Itongadol/Agencia AJN.- Un Gan, un jardín de infantes, de la ciudad de Kfar Saba, en el Distrito Central de Israel, tuvo que cerrar sus puertas luego de que se confirmara que un chico de 3 años estaba infectado con el coronavirus y se dispuso el aislamiento preventivo de los niños y docentes de ese establecimiento.
Este nuevo caso que se replica por todo Israel en los últimos días, en lo que los medios de comunicación calificaron con un segundo brote de la pandemia, generó un nuevo alerta ya que que el mortal virus comenzó a hacer mella en los chicos, algo que en la primera etapa de la epidemia no era habitual ya que la mayoría de los casos se daba en personas adultas y con patologías previas.
En declaraciones a la Agencia de Noticias AJN, Numi Rosenstein, una de las maestras del jardín, contó que el chico de 3 años que dio positivo contrajo el virus por un hermanito que a su vez se contagió aparentemente en el colegio o en la casa de su padre. «Como el nene dio positivo todos tuvimos que entrar en cuarentena y debimos cerrar la guardería. Ahora todos tenemos hacernos el análisis. Si todo el personal da negativo el 2 de julio se puede reabrir la guardería, pero si alguien dio positivo se cuenta desde hoy la cuarentena que fue cuando se cerró el jardín», explicó.
Rosentein, quien es de origen argentina pero desde 2002 vive en Israel, comentó que por lo pronto espera que el testeo le dé resultado negativo así su hijo de 14 años no tiene que someterse al hisopado.
Según explicó cuando una persona es diagnosticada con coronavirus, todos aquellos que compartieron las últimas 24 horas deben ser sometidos al testeo. El Ministerio de Salud centraliza la información y comunica, en este caso al jardín, que existe un caso de coronavirus y dicta las pautas sanitarias.
Desde Israel, Rosentein cuenta que en la misma zona ya cerraron un colegio también a causa de la pandemia. «Hay algo raro en esta segunda ronda de coronavirus porque atacó a los niños algo que no se dio en la primera ronda. Tal vez es porque se reabrieron los colegios, también las playas y piletas. Es cierto que es difícil tener a los chicos encerrados en estas vacaciones», apuntó.
Desde esta semana, en la ciudad de Tel Aviv comenzaron a aplicar multas a quienes no cumplan con las medidas sanitarias. Aquellas personas que circulen sin el tapaboca pueden sufrir sanciones de hasta 150 dólares luego de que circulará por el mundo imágenes de israelíes paseándose por las playas de esa ciudad sin barbijos y sin cumplir las recomendaciones del Ministerio de Salud para detener la propagación del virus.

Numi Rosenstein
«La gente no tomó conciencia todavía», resumió Rosentein, para explicar este repunte que experimentó la sociedad israelí desde la reapertura de la actividad económica y que ya comienza a encender luces de alerta en el gobierno cuando los contagios se duplican y en las últimas horas se acercó a los 400 casos, dato que no se daba desde abril.
Mientras esperan las indicaciones del Ministerio de Salud, Rosentein comentó que el chico infectado tiene 3 años, en su familia hay cinco chicos, y hasta el momento son dos los afectados, aunque aún no mostraron síntomas de la pandemia.
La docente describió lo complejo de la situación al señalar que el chico no tenía ningún síntoma porque al llegar a la guardería a todos los chicos y al personal se les toma la temperatura y se solicita un permiso de la familia, una suerte de declaración jurada, en la que los padres confirman que sus hijos no presentan síntomas de la enfermedad.
Al jardín concurren chicos que son divididos en dos salas. «Es un jardín relativamente chico, donde tenemos once niños en clases separadas, pero tenemos un patio donde estamos todos juntos. Tenemos un personal docente de 5 adultos y desde el inicio de la pandemia no se permitía el ingreso de los padres ni de los hermanos», explicó.
Rosentein comentó que los padres se mostraron «muy predispuestos» al enterarse de la noticia. «Nosotros estamos cerrando un establecimiento de pocos chicos, y a su vez son familias que tienen que ir a trabajar y que ahora se tendrán que quedar, porque esos papás no pueden llevar a sus hijos con los abuelos o ponerles una niñera. Pese a todo, la mayoría nos transmitió mensajes como ‘estamos con ustedes’ o ‘vamos a salir de esta'», contó la docente.
De acuerdo a lo comentado Rosentein, Kfar Saba es una ciudad relativamente chica donde hay muchos latinos. «La gente se cuida bastante, se sale lo menos posible. En los restaurantes y confiterías hay mucha distancia, y el domingo empezaron los trenes pero no viaja mucha gente, todos se cuidan».
«Pero por otro lado un colegio entero cerró por casos de coronavirus y no puedo garantizar que todos los chicos estén en cuarentena. Si bien hay una app que sigue el teléfono de los casos positivos no siempre se puede contener a los chicos», explicó.
Consultada sobre el clima que se vive entre los israelíes ante la suba de contagios, Rosentein respondió: «Hay mucha incertidumbre, dicen que no va a haber un cierre de nuevo (como al inicio de la pandemia), pero decían que las plazas ya están cerradas en la zona de los juegos para chicos para evitar los contagios».
«En estos días se vio que la infección está pasando de chicos en chicos. Antes no hubo casos casi de chicos, pero esta vez si», concluyó Rosentein.