Itongadol.- El Primer Ministro Benjamín Netanyahu se desentendió el domingo de las protestas masivas contra el gobierno que tuvieron lugar horas antes en todo el país, afirmando que su polémica y muy criticada reforma del sistema judicial era lo que el pueblo había votado en las elecciones del 1 de noviembre.
«Hace dos meses, hubo una enorme manifestación en Israel, la madre de todas las manifestaciones», dijo Netanyahu durante la reunión semanal del gabinete. «Millones de personas salieron a la calle para votar en las elecciones. Una de las principales cuestiones por las que votaron es la reforma del sistema judicial».
El sábado por la noche, unas 80.000 personas en la ciudad central de Tel Aviv y muchos miles en Jerusalem acudieron a protestar contra las reformas del sistema judicial israelí propuestas por un ministro. Las elecciones de noviembre de 2022 -las quintas desde 2019- registraron una de las mayores tasas de participación de la historia reciente de Israel. El resultado fue que el bloque de Netanyahu superó al llamado bloque «anti-Netanyahu» en unos 30.000 votos.
«En los últimos días, he oído un intento de afirmar que el público no sabía lo que estaba votando», continuó Netanyahu. «Así que aquí va una cita, una de tantas, de mis amigos de la campaña electoral y mía: ‘Haremos las correcciones necesarias en el sistema judicial por consideración y responsabilidad. Vamos a arreglar el sistema, a salvarlo y no a destruirlo’.
«Mis amigos y yo, muchos de los cuales estamos aquí alrededor de la mesa, hemos dicho esto innumerables veces, y millones de ciudadanos que votaron a la derecha conocían la intención de reformar el sistema judicial de forma integral», añadió el primer ministro. «Es más, nos lo exigieron. Cualquiera que estuviera en nuestros mítines electorales, en los centros de las ciudades, en los barrios, oíamos la voz que se alzaba de la multitud.»
«Y muchos de los que no nos votaron sabían y estaban de acuerdo en que era necesario hacer correcciones fundamentales en el sistema judicial», añadió. Netanyahu señaló entonces que cuando otros gobiernos -tanto de derechas como de izquierdas- pidieron reformar el sistema judicial, nadie lo calificó de «fin de la democracia».
El nuevo gobierno de Israel ha hecho de la revisión del sistema judicial del país una pieza central de su agenda, trabajando para debilitar al Tribunal Supremo y permitiendo a los legisladores aprobar leyes que el tribunal haya tumbado con mayoría simple en el parlamento. Otras reformas incluyen politizar el nombramiento de jueces, reducir la independencia de los asesores jurídicos del gobierno o ignorar su consejo.