Itongadol.- Un funcionario del gobierno iraní negó el lunes que Teherán estuviese involucrado en el ataque al escritor Salman Rushdie. Además, Irán culpó al autor por su propia agresión, en los primeros comentarios públicos de la República Islámicas sobre el tema.
Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán, hizo estas declaraciones en una sesión informativa a los periodistas:
«Negamos categóricamente» cualquier relación con el atentado, expresó Kanaani. «Nadie tiene derecho a acusar a la República Islámica de Irán».
En su conferencia de prensa semanal en Teherán, Kanaani agregó: «En este atentado, no consideramos a nadie más que a Salman Rushdie y a sus partidarios dignos de culpa e incluso de condena».
«Al insultar los asuntos sagrados del Islam y cruzar las líneas rojas de más de mil quinientos millones de musulmanes y de todos los seguidores de las religiones divinas, Salman Rushdie se expuso a la ira y la rabia del pueblo», remarcó Kanaani.
El galardonado autor fue amenazado de muerte durante más de 30 años por «Los versos satánicos».
El difunto líder supremo de Irán, el ayatolá Ruhollah Jomeini, emitió una fatwa, o edicto islámico, exigiendo su muerte. Una fundación iraní había ofrecido una recompensa de más de 3 millones de dólares por el autor.
Kanaani señaló que Irán no «tenía ninguna otra información más que lo que los medios de comunicación estadounidenses informaron».
Rushdie, de 75 años, fue apuñalado el viernes mientras asistía a un acto en el oeste de Nueva York. Sufrió daños en el hígado y se le seccionaron los nervios de un brazo y un ojo, informó su agente. Es probable que pierda el ojo herido.
Su agresor, Hadi Matar, de 24 años, se declaró inocente de los cargos derivados del ataque a través de su abogado.
La novela de Rushdie «Los versos satánicos», publicada en 1998, fue considerada blasfemia por muchos musulmanes, que veían en el personaje un insulto al profeta Mahoma, entre otras objeciones.
En todo el mundo estallaron protestas, en ocasiones violentas, contra Rushdie, nacido en la India en el seno de una familia musulmana. En uno de los disturbios murieron 12 personas en su ciudad natal, Mumbai.
Los medios de comunicación iraníes y los partidarios de la línea dura de la dirección religiosa del país celebraron el ataque contra Rushdie.
Tras el atentado, se compartió ampliamente en las redes sociales una vieja cita del actual líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jomeini, en la que decía que la fatwa había sido «disparada como una bala que no descansa hasta dar en su objetivo».
«Esto merece una felicitación: Si Dios quiere, celebraremos que Salman Rushdie se vaya pronto al infierno», tuiteó el experto conservador Keyvan Saedy.
El diario ultraconservador iraní Kayhan saludó el sábado al agresor que atacó a Rushdie.
«Bravo por este hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y depravado Salman Rushdie en Nueva York», escribió el periódico, cuyo jefe es nombrado por Jomeini.
Otros, sin embargo, temen que el ataque -independientemente de la razón por la que se llevó a cabo- pueda perjudicar a Irán en su intento de negociar su acuerdo nuclear con las potencias mundiales.