Inicio ISRAEL A un mes de la masacre de Hamás, la escalofriante historia de una madre que se escondió tres horas en un techo para salvar a sus hijos

A un mes de la masacre de Hamás, la escalofriante historia de una madre que se escondió tres horas en un techo para salvar a sus hijos

Por Iton Gadol
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En diálogo con la Agencia AJN, Shoshana Biliya recordó el fatídico 7 de octubre en el que terroristas de Hamás asesinaron a su esposo. “Al principio no entendíamos muy bien qué pasaba. Cuando los vimos por la ventana pensábamos que eran solados de Israel, pero cuando mataron a un policía nos dimos cuenta de que en realidad eran terroristas”, relató.

Itongadol/AJN.- El 7 de octubre pasado Israel vivió el ataque terrorista más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. Miembros de Hamás se infiltraron desde la Franja de Gaza y arrasaron las comunidades judías cercanas. Una de las historias escalofriantes fue la que vivió Shoshana Biliya, que perdió a su marido ese día y tuvo que estar escondida tres horas en un techo junto a sus hijos, su cuñado, sus sobrinos y su suegra para salvar sus vidas.

Shoshana es oriunda de Perú y emigró a Israel en 2005. Allí conoció a su esposo, Ariel, con quien tuvo dos hijos. En diálogo con la Agencia AJN, recordó cómo fue ese día que la marcó para siempre y describió situaciones que recordaron a la época del nazismo: “Cuando estábamos escondidos, uno de los chicos comenzó a llorar y tuvimos que taparle la boca fuerte con un chupete para que no nos escucharan y nos encontraran. El nene se estaba poniendo colorado y teníamos miedo de que se ahogara”.

Además, expresó con impotencia: “Me cuesta entender por qué la gente no comprende que Israel solamente se defiende. Ellos son los que comienzan el problema, los que comienzan las guerras”.

-¿Cómo llegaste a Israel siendo oriunda de Perú?

-Soy de familia judía, mis abuelos son judíos y mi familia llegó a Perú una parte de España y la otra de Inglaterra. Hicimos aliá en 2005 con mis padres, por la Ley del Retorno, llegamos a Israel cuando yo tenía 9 años. Y desde entonces estamos aquí.
Yo conocí a mi esposo cuando tenía 15 años, en la ciudad de Ofakim, que está en el sur de Israel. Nos casamos cuando teníamos 19 años, tenemos dos hijos pequeños, una nena de 7 años y un nene de 5.

-¿Cómo era la vida en el sur de Israel?

-Israel es un país tranquilo. Nosotros nos dedicamos mucho a la familia. Todas las fiestas judías son familiares. La vida cotidiana es el trabajo y estar en familia.
A veces hay conflictos que comienzan siempre los palestinos de Gaza, todo el tiempo mandan cohetes, a veces en fiestas. Siempre sin advertir nada. Aquí casi no hay, pero los que están más cerca de la frontera con Gaza, ellos sí reciben cada tanto cohetes y lamentablemente ellos sí sufren eso todo el tiempo. Pero fuera de eso, aquí la vida es muy tranquila.

-¿Qué hacían ustedes en el sur?

-Mi esposo trabaja en la frontera de Gaza del lado israelí, en la entrada del cruce fronterizo. Yo trabajo también aquí. Nosotros estábamos el 7 de octubre, estábamos de fiesta el viernes, era la fiesta de Simjat Torá, del recibimiento de la Torá. Nosotros hicimos la fiesta en lo de mis padres el viernes, un viernes tranquilo, familiar. Y volví a mi casa. Mi suegra vive a dos casas de la mía. Y el sábado a la mañana yo me levanté, el 7 de octubre, y me levanté porque de nuevo nos mandaban cohetes y acá suena la alarma que te avisa que tienes que salir a un lugar seguro. Acá hay unas casitas afuera, en el barrio, que son seguras para cohetes. Tienes que entrar ahí y estar diez minutos hasta que termine la alarma. Pensábamos que era lo que siempre pasa, que ellos mandan cohetes en fiestas, cuando ellos quieren, y hacen algún problema. Y salimos allá al lugar, que es seguro, con mi familia, mis dos hijos y mi esposo. Después de que termina la alarma volvemos a casa, y de nuevo comenzaron a lanzar cohetes y salimos otra vez. Y después de eso, mi hija entró en pánico. Para los niños, la mayoría de niños que escuchan eso, tienen miedo, porque todo el tiempo es advertirles, pueden estar jugando, pueden estar durmiendo, en cualquier lugar puede sonar la alarma. Entonces, mi hija comenzó a llorar y quería ir con su abuelita. Y le dije a mi esposo que la llevara para que se tranquilice, porque mi cuñado, que tiene cuatro hijos, hicieron la fiesta con mi suegra, y le dije que la llevara para que estuviera con los otros niños. Le dije a mi hijo pequeño también que fuera y yo volví a mi casa unos segundos para meter a nuestro perrito en la casa. Y cuando estábamos en lo de mi suegra, escuchamos que disparan.

Salimos afuera a ver qué era, porque también seguían cayendo los cohetes en otras ciudades. Después de eso escuchamos balazos, mi esposo me miro y dijo “esas son balas”. Pensábamos que quizás había algún terrorista, porque eso en Israel pasa, pero generalmente en las fronteras o en lugares que están mezclados con los árabes palestinos, como en Jerusalem. Entonces pensamos que había entrado un terrorista. Porque aquí es una ciudad tranquila, no hay vandalismo. Entonces nos dimos cuenta que podía ser que hubiera entrado un terrorista para matar, porque lo que quieren conseguir es matar judíos. Entonces entramos rápido a la casa. La casa de mi suegra es de dos pisos y mi esposo dijo “Hay que subir al primer piso, es más seguro”, porque si nos balean las ventanas de la planta baja, alguien se puede herir. Subimos al primer piso y a los niños subimos los pusimos en el cuarto de atrás, con la abuelita, para que estén más seguros. Y nosotros nos fuimos al cuarto de adelante, donde hay una ventana en la que se puede ver la calle, para tratar de entender qué era lo que pasaba. Las balas eran en cantidad y no paraban. No había ni un segundo que pararan. Tratamos de llamar a la policía y decir que parecía que había un terrorista y cuando estábamos en eso, vimos dos subiendo por la calle. Pero al comienzo, no entendíamos muy bien, porque parecían soldados y acá en Israel siempre hay soldados que cuidan. Aquí todos los jóvenes de 18 años van al ejército, entonces es algo natural ver un soldado acá en la calle andando. Entonces nosotros pensamos que eran nuestros soldados y de la otra esquina bajaba un civil con su gorrita de policía y con su pistola. Y los que estaban subiendo, los terroristas que al final nos dimos cuenta que eran terroristas, con chalecos, zapatos de ejército, pero era diferente la vestimenta de nuestros soldados. Pero al comienzo no entendimos, porque entraron en cantidades y vimos que el policía israelí, que estaba vestido de civil porque era Shabat y estaba en su casa, estaba con su pistola para ir a encontrarse con el terrorista. Él se puso detrás de un basurero. Dijo “no disparen, no disparen, soy policía, estoy con ustedes”, porque evidentemente pensó que eran soldados de Israel. Y cuando decía eso, levantaron sus armas y le dispararon, primero unas tres veces. El policía cayó al piso, ya estaba muerto. Nosotros vimos eso desde la ventana y después le comenzaron a disparar al cuerpo más de 20 veces. Fue un montón de veces que les dispararon y ahí nos dimos cuenta de que no eran nuestros soldados. Los soldados no hacen estas masacres, para destrozar el cuerpo. Cerramos las ventanas y dijimos “acá hay un montón de terroristas que entraron a nuestro lugar”, porque mi cuñado logró ver otros cinco más que estaban en la calle y que estaban disparando a toda la gente que estaba en la calle.

