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Ucrania: La evolución de la guerra tras un año desde el inicio de la invasión rusa

Por Gustavo Beron
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Itongadol.- Ha pasado un año desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. Fue el 24 de febrero de 2022, un día que muchos recordarán para siempre. En un discurso televisado, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, comunicó que había ordenado una «operación militar especial» en la región ucraniana del Donbás, al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le suplicaba que se detuviera.

Las sirenas antiaéreas sonaron por todo Kyiv, la capital ucraniana, mientras el presidente del país, Volodymyr Zelensky, reaccionaba con una advertencia.

Un año después, sin que se vislumbre el final de los combates, analizamos el impacto de la guerra en Ucrania a través de gráficos, desde el avance ruso hasta el número de personas desplazadas y los cambios en el armamento que se ha utilizado.

Antes de la invasión de hace un año, los separatistas apoyados por Rusia controlaban una parte importante del territorio del Donbás, en el este de Ucrania.

El 21 de febrero de 2022, el presidente Putin anunció que Rusia reconocía la independencia de dos regiones separatistas, las autoproclamadas República Popular de Donetsk y la República Popular de Luhansk.

Fue una medida condenada por Ucrania, la OTAN y los países occidentales, pero que posteriormente permitió a Putin movilizar tropas hacia esos territorios.

Rusia ya se había anexionado Crimea en 2014, aunque la mayoría de los países siguen reconociendo la península como parte de Ucrania.

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Doce meses después de la invasión, Rusia no posee ni de lejos tanto territorio como en las primeras fases de la guerra, cuando sus fuerzas avanzaron hacia Kyiv, pero sigue ocupando importantes zonas en el este y el sur.

Tras fracasar en su ofensiva contra la capital ucraniana, las fuerzas rusas centraron su atención en tratar de unir los territorios que tenían controlados en el este, alrededor de Luhansk y Donetsk, con las zonas cercanas a Crimea en el sur.

En mayo lo consiguieron cuando Ucrania evacuó a las tropas que le quedaban de la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariúpol, después de un largo y sangriento asedio.

Esto le brindó a Rusia un puente terrestre clave que conecta las zonas que controlaba en el sur y el este, así como el control de la costa sureste de Ucrania y el mar de Azov.

Pero desde entonces la mayoría de las victorias clave de la guerra han pertenecido a Ucrania.

En un contraataque que comenzó en septiembre, las fuerzas ucranianas retomaron gran parte del noreste de la región de Járkov, y más tarde reconquistaron la ciudad de Lyman y otras zonas de las provincias de Donetsk y Luhansk.

En noviembre, el avance de Kyiv en el sur obligó a las tropas rusas a retirarse de la ciudad de Jersón a la orