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La insólita publicación de Reuters respecto al terrorista palestino

Por M S
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Mahmoud Aleiwat, un joven palestino de 13 años, está acusado de abrir fuego en un ataque terrorista el 28 de enero en Jerusalem Este, en el que dos personas resultaron heridas. Durante el tiroteo, Aleiwat fue herido de bala por la Policías de Fronteras Israelí. La noche anterior tras días de violencia en Cisjordania y la Franja de Gaza, en una sinagoga en la zona de Neve Yaakov, también en la capital israelí, un terrorista palestino asesinó a siete personas.

Artículo publicado en Reuters:

A mediados de la semana pasada, Mahmoud Aleiwat, palestino de 13 años, estaba presionando a sus profesores para que le dieran el informe escolar que necesitaba para poder ir a un colegio de Jerusalem a formarse como chef.

Tres días después, yacía inconsciente en el hospital acusado de abrir fuego contra un grupo de transeúntes israelíes en el barrio de Silwan de Jerusalem.

Dos personas resultaron heridas de gravedad y Aleiwat fue herido de bala por uno de los miembros del grupo. La policía no nombró públicamente a ningún sospechoso, pero su abogado señaló que acusan a Aleiwat de abrir fuego e intento de asesinato, acusaciones que su familia rechaza.

La policía israelí, que calificó el tiroteo de atentado terrorista, aseguró que fue perpetrado por un joven de 13 años, lo que provocó una conmoción generalizada y subrayó el temor a los denominados atentados de «lobo solitario», perpetrados por individuos sin vínculos con grupos políticos o militantes.

Las personas que conocían a Aleiwat están desconcertadas acerca de lo que podría haberlo impulsado a llevar a cabo tal acto.

Aunque creció en Silwan, un hervidero de tensiones palestino-israelíes cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalem, Aleiwat no había mostrado interés por la política, según dijeron a Reuters profesores, familiares y niños de su zona.

Describieron a un adolescente popular, de fuerte personalidad, apasionado del fútbol y con la ambición de ser cocinero.

«Estaba haciendo un esfuerzo visible. Desde el comienzo de este curso, sacó sobresaliente en tres de sus clases: estudios sociales, matemáticas y religión. Por eso (la noticia) nos conmocionó tanto», declaró Souhair Mikkawi, de 57 años, directora de la escuela.

Según ella, días antes del incidente, el niño había estado presionando para que le dieran su informe y poder trasladarse a la universidad, diciéndole: «Señorita, por favor, no me iré a casa hasta que me den el boletín de notas. Si se me pasa el plazo de solicitud, estaré destrozado».

El atentado del 28 de enero en Silwan forma parte de una reciente oleada de violencia en Jerusalem y en Cisjordania ocupada por Israel.

La noche anterior, un terrorista palestino mató a siete personas cerca de una sinagoga en una parte de Jerusalem anexionada por Israel tras la guerra de 1967. El día anterior, una operación israelí en la ciudad cisjordana de Jenín causó la muerte de 10 palestinos, entre ellos ocho terroristas, el mayor número de víctimas mortales en un solo día en lo que las autoridades palestinas ya habían declarado como un mes sangriento.

Tensiones en Silwan.

El abogado de Mahmoud expresó que los padres y dos de sus hermanos fueron detenidos tras el ataque. Los padres y uno de los hermanos fueron posteriormente puestos en libertad tras ser interrogados. A los padres se les prohibió hablar con los medios de comunicación durante 30 días, explicó el abogado.

«Él no cometió el atentado. La familia dice que estaba allí por casualidad y que le dispararon», agregó.

Un portavoz de la policía israelí dijo que se estaba llevando a cabo una investigación y no quiso dar más detalles.

Las imágenes difundidas en las redes sociales parecen mostrar a una persona disparando con una pistola a un grupo que camina por una calle antes de que al menos uno de ellos devuelva los disparos, alcanzando aparentemente al tirador. Reuters no pudo verificar el video de forma independiente.

Silwan, donde se produjo el incidente, ha sido durante mucho tiempo un foco de tensión entre israelíes y palestinos. Se encuentra a la sombra de la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalem, que fue capturada por Israel en 1967 y anexionada junto con otras partes de Jerusalem Este, una medida no reconocida internacionalmente.

Israel considera que toda la ciudad es su capital «eterna e indivisible». Los palestinos, por su parte, quieren que Jerusalem Este sea la capital de un futuro Estado formado por Cisjordania y Gaza.

Muchos judíos creen que la antigua Ciudad de David estaba en el emplazamiento de Silwan y los colonos judíos compraron propiedades allí, lo que los palestinos consideran parte de una política para expulsarlos.

Unos 600 colonos viven actualmente entre 50.000 palestinos en Silwan, según Aviv Tatarsky, de Ir Amim, organización israelí que supervisa los asentamientos judíos en Jerusalem Este.

La violencia había estallado en Silwan unos días antes del incidente del 28 de enero, cuando Wadi’ Abu Ramuz, palestino de 17 años que vivía en la calle de Aleiwat, resultó herido durante los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad israelíes. Posteriormente falleció.

La policía israelí declaró que se habían lanzado explosivos y fuegos artificiales contra la policía durante los disturbios y que un agente que sintió que su vida corría peligro disparó e hirió a dos sospechosos. Se descubrió que los sospechosos, cuyo nombre no se dio a conocer, llevaban una bandera de Hamás, el grupo islamista palestino que dirige Gaza.

No puedo creerlo.

La madre de Abu Ramuz, Hadeel, declaró que su hijo no participó en los enfrentamientos, pero que recibió un disparo cuando intentaba poner a salvo a un amigo herido. Además, añadió que tres palestinos habían resultado heridos.

Los carteles de Abu Ramuz con el logotipo de Fatah, la facción palestina dominante en Cisjordania, estaban pegados en las paredes de Silwan cuando Reuters visitó el barrio esta semana.

Zaki Abbasi, tío de Aleiwat, detalló que no creía que su sobrino conociera bien a Abu Ramuz, señalando la diferencia de edad entre ambos.

Abbasi destacó que la familia no tenía vínculos con movimientos políticos palestinos y que no había estado buscando problemas, afirmando que el hermano mayor de Aleiwat se estaba preparando para casarse.

Tras el ataque del 28 de enero, las fuerzas israelíes tomaron el control de la casa familiar de Aleiwat y el gobierno ordenó sellarla. Esto supuso un cambio de política, ya que Israel sólo suele ordenar este tipo de acciones tras atentados mortales.

«No puedo creer que esto esté ocurriendo. Los jóvenes ven cosas en las redes sociales. Nadie sabe qué puede haberle pasado», dijo Abbasi sobre Aleiwat.

Los dos hijos de Abbasi, cercanos a la edad de Aleiwat, describieron a su primo como compasivo y mencionaron que jugaba al fútbol después de la escuela la mayoría de los días, en ocasiones tomando la iniciativa en la organización de equipos.

Abbasi y otros parientes expresaron que la familia de Aleiwat había temido durante años que su casa fuera demolida porque se construyó sin los permisos israelíes necesarios.

Un portavoz del ayuntamiento de Jerusalem declaró que hace unos 20 años se emitió una orden de demolición por «infracciones de construcción».

El año pasado, 10 casas de Silwan fueron demolidas por construcción ilegal, aseguró el portavoz, añadiendo que las órdenes de demolición se aplicaban regularmente en toda la ciudad de acuerdo con la ley y en coordinación con la policía.

El grupo israelí Ir Amim afirma que en 2022 se demolieron 24 estructuras palestinas en Silwan, mientras que grupos de defensa de los derechos advierten que a los palestinos les resulta casi imposible conseguir permisos de construcción en Jerusalem Este.

El padre de Aleiwat, que trabaja en un hotel lavando platos como uno de los dos empleos que tiene para llegar a fin de mes, no hizo comentarios sobre política a sus colegas, señaló Mahmoud Mir’i, el jefe de cocina del hotel.

El administrador de la escuela de Aleiwat, Hayat al-Husseini, destacó que la pasión del niño de 13 años era el fútbol.

»Quería ser como Messi», decía. »Eso era lo que le importaba. Lo que ocurrió, lo que pasó por su cabeza, no lo sabemos», concluyó Hayat al-Husseini.

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