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Coronavirus: En Israel, dos argentinas convierten sus casas en jardines de infantes

Por Iton Gadol
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Itongadol/Agencia AJN.- Israel se encuentra actualmente en un proceso de regreso a las clases escalonado, luego de que las escuelas se mantuvieran totalmente cerradas desde el 15 de marzo por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, dos argentinas tomaron una gran iniciativa y contaron a la Agencia AJN la ayuda que brindan a los padres para poder cuidar a los niños en medio de la cuarentena.

Se trata de Dorita Sirosky y Numi Rosenstein, que tienen un Gan (jardín de infantes) en Kfar Saba, donde reciben a chicos de 6 meses a 3 años. Con el comienzo de la cuarentana, debieron cerrar sus puertas, pero cuando las medidas comenzaron a flexibilizarse, pudieron empezar a cuidar niños en sus propias casas.

Actualmente, en Israel los chicos volvieron a las aulas, pero en grupos mucho más reducidos y sólo tres veces por semana. Por eso es que la iniciativa de estas dos mujeres es tan importante para aquellos padres que tienen que volver a sus trabajos pero no tienen dónde dejar a sus hijos.

-¿Cuándo llegaron a Israel y cómo nació su Gan?

Numi Rosenstein:- Dorita está en Israel desde hace 30 años y el 1° de enero de 1995 abrió el “Gan Chico”. Yo llegué en el año 2002 y hace 10 años que trabajo allí. Ya pasaron por este Gan más de 800 chicos y hoy en día hay soldados que pasan por la puerta, tocan timbre y emocionados dicen ‘aquí crecí yo, ¿puedo pasar?’

Es un Gan donde no todos los chicos que vienen son argentinos, pero nosotros hablamos mucho castellano con los chicos y los padres están muy interesados en eso. Dorita les hace una o dos veces por año empanadas a todos los padres, en todas las festividades.

-¿En qué consiste la iniciativa que comenzó con la pandemia del coronavirus?

Numi Rosenstein:- Desde el 15 de marzo, Israel entró en cuarentena, donde se cerraron escuelas, jardines y todo lo que no era parte de los servicios esenciales, como hospitales, supermercados, centros médicos y farmacias. Hace tres semanas se empezó a liberar un poco y esto hizo que muchos padres tuvieran que volver a los trabajos, sin tener donde dejar a sus hijos. Así fue que a Dorita se le ocurrió que, con el personal del Gan, podíamos cada una en sus casas recibir cierta cantidad de chicos. Lo que permitía el gobierno eran chicos de hasta tres familias por casa. Los padres fueron comunicándose con nosotros y recibimos en nuestras casas a los chicos.

-¿Cómo transcurre un día común con esta modalidad de cuidado de los chicos?

Dorita Sirosky:-Nosotros recibimos a los chicos desde las 8.00 y hasta las 13.00. Los padres llegan con sus chicos, los dejan en la puerta. Cuando los entramos, vamos al baño y les lavamos bien las manos con agua y jabón. Tratamos de que los chicos puedan tener un orden del día lo más parecido posible a como lo viven en el Gan. Nos trajimos juegos y materiales del Gan a nuestras casas y les hicimos rincones para jugar. A las 9.00 otra vez nos lavamos las manos y nos sentamos a desayunar, el mismo desayuno que se da en el Gan. Después cantamos y jugamos con música. Luego se los deja jugar libremente, hacemos actividades plásticas, con pintura y plastilina. Por supuesto, nos está faltando el patio, así que hay que tenerlos con continuos cambios de actividades. A las 12.00 almorzamos y a las 13.00 se van.

-¿Qué observan en los padres a partir de esta situación?

Dorita Sirosky:- Los padres están súper agradecidos porque ya no aguantan más estar en sus casas y ya no saben qué más hacer con los chicos. Y para ellos también es un respiro, no sólo para poder salir a trabajar, sino también para descansar un poco de los chicos.

Numi Rosenstein:-El tema de que los chicos estén en nuestras casas no es una normalización de actividades, es una flexibilidad por parte del gobierno, o sea que pueden salir un poco más los padres a trabajar. Muchos de los padres trabajan en sus casas y eso hace que no puedan ocuparse de los chicos. Los momentos en que nosotras los tenemos a los chicos, los padres los aprovechan para hacer sus actividades en las casas. Hay muchos que trabajan en HiTech o en los servicios de electricidad y teléfono, que trabajan con sus computadoras desde sus casas.

-¿Qué edades tienen los niños y cómo recibieron esta iniciativa?

Numi Rosenstein:-Yo tengo 6 chicos en casa y son dos grupos de edades. De 2 a 3 años y de 4 a 5. Realmente los chicos ya están agotados de manualidades y no saben qué más hacer. Los chicos lo único que necesitan es juntarse con sus amiguitos y correr para disfrutar la vida. Por eso es un poco complicado. Hay televisión, hay todo lo que puede tener un chico en una casa que no está preparada para recibir a un contingente de 6 chicos. Así como decimos Kol Ha Kavod (Felicitaciones) a los médicos, también decimos Kol Ha Kavod a los chicos, que son los que más la padecen esta vez, porque no entienden qué está pasando.

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