Itongadol.- Las fuerzas de seguridad mataron al menos a cinco militantes palestinos el lunes durante una operación para detener a miembros de una célula terrorista cerca de la ciudad de Jericó, en Cisjordania.
El ejército dijo que durante la operación en el campo de refugiados de Aqabat Jabr, en la que participaron las IDF y el Shin Bet, los militantes de una célula terrorista encubierta de Hamás abrieron fuego contra las fuerzas.
Las tropas respondieron con fuego real, matando a cinco e hiriendo al menos a otros dos sospechosos. No se registraron heridos entre las fuerzas.
El Ministerio de Sanidad palestino dijo que tres civiles palestinos resultaron heridos en el enfrentamiento, uno de ellos de gravedad, y calificó la operación de «matanza» sin precedentes.
Seis sospechosos fueron detenidos durante la operación y llevados para ser interrogados. Se confirmó que al menos dos de ellos estaban afiliados a Hamás.
El ejército dijo que los objetivos de la redada eran sospechosos de llevar a cabo un ataque contra un restaurante en el asentamiento israelí de Vered Yeriho el 28 de enero, cuando dos individuos armados entraron en el local del restaurante, pero huyeron después de un mal funcionamiento del arma.
Las IDF añadieron que los militantes planeaban otras operaciones tras el intento de ataque al restaurante.
Según el ejército, la operación fue dirigida por miembros de la brigada antiterrorista de las IDF, que localizaron a uno de los sospechosos, que huyó de las fuerzas mientras les disparaba. Las fuerzas persiguieron al presunto asaltante, que les condujo a un apartamento del campo de refugiados que la célula terrorista utilizaba como escondite, donde estalló el enfrentamiento entre los soldados y los militantes.
Las fuerzas israelíes llevan meses realizando redadas en Cisjordania tras la oleada de atentados mortales perpetrados en Israel el año pasado, y se han puesto en alerta máxima después de que un pistolero palestino disparara en solitario contra siete personas cerca de una sinagoga el 27 de enero.
La redada se produjo en un periodo de gran tensión que ha hecho temer una nueva escalada de la violencia y ha provocado llamamientos a la calma por ambas partes por parte de Estados Unidos y organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas.