Itongadol.- Una funcionaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo el martes que los ojos del mundo están puestos en Israel, en momentos en que el país se convirtió en el primer lugar en aplicar a la población una tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
«Estamos viendo a Israel como un país maravilloso y enérgico que lleva el mensaje de la Organización Mundial de la Salud, organismo desde el cual se busca llegar con la vacunación a todos los países para evitar que surjan nuevas variantes. Estamos aprendiendo con Israel y de Israel», expresó la doctora Dorit Nitzan en los estudios de Ynet.
Desde que Israel lanzó su campaña de aplicación de terceras dosis hace poco más de una semana, más de 500.000 israelíes mayores de 60 años ya recibieron la vacuna.
«Todavía no estamos recomendando la tercera dosis a escala mundial, pero no tenemos ninguna duda de que llegará al resto del mundo. No nos preocupa su seguridad, sino que el resto del mundo se vacune mientras se generan nuevas mutaciones”, señaló la funcionaria.
«Nuestro objetivo es la denominada seguridad sanitaria. Para que todos los habitantes del planeta tengamos seguridad sanitaria, todo el mundo debe estar bajo una capa de inmunidad. Hasta que eso no suceda, las mutaciones y variantes van a seguir apareciendo entre la población no vacunada y todos sufriremos las consecuencias», agregó.
Acerca de un posible cierre general en Israel ante el aumento continuo de casos y hospitalizaciones, la Dra. Nitzan dijo que no veía los cierres como un abordaje eficaz para combatir la enfermedad y elogió al gobierno por su conducta cautelosa.
«Hemos visto en los Países Bajos y en otros lugares que los confinamientos no son necesarios porque la comunidad, las personas, responden correctamente, mantienen la distancia y utilizan máscaras en lugares cerrados”, señaló. “Realmente ayuda que la gente tenga el control, que la gente lleve las riendas, pero para eso el Estado tiene que darle las herramientas adecuadas”, evaluó.
«Deberíamos usar los confinamientos solo para casos extremos. Los cierres no son una solución. No enseñan cómo comportarse. Lo que nos educa es asumir la responsabilidad por nosotros mismos, aprender y cuidarnos los unos a los otros», concluyó.