Agencia AJN.- La normalización de las relaciones de Israel con los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos dejó mucho más que un hito diplomático. Los beneficios culturales, tecnológicos y económicos fueron arrolladores.
El 2020 sin dudas será recordado como uno de los peores años del siglo XXI. La pandemia del coronavirus dejó tristeza y crisis en todos los rincones del mundo. Sin embargo, en este contexto tan difícil, Medio Oriente vislumbró un cambio positivo e Israel, con la mediación de Estados Unidos, logró firmar acuerdos de normalización de sus relaciones diplomáticas con cuatro países árabes: los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos.
La ceremonia histórica en la Casa Blanca realizada el 15 de septiembre dejó una foto inolvidable. Allí, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump; el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y los ministros de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos y de Bahréin concretaron la firma de “los Acuerdos de Abraham”. Sólo poco más de un mes después, el 23 de octubre, se anunciaba el establecimiento de relaciones con Sudán. Y antes de finalizar el año, el 10 de diciembre, llegaron las noticias de Marruecos.
El jugador clave
Todos estos acuerdos fueron logrados con el patrocinio de Estados Unidos. Pero nada hubiera sido posible sin la injerencia fundamental del asesor principal y yerno de Trump, Jared Kushner. El paso sin pena ni gloria del anuncio del “Acuerdo del Siglo” con los palestinos pronto quedó en el olvido ante semejante victoria en Medio Oriente. Su rol diplomático propició un cambio en la dinámica de la región, reduciendo conflictos y conectando cultura, economía y cooperación.
Vuelos sin precedentes
Un vuelo de la aerolínea israelí El Al aterrizó el 31 de agosto en Abu Dabi y se convirtió en el primer vuelo comercial de pasajeros de Israel a los Emiratos Árabes Unidos, después de que ambos países acordaran restablecer sus relaciones diplomáticas.
La palabra paz fue escrita en árabe, hebreo e inglés en el avión, para celebrar el vuelo en el que viajaron, entre otros, Jared Kushner y el asesor de seguridad nacional israelí, Meir Ben-Shabbat. Y fueron ellos dos también los que encabezaron la delegación israelí-estadounidense que tomó el primer vuelo de Israel a Marruecos el 22 de diciembre.
Tras su llegada a Marruecos, los miembros de la delegación se reunieron con funcionarios del gobierno marroquí, incluidos el Rey y el Primer Ministro. Sus discusiones se centraron en mejorar rápidamente las relaciones entre los países en los campos del turismo, la seguridad y la economía, junto con el establecimiento mutuo de embajadas en los países.
Las redes sociales no se quedaron atrás
Con los lazos formales entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, la infinidad de expresiones de afecto ente emiratíes e israelíes fueron las primeras señales que algo estaba comenzando a cambiar en Medio Oriente.
En medio de toda la diplomacia, hombres y mujeres emiratíes e israelíes comenzaron a construir puentes entre ambos pueblos. En la era digital, y en medio de una pandemia mundial que limita los encuentros presenciales, las redes sociales fueron el marco para los primeros mensajes de afecto. El amor incansable y la lucha por la paz fueron el principal motor de esos logros sin precedentes.
Lorena Khateeb, que trabaja en el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel dentro del Departamento de Diplomacia Digital, fue una de las principales voces que tendieron sus brazos a los emiratíes. Con mensajes en árabe, logró acercarse a la comunidad emiratí, llevando los gestos de amor y cariño de los israelíes a sus nuevos amigos del Golfo.
Otros ejemplos fundamentales de las redes fueron el de la cuenta de Twitter Sharaka, creada especialmente para conectar “a la gente del Golfo e Israel para un futuro más brillante juntos”; y la del empresario multimillonario Hassan Sajwani, que en las últimas semanas envió una gran cantidad de mensajes festejando el entendimiento entre EAU y el Estado Hebreo.
La innovación como un factor a considerar
Israel y los EAU comparten una mentalidad similar sobre la necesidad de la innovación, la investigación y la ciencia y la tecnología como pilares de una economía basada en el conocimiento, altamente productiva y competitiva. Ambos países se centran en un enfoque impulsado por los empresarios en un entorno favorable a los negocios en el que los sectores público y privado forman asociaciones eficaces.
La Autoridad de la Innovación de Israel se asoció con entidades paralelas en los EAU, tanto a nivel federal como estatal, como el Ministerio de Industria y Tecnologías Avanzadas y la Oficina de Inversiones de Abu Dabi, además de los socios de innovación, como la Fundación del Futuro de Dubái.
Además, Start-Up Nation Central, una organización sin fines de lucro que tiene como objetivo conectar a las empresas de nueva creación israelíes con corporaciones, gobiernos y organizaciones de todo el mundo, está estableciendo una red de más de 1.000 líderes empresariales y tecnológicos de los Emiratos Árabes Unidos e Israel.
La llamada “UAE-IL Tech Zone” es promocionada como “la primera comunidad de su tipo”, el objetivo es vincular los ecosistemas de innovación de ambas partes, dijeron los fundadores en un comunicado.
Pero sumado a los acuerdos gubernamentales o de organizaciones, también comenzaron las colaboraciones privadas particulares. Un ejemplo es el de la empresa israelí Sight Diagnostics, que analiza muestras de sangre con un pequeño aparato en minutos, que cerró un acuerdo para instalar sus productos en los EAU. Sólo un ejemplo de las decenas de intercambios que ya se están concretando.
Cultura, deportes y religión, las aristas que también salieron ganando
Algunos podrían creer que las diferencias religiosas podrían ser una piedra en el camino de la paz. Sin embargo, todo lo contrario ha ocurrido tras la firma de los acuerdos.
La semana pasada, Itzjak Yosef se convirtió en el primer Gran Rabino de Israel en funciones en visitar un país árabe, tras su reunión con funcionarios de los Emiratos Árabes Unidos, como los ministros de tolerancia, cultura y salud.
Asimismo, sólo una semana antes, miembros de la delegación de activistas sociales de los Emiratos Árabes Unidos y de Bahréin encendieron la quinta vela de Jánuca en la ceremonia oficial que Israel realiza en el Muro de los Lamentos, y la misma festividad se celebró en Dubái con israelíes que viajaron especialmente para la ocasión.
En el ámbito cultural, entre otras cuestiones, se anunció la apertura del primer instituto de lengua hebrea en los EAU el próximo año, para enseñar lecciones de hebreo, cultura y cocina israelí a los emiratíes, empresarios y personas que viven allí.
Finalmente, en el sector deportivo, el mundo se sorprendió cuando el propietario de Beitar Jerusalem, Moshe Hogeg, presentó a su nuevo socio, el empresario emiratí Hamad bin Khalifa Al Nahyan, un miembro de la familia real de Abu Dabi, que compró el 50 por ciento del equipo.
Beneficios sin límites
OurCrowd, una firma de capital de riesgo de crowdfunding con sede en Jerusalem, afirmó el martes que firmó un acuerdo con Phoenix Capital LLC, una empresa de desarrollo comercial con sede en Dubái, para aumentar los lazos comerciales y tecnológicos entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos.
Fue la primera alianza anunciada entre una corporación de los Emiratos Árabes Unidos y una importante empresa de inversión de riesgo israelí. Fue la primera. Pero los beneficios de la normalización de relaciones entre ambos países parece no tener límites.