AJN/Itongadol.- El Ministerio de Salud emitió hoy, lunes, una advertencia a los directores de los hospitales sobre una alta incidencia de bacteriemia, causada por una infección bacteriana, especialmente en las salas internas, informó ynet.
El director del Centro Nacional para la Prevención de Infecciones y Resistencia a los Antibióticos del Ministerio de Salud, Prof. Yehuda Carmeli, basó su carta en hallazgos de datos de investigación que encontraron que en 2018 y 2019 aproximadamente 7.600 personas murieron como resultado de la exposición a una infección en los hospitales. La cuarta parte de ellos, dentro de los 30 días desde el momento de la exposición, y los demás, dentro del año.
El estudio examinó la prevalencia de la bacteriemia en los distintos hospitales.
El sistema de salud estima que cada año mueren entre 4.000 y 6.000 personas por infecciones en los hospitales. Alrededor del 30 por ciento de las muertes por infecciones en los hospitales es resultado de la bacteriemia, que puede ser causada por una variedad de bacterias.
“Gran parte de las bacteriemias adquiridas en los hospitales se puede prevenir y la mortalidad se puede minimizar con acciones deliberadas”, escribió Carmeli.
Posteriormente criticó la conducta y forma de manejar el asunto. “A nivel nacional, el tema de la bacteriemia adquirida en la hospitalización fuera de las unidades de cuidados intensivos no recibe suficiente atención”.
Por otro lado, cabe señalar que desde 2012 ha habido una disminución del 50 por ciento en la tasa de casos de bacteriemia, que aumentó durante los años del coronavirus (2020-2021) y volvió a moderarse en 2021.
«En el número de muertes y en el cálculo de la pérdida de años humanos, la carga de salud de la bacteriemia en Israel es similar a la carga global del accidente cerebrovascular y supera las del cáncer de colon y el cáncer de mama», escribió Carmeli.
La mayoría absoluta de los casos de bacteriemia, en los departamentos internos. Sin embargo, la situación es grave también en otras formaciones. «En las unidades de cuidados intensivos, incluso después de una disminución del 50% en la incidencia, las tasas de bacteriemia siguen siendo mucho más altas que las reportadas en EE.UU. y otros países».
Cabe destacar que en su advertencia, Carmeli también se refiere a los puntos débiles de los datos, incluido el infradiagnóstico de los laboratorios para la infección bacteriana junto con el hecho que el informe no incluye a los niños, por lo que en la práctica los números pueden ser más altos.
En cuanto a los datos de mortalidad, Carmeli destaca que “en este informe no hay medición y ponderación de factores adicionales”. Para finalizar, agregó que «el potencial de prevención de las bacteriemias adquiridas en las salas no está agotado y se requiere una inversión administrativa para prevenir una parte importante de estos casos y reducir un gran número de muertes».