Itongadol/Agencia AJN.- Miles de israelíes protestan a estas horas contra el primer ministro Netanyahu fuera de su residencia oficial en Jerusalem, según estimaciones de los medios de comunicación hebreos. Es la quinta semana consecutiva de protestas, que ya vio manifestaciones el pasado martes, con episodios de violencia escalando entre facciones a favor y en contra del primer ministro.
La policía ha cerrado varias calles aledañas y un gran número de oficiales están presentes en el lugar, ante el temor de que se repitan los ataques que el grupo de barrabravas de extrema derecha La Familia, hinchas del Beitar Jerusalem y fervientes seguidores de Netanyahu, a manifestantes que se expresan contra el primer ministro.
Al menos un miembro de La Familia había llegado al área de entretenimiento de la Primera Estación. El grupo ha pedido a sus miembros que se reúnan allí esta noche. En un post en su página de Facebook a principios de esta semana, La Familia advirtió: «Tengan cuidado, los de izquierda. Las reglas del juego han cambiado».
En Tel Aviv, una pequeña protesta celebrada cerca de la casa del ministro de Seguridad Pública Amir Ohana, un aliado del partido Likud de Netanyahu, ha terminado temprano y sin incidentes.
«Mejor estar enfermo en una democracia que sano en una dictadura». Fuente: Noga Tarnopolsky
Las manifestaciones anti-Netanyahu se van incrementando semana a semana. El sábado pasado por la noche, la policía estimó que más de 5.000 personas se presentaron cerca de la residencia de Netanyahu en la calle Balfour para instar a que renunciara por sus acusaciones por corrupción, a la falta de ayuda oportuna y suficiente por parte de su gobierno mientras la economía de Israel se derrumba en medio de la pandemia, y a una multitud de otras quejas. Hubo activistas contra la “ocupación” israelí en territorios palestinos, manifestantes que alegaban que un hombre autista de Jerusalem Oriental, Iyad Halak, había muerto a sangre fría en un incidente hace dos meses, defensores del medio ambiente, y más.
Mientras tanto, se incrementan las denuncias por violencia policial a la hora de dispersar las manifestaciones, que la Corte Suprema ha establecido su finalización para las 23. Pasado ese horario, los oficiales han acudido a la policía montada y a carros hidrantes para instar a los manifesantes a abandonar el lugar, lo que ha despertado la indignación del público general.