Itongadol.- “Las reuniones de 250 personas son una bomba de tiempo”, así se refirió Gili Regev, directora de la Unidad de Prevención y Control de Infecciones del Hospital Sheba, a la decisión adoptada anoche por el gobierno israelí que permitirá celebrar casamientos y eventos con un límite de participantes.
En declaraciones radiales, Regev expresó: “El proceso de la enfermedad es lento. Los resultados del actual aumento en la morbilidad los veremos dentro dos o tres semanas y es posible que veamos pacientes en grave estado”. Tras advertir sobre estos eventos como disparadores de los casos, la directora del centro sanitario indicó que se debe tener cuidado con el “pensamiento de que los pacientes jóvenes no pueden enfermar gravemente”.
Además señaló que el país no está listo para el inicio del años escolar el próximo 1 de setiembre. “Tal vez debamos hacer vacaciones de invierno y entonces, cuando la pandemia está en su punto más alto detener los estudios por un mes”.

Los israelíes cada vez salen más a los espacios públicos, no siempre respetando las normativas de salud. Marim Elster. Flash 90.
Respecto a la segunda ola que estos días tanto se habla en el país, Regev expresó: “Es posible que estemos en el incio de una segunda ola, pero no llegaremos un pico como el que ya alcanzamos. Esto es así tanto por el verano como porque estamos más preparados”.
El total de muertes por la enfermedad aumentó esta noche a 299. Desde la medianoche solo se detectaron ocho nuevos casos y actualmente 2.652 son pacientes activos, 29 de ellos en grave estado y 23 deben ser asistidos con respiración artificial. Hasta el momento 130 instituciones educativos debieron cerrar sus puertas, solo 37 lo hicieron ayer.
El presidente del Hospital Assuta, profesor Shuki Shemer, indicó también en declaraciones a Kan que no está seguro de que se desate una segunda ola en el país, pero que se debe permanecer alerta.
Shemer, quien en el pasado se desempeñó como director general en el Ministerio de Salud, indicó que “no hay necesidad en dar marcha atrás en las medidas adoptadas”, pero que sí “es posible que sea conveniente disminuir el ritmo”.
También elogió la cantidad de tests que se realizan en el país y destacó que no necesariamente un caso positivo sabe que padece la enfermedad y en contraposición a las palabras de Regev, quien había advertido que “es peligroso considerar a los jóvenes como personas de no riesgo”, Shemer expresó que “el coronavirus es una enfermedad de adultos”y que éstos “deben ser cuidado”, pero que la vida debe continuar y se debe permitir a los más jóvenes “salir a trabajar”.