los combates le han permitido reforzar su reivindicación de estar al frente de la lucha contra Israel, ocho años después de que fracasaran las conversaciones de paz con la mediación de Estados Unidos.
Dado que la Autoridad Palestina es vista por muchos en los campos como algo fuera de lugar y comprometida por su relación con Israel, el movimiento ha ofrecido a los jóvenes reclutas una visión radical de la resistencia, sin limitaciones por la necesidad de gobernar.
Esto lo diferencia incluso de Hamás, el archienemigo de Israel, cuya responsabilidad sobre la vida diaria de 2,3 millones de personas en Gaza le obliga a sopesar cuidadosamente los riesgos de otra guerra.
Aunque los enfrentamientos del fin de semana se concentraron en Gaza, las detenciones de dirigentes de la Yihad Islámica en Cisjordania han puesto de manifiesto la fuerza del movimiento en ciudades como Yenín y Nablús, lo que sugiere que pueden producirse nuevos combates.
En lo que va de año, al menos 400 personas de Yenín han sido detenidas y 30 han muerto a manos de las fuerzas israelíes, según cifras de la Sociedad de Prisioneros de Palestina, entre las que se encuentran algunas que estaban llevando a cabo ataques en Israel.
«No se puede encontrar un conjunto de células militantes como las de Yenín en ningún otro lugar», dijo Michael Milshtein, antiguo funcionario de COGAT, la autoridad militar israelí que supervisa Cisjordania. Esto es problemático tanto para Israel como para la Autoridad Palestina, añadió.
Yenín atrajo la atención mundial en mayo, cuando la periodista de Al Jazeera Shireen Abu Akleh fue asesinada mientras informaba sobre una redada del ejército en su abarrotado campo de refugiados. Pero la desaliñada ciudad del norte tiene una larga tradición de resistencia que se remonta a los días del mandato británico de preguerra antes de la creación de Israel.
Durante la Segunda Intifada, las fuerzas israelíes libraron encarnizados combates en su laberinto de callejuelas, demoliendo gran parte del campo. En los últimos meses, los enfrentamientos han sido frecuentes, pero las estimaciones precisas de la fuerza del grupo son escasas.
Según el Manual Mundial de la CIA, las estimaciones del año pasado oscilaban entre 1.000 y varios miles. Un portavoz militar israelí dijo que Israel estimaba el número total de agentes de la Yihad Islámica en unos 10.000.
Funcionarios israelíes afirman que sus ataques aéreos en Gaza han hecho perder al grupo importantes capacidades de lanzamiento de cohetes y antitanques y han socavado sus estructuras de mando y control.
Pero el portavoz de la Yihad Islámica, Musab Al-Braim, dijo que la pérdida de sus líderes podía ser absorbida y que controlaba «el elemento humano, el milagro humano que puede reparar las capacidades».
Los pistoleros que desfilaban en el mitin de Yenín en una plaza junto a la calle principal blandían una serie de armas de fuego, incluidos rifles M-16 y armas automáticas más modernas utilizadas por las fuerzas israelíes, disparando ocasionalmente hacia el cielo nocturno.
Pequeños y de complexión ligera bajo sus máscaras y equipos de combate camuflados, muchos parecían no ser más que adolescentes.