Mi esposo dijo que había que entrar al cuarto donde estaban los niños. Nosotros estábamos ahí con los niños y mi esposo cuidando la puerta con un fierro que tenía en su mano, porque decía “si estran a casa, yo peleo con ellos con lo que tengo en mi mano”. Yo le dije van a entrar a la casa por la ventana, porque aquí como es un país bien tranquilo, casi no hay robos ni nada de eso, no hay rejas. Y él me dijo, no te preocupes, no te preocupes, tranquilízate, tranquilízate. Yo pensaba que iban a entrar, estamos ahí con seis niños, la menor era un bebé y dije hay que esconder a los niños, porque si entran a matar, por lo menos que no maten a los niños. Les dije que fueran debajo de la cama, quería taparlos con las cobijas que estaban ahí, y los niños de tanto miedo no se podían ni mover. Entonces en ese momento que estábamos viendo qué hacer y mi esposo cuidando la puerta, escuchamos que rompían la ventana. Abrieron y desde el primer piso escuchamos que hablaban en árabe y esposo ahí gritó y dijo salgan por la ventana, salgan por la ventana. De la ventana, abajo, hay un común techito. En todo momento se escuchaban disparos y alarmas de cohetes que mandaban, pero nosotros no podíamos salir afuera, porque si salíamos nos mataban. Yo le dije a mi marido, no te puedo dejar acá, y él me dijo, sal por la ventana. Corrí a la ventana, salte de la ventana, agarré a mi sobrina, después a mis hijos y todos detrás de mí. Salté a un techo de un vecino y nos escondemos ahí. Mi suegra, mi cuñado con sus hijos y yo con mis hijos estábamos ahí. Vi que mi esposo no llegaba y ahí me di cuenta que podía ser que le había pasado algo, porque los terroristas estaban dentro de nuestras casas. Estuvimos en el techo tres horas con los niños en silencio para que no nos escuchen, porque si nos escuchaban nos mataban a todos. Y después de tres horas llegaron nuestros soldados de Israel y le dijimos que mi esposo estaba ahí adentro. Fueron a ver y encontraron a mi esposo ahí muerto, en el techo, justo cuando estaba saliendo por la ventana. Y nos dijeron que teníamos que bajar del techo porque seguían las alertas de que estaban disparando cohetes. Y durante esas tres horas que estuvimos en el techo seguían sonando las alarmas y escuchábamos disparos. Luego de tres horas, bajamos a la casa del vecino, nos sentamos ahí con un policía que nos decían que habían llegado las tropas del ejército para atrapar a los a los terroristas. En otra casa habían entrado cinco terroristas, habían puestos bombas. Nosotros nos quedamos adentro de la casa esperando a que todo se termine.

-¿Cómo se llamaba tu esposo?

-Ariel.

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Ariel, el esposo de Shoshana, asesinado por Hamás

-¿Las edades de todos los chicos?

-La mayor, la hija de mi cuñado, tiene 8 años, el segundo hijo de mi cuñado tiene 6, el tercero tiene 3 años y la tenía un mes en ese momento. Mis hijos, la mayor 7 y el menos 5.

-Esta imagen me hace acordar la época de los guetos, donde la gente y los chicos se escondían cuando estaban los nazis, es la misma es la misma imagen.

-Exactamente. Estábamos con los niños y el hijo de mi cuñado de 3 años comenzó a llorar y mi cuñado tuvo que taparle la boca con el chupete. Le tapó bien fuerte la boca para que no nos escucharan y no nos atrapen. Mi cuñada, dijo “suéltalo, porque se puede ahogar”. Cuando le apretó la boca toda su carita estaba roja para que no nos escucharan. Fue un milagro que dejó de llorar. Y de verdad se sintió así.

-¿Por qué creés que no se pudo prever el ataque de Hamás?

-Hasta ahora yo no sé qué pasó, también estoy esperando respuestas sobre cómo fue que esa cantidad de terroristas entraron a nuestro país para matarnos. Las fronteras siempre son cuidadas por el ejército y a todos los soldados que estaban en ese momento vigilando los asesinaron. No logro entender hasta ahora como es que el Estado no supo nada sobre lo que Hamás estaba tratando de hacer. No lo logro entender hasta ahora y todavía no hubo respuestas.

-¿Ahora dónde se encuentran viviendo con su familia?

-Ahora estamos viviendo en Ofakim, seguimos acá, porque es nuestra casa y no tenemos otro lugar a donde irnos.

-¿Cómo es su vida actualmente más allá del inmenso dolor que ha dejado esta situación, cómo se resuelven las economías, como se organizan?

-Aquí la gente en Israel es muy unida, amable y solidaria. Abren sus corazones y ayudan de todos lugares, de todas las ciudades y mandan mucha ayuda. De igual manera es muy difícil, el día a día ha cambiado. Trato de ser fuerte por mis hijos.

-Israel se encontraba en el segundo puesto de países más felices del mundo. Quienes conocemos Israel, sabemos de lo que estamos hablando. Sin duda esto debe generar un trauma muy grande para futuras generaciones y de algún modo se pierde esa felicidad que distingue a la sociedad israelí

-Sí, de algún modo sí. Pero acá el país es muy fuerte, tiene una gran fe en Dios y cuando suceden estos casos el pueblo se une y se apoya uno con otro y se ayudan y tratan de hacer que estas cosas no pasen más.

-La sociedad israelí estaba en un momento muy difícil. Y lo que ocurrió logró unir a la sociedad. Hoy Israel se encuentra unido, más allá de que después del conflicto el primer ministro y quiénes son los responsables tendrán que someterse a algún tipo de investigación que defina la responsabilidad.

-Acá cada uno tiene su forma de pensar en la política. Pero cuando pasa algo, la gente deja todo eso de lado. No ve si tu eres religioso o no. Es un país muy libre respecto a la forma que cada uno desea vivir. Creo que las diferencias políticas ocurren en todos los países, pero cuando pasan estas cosas, en Israel todos somos uno solo.

-¿La embajada de Perú o la comunidad peruana se acercó de alguna manera?

-Por el momento no. Yo llegué de Perú de chiquita, no tengo mucho contacto con Perú.

-Tu video de la salida de la ventana lo publicó el Estado de Israel formalmente hace 48 horas, ¿cómo es que se filmó? ¿Había una cámara que casualmente lo tomó?

-Había una cámara del vecino, porque últimamente había algunos robos de los árabes de otras ciudades. Mi suegra fue la penúltima en salir por la ventana, antes de mi esposo. Ella vio al terrorista apuntándole con la ametralladora y que justo el terrorista tuvo un problema con su arma. Y cuando mi esposo pasó después de ella, el terrorista había logrado arreglar su arma y lo mató.

-¿Cuál es tu reflexión final?

-Lo único que no logro entender es a la gente que no entiende el conflicto que hay acá. Israel es un país muy tranquilo que no busca guerras, no busca atacar a nadie. Me cuesta entender por qué la gente no entiende que Israel solamente se defiende, cuando ellos son los que comienzan el problema, los que comienzan las guerras. Nosotros vivimos en paz, no buscamos problemas con otros países y si ellos quisieran paz, la paz se haría. Ellos son los que todo el tiempo mandan cohetes, mandan a matarnos con terroristas. Nosotros tenemos derecho a defendernos, como todos. Si en otro país entraran a matar a niños, ancianos, jóvenes, a bebés, violar mujeres…hicieron masacres. ¿Si eso pasara en tu país, tu país no se defendería? No logro entender qué quieren que hagamos, ¿qué nos dejemos matar y no defensamos a nuestros hijos? En los países árabes la gente no vive en libertad, no es como en Israel, donde la gente puede vivir de la forma que quiera. Nosotros no buscamos problemas, queremos vivir en paz. Que nuestros hijos vivan en un ambiente sano y tranquilo. Gaza, Hamás, busca matarnos, no busca nunca paz.

Shoshana abrió un link para todos aquellos que quieran ayudar a recomponer la vida de muchas familias y mujeres que se encuentran es una situación delicada, sin casas y sin nada, después de ataque de Hamás: https://causematch.com/Biliya-en

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