Itongadol (Por Daniel Berliner, enviado especial desde Israel).- Pablo Balán vivió en Argentina hasta 2015, cuando se fue a hacer su doctorado a Estados Unidos en Harvard, y después de completar su doctorado llegó a Israel a trabajar en la Universidad de Tel Aviv.
En una entrevista con la Agencia de Noticias AJN, el politólogo habló sobre la reciente visita del presidente argentino Javier Milei, pero hizo hincapié en su programa de Gobierno, justificó la utilización de los decretos. «Mucha gente tiene una visión muy tremendista y se apresura a etiquetar al gobierno», dijo el profesor.
A continuación los tramos más destacados de la entrevista a Pablo Balán
-Estuvo presente el flamante presidente Milei en Israel, con una visita bastante intensa. ¿Cómo ve la Argentina y a Latinoamérica desde su visita aquí?
-Argentina parecía invulnerable a un fenómeno que se dio en muchos países de América Latina, pero también al mundo, que es el fenómeno de los outsiders. Finalmente a Argentina le tocó un presidente outsider, Javier Milei, que tiene sobre sí una tarea enorme, porque recibió realmente la peor herencia que te puedas imaginar, con una inflación de 200% anual, arriba de 50% de pobreza, una situación económica y social casi sin precedentes. Y además, no tiene los números para gobernar en el Congreso. En democracia tenés distintos poderes y tenés que negociar, y ahora Milei se está enfrentando con eso. Tiene un programa muy ambicioso, no solamente de ajuste fiscal, sino de reformas muy profundas. Es un programa de modernización de la Argentina, de levantar distintos obstáculos. Se han identificado todas las leyes que beneficiaban a grupos de interés en la Argentina, como sindicatos. Leyes con muy poca racionalidad económica y que beneficiarán a intereses muy concentrados, que en realidad fueron sancionadas durante gobiernos de facto. Levantar todas esas leyes es un trabajo enorme y obviamente se está enfrentando con una resistencia esperable. Pero bueno, es un programa muy ambicioso.
-¿Qué dice el manual de procedimiento para este tipo de presidentes?
-Los decretos de necesidad y urgencia están en la Constitución, están regulados y los han usado todos los presidentes en la historia de la democracia. En ese sentido, uno puede criticar el nivel con el que está gobernando por decreto, pero es una herramienta constitucional y que de hecho la han usado todos. No es nada excepcional que no haya pasado esta Ley Ómnibus tan grande en el Congreso. Forma parte del juego político de la democracia. Si no pasa esta vez, se dividirá la ley en pedazos y se negociará lo que haya que negociar para que pasen las reformas más importantes. Pero no es una crisis de la democracia que no haya pasado la ley. Mucha gente tiene una visión muy tremendista y se apresura a etiquetar al gobierno diciendo “gobierna por decreto, ergo es un gobierno poco democrático”, etcétera. Cuando se ha dicho muy poco sobre un comportamiento similar del gobierno inmediatamente anterior o de cualquier otro gobierno.
-¿Son turbulencias que le hacen al proceso?
-Forma parte del juego democrático. Hay tres poderes que buscan regular la velocidad del cambio social y político en una democracia. El presidente cambia más rápido que el Congreso y el Congreso cambia más rápido que el Poder Judicial. Están en juego los frenos y contrapesos de una democracia. Quizás en la Argentina estaban acostumbrados a que el presidente tuviera mayoría automática en el Congreso y en el Poder Judicial, y no tuviera que negociar y que no hubiera estos traspiés, que son propios del juego democrático. En ese sentido me parece una buena noticia, no desde el punto de vista del resultado, pero sí desde el punto de vista del proceso. Así funciona.