Itongadol.- «Así que pienso que esto reúne un vector del israelí: ser muy pionero… Pienso que el pionerismo caracterizó a los judíos, a los israelíes y al Medio Oriente: a los árabes y a todos los que estuvieron alguna vez en esta región… Esta es una civilización de gente que ama el conocimiento.» explicó la profesora Rachel Gali Cinamon quien nos recibió en su despacho en la universidad de Tel Aviv.
«Soy profesora, numeraria del área de Educación y Desarrollo de esa carrera: desarrollo programas para ayudar a la gente a progresar en el mercado laboral y crearse una forma de vida significativa. Trato de entender cómo elige la gente: no solo una profesión, sino una familia, estudios, un trabajo… Cuando los soldados son liberados, el Ejército los guía con mis programas sobre cómo progresar y les da modelos que promoví», se presenta.
– La Facultad de Humanidades está compuesta por cinco institutos: Filosofía y Lingüística, Historia y Medio Oriente, Judaísmo y Arqueología, Educación, y Estudios de la Cultura. Hay muchas disciplinas, y la diversidad es uno de los valores característicos de las ciencias humanísticas. Tenemos 19 departamentos y programas de investigación para títulos de grado, posgrado, doctorado y posdoctorado. También tenemos en la facultad laboratorios de investigación. Pareciera que solo hay laboratorios en el sector de las ciencias exactas, pero aquí hay laboratorios a los que llamamos «sociales», donde grupos de investigación se sientan y formulan una comprensión profunda sobre diversos temas desde una perspectiva multidisciplinaria; por ejemplo: el Laboratorio de Estudio del Clima. De pronto el clima está cambiando y precisamente los investigadores de ciencias humanísticas tienen qué decir al respecto: cuál fue la historia de destrucción, cuál fue la histórica actitud humana ante los cambios climáticos, cómo los cambios climáticos condujeron a la humanidad a distintos lugares del mundo… Y desde una comprensión histórica, ética y filosófica del enfoque podemos entender mejor la situación actual y planificar a futuro.
Itongadol: ¿Cuál es el ADN del israelí? ¿Cambió con las diferentes olas inmigratorias?
Rachel Gali Cinamon: «ADN» es un término biológico… No es mi área de trabajo, pero en la Facultad de Humanidades nos involucramos en preguntas sobre la identidad; por ejemplo, cuando en el Instituto de Arqueología investigan y encuentran tumbas, logran identificar el ADN de los esqueletos que están en la tumba y saber quiénes eran. Es decir, la facultad se pregunta quién es israelí, aun cuando excava en diferentes épocas, miles de años atrás, estudia el ADN de los israelíes y nos enseña que aquí vivieron, a lo largo de los años, grupos diferentes y diversos, judíos o no, muy parecidos a los que hay hoy.
Itongadol: Es que hay un costado tecnológico y otro que no lo es…
RC: Los israelíes tenemos un costado muy fuerte de tecnología, innovación y emprendedurismo, pero también hay mucho emprendedurismo social, lo que llamamos «el tercer sector», fuera del gobierno y los negocios. El círculo social en Israel es muy fuerte: la gente está muy involucrada en hacer comunidad. No se necesita al Gobierno, sabemos hacer comunidad solos… Creamos grupos de personas involucradas, a las que les importa… Así que pienso que esto reúne un vector del israelí: ser muy pionero… Pienso que el pionerismo caracterizó a los judíos, a los israelíes y al Medio Oriente: a los árabes y a todos los que estuvieron alguna vez en esta región… Esta es una civilización de gente que ama el conocimiento. La tierra de la cultura comenzó aquí… Precisamente, a lo largo de los años también la caracterizan mucha apertura, diversidad y tolerancia… En esta región también hay mucha innovación: aquí se inventan muchas más cosas que en otros lugares…
Itongadol: Hasta el 70° Iom Haatzmaut, todos en el mundo hablaban del problema con Hamas, pero desde entonces comenzaron a mirar a Israel como una «Start Up Nation». ¿Pasa lo mismo con vuestro trabajo?
RC: Pienso que los descubrimientos arqueológicos y sobre el TaNa»J, la vida en esta región, la evolución lingüística del idioma y la educación, cómo enseñar ciencias y el estudio de la literatura y la cultura realizados aquí, en la Facultad de Humanidades, no impresionan menos que la «Start Up Nation». La gente se entusiasma mucho con la «Start Up Nation», es muy linda…
Itongadol: Tiene más prensa…
RC: Y también, siempre se puede decir: «Una empresa se vendió por 2 mil millones de dólares» y se silencia la verdad económica… Pero pienso que los descubrimientos sobre los rollos escondidos y la capacidad de completar una investigación interdisciplinaria entre las áreas de la historia, lo que llamamos «humanidad digital», son una innovación de nivel mundial: presenta a la humanidad de forma diferente… Otro ejemplo, la medicina humanística: la capacidad de pensar la medicina no solo desde el punto de vista biológico…
Itongadol: Sino…
RC: Desde la filosofía, la ética, la cultura, la sociedad… Definimos a un enfermo solo como quien tiene una enfermedad y la medicina trata enfermedades, pero quizá la medicina es el equilibrio entre «sano» y «enfermo»… Solo esta definición, y la capacidad de analizar estas definiciones de un modo más complejo, puede conducir a la humanidad a preguntas, a la creación de tratamientos de salud, al avance de la salud, a un relacionamiento con la salud de un modo diferente… Otro ejemplo: la discapacidad. Uno de los enfoques que sostenemos es que la discapacidad es más una definición social que desde la salud porque si se les diera accesibilidad a los discapacitados, todo estaría abierto y podrían hacer de todo… Ya no serían discapacitados… Son aspectos de las ciencias humanísticas, de las ciencias sociales, no de la innovación… Es cierto, la innovación puede darles prótesis, pero si no le enseñamos a la gente a tener pensamiento crítico y decir: «No importa, la discapacidad es antes que nada una definición social y no solo de la salud», arruinamos al mundo… Aquí sostenemos verdaderamente el enfoque que dice: «No puede ser que cada uno hable por separado: el costado tecnológico y el costado social, humano». El ser humano usa la tecnología, los sentimientos, los pensamientos, el conocimiento… Necesitamos un enfoque mucho más holístico y multidisciplinario para entender el mundo y hacer de él un lugar mejor… ¿En que se vincula la filosofía con el Alzheimer? No parece pertinente, ¿no? Nosotros decimos que sí… ¿A qué llamamos «cerebro funcional»? ¿Cuando un ser humano es llamado «ser humano»? Muchas veces decimos: » Ya no es Mamá… Cambió… No nos reconoce»… ¿En verdad? ¿Solo si reconocemos somos personas? No hay tema en el mundo que no tenga aspectos de ética, la humanidad no haya tratado de esta u otra forma antes, no tenga expresión en la literatura de esa misma época y que no tenga implicancias educativas. Si entendemos esto, sin las ciencias humanísticas la humanidad carece de alma…
Itongadol: Más allá de todo lo mencionado, ¿hay alguna otra cosa relevante que hayan hecho en la última década?
RC: Pienso que realzamos la capacidad del pensamiento crítico y le enseñamos a la gente a ser crítica. Dijimos: «¿Cómo enseñar mejor el pensamiento crítico? ¿Cómo decirle a la gente: ‘Vengan a estudiar pensamiento crítico, a escribir argumentos críticos’?». Esta es la vacuna contra la dictadura… Eso es lo que hicimos por la humanidad… Pocas personas recibieron esa vacuna porque pocas personas vienen a Humanidades y en la medida que venga más gente, el mundo podrá ser mejor…
Itongadol: ¿Qué devolución reciben de vuestros alumnos?
RC: Antes que nada, los alumnos que vienen a nosotros son sensibles, curiosos por los aspectos históricos y también dicen algo: «El dinero es menos interesante», porque de lo contrario, habrían ido a estudiar… Después empieza la presión: «¿Qué haré con esto… con Historia, con Filosofía? ¿Cómo conseguiré mi sustento?», y les decimos: «El mundo cambiará. Con este amplio conocimiento y pensamiento crítico harán mejor al mundo porque a la gente que estudió Computación también le será difícil lidiar con nuestro mundo, pero ustedes tendrán la capacidad de disfrutar de una canción, entender el contexto histórico, ser críticos y, gracias a ello, delinear los límites de vuestra responsabilidad». Los alumnos que no estudiaron con nosotros tienen menos de eso…
Itongadol: ¿Cómo lidiaron con la pandemia de COVID?
RC: Cuando comenzó la pandemia abrimos un sitio en Internet y creamos un link en el cual cada uno de nuestros muchos disertantes contó sobre una epidemia desde diferentes ángulos: la peste negra, cómo las casas ayudaron a las epidemias, de dónde vino la peste negra y en qué se diferencia o asemeja a la de hoy, las epidemias en las computadoras, la filosofía y la filología en el habla sobre las epidemias, qué pasa entre padres e hijos cuando ha epidemias, cómo se puede estudiar… Todo eso pasa en la Facultad de Humanidades… y lo pusimos a disposición del público. Se lo mandamos a todos, gratis, para darles la posibilidad de estudiar eso. Por supuesto, como todos, enseñamos por Zoom, les permitimos a los alumnos avanzar con todo tipo de cosas…