Itongadol.- La prueba de la victoria judía tras el Holocausto puede verse en el hecho de que Israel es una democracia libre y vibrante, y un objeto de admiración en todo el mundo, expresó el primer ministro Netanyahu en su discurso en la ceremonia del Día de Conmemoración del Holocausto en Yad Vashem el lunes por la noche.
«No hay ningún otro país en el mundo cuyos hijos e hijas hayan logrado resurgir de las cenizas de la destrucción y elevarse a las alturas del renacimiento. A pesar de sus muchos retos, Israel es una potencia mundial en ascenso, objeto de admiración por sus extraordinarias capacidades», afirmó Netanyahu.
Durante su discurso, el primer ministro contó la historia de un superviviente del Holocausto, Benjamín Zeev Wertzberger, que nació en Hungría y sobrevivió al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, antes de llegar a Israel después del Holocausto.
A pesar de las dificultades que padeció, a pesar de ser el único superviviente de su familia, Wertzberger se negó a renunciar a sus sueños, remarcó el premier israelí.
«A una edad avanzada, decidió empezar a trabajar en el Muro Occidental (Kotel). Para él, era la victoria aplastante sobre el opresor, la prueba triunfante de que la nación de Israel está viva. Cada día que trabajaba en el Kotel, y mientras lustraba y limpiaba las piedras del Kotel, sentía el enorme giro en la historia de nuestra nación, el giro de un faro a una resurrección», agregó.
El primer ministro Netanyahu habla en la ceremonia del Día del Recuerdo del Holocausto en Yad Vashem, el 17 de abril de 2023. (Crédito: MARC ISRAEL SELLEM/THE JERUSALEM POST)
Benjamin Zeev falleció hace año y medio a la edad de 95 años, »pero sus nietos y bisnietos están con nosotros esta noche. Las generaciones y descendientes de sobrevivientes del Holocausto, y su presencia en Yad Vashem, es un signo y un ejemplo de victoria sobre nuestros enemigos», señaló Netanyahu.
«Y no hace falta decir que esta victoria no puede borrar la intensidad de la tragedia de nuestra nación en el Holocausto: comunidades enteras fueron destruidas, millones de nuestros hermanos y hermanas fueron masacrados en horribles muertes, y además de ellos, millones de otros pueblos fueron asesinados. Los valores morales fueron pisoteados, la cultura humana fue destruida, la imagen del hombre se degradó hasta convertirse en polvo. Estas dolorosas cicatrices permanecerán con nosotros para siempre», añadió.
Sin embargo, y a pesar de todo esto, destaco Netanyahu, »debemos recordar la victoria única del pueblo de Israel. El pináculo de la victoria es la independencia de nuestro país de 75 años. Israel es un país libre, vibrante, democrático y con grandes logros. Un país que construimos todos juntos generación tras generación».
«No hay ningún otro país en el mundo cuyos hijos e hijas hayan logrado resurgir de las cenizas de la destrucción y elevarse a las alturas del renacimiento. A pesar de sus muchos retos, Israel es una potencia mundial en ascenso, objeto de admiración por sus extraordinarias capacidades», concluyó el primer ministro israelí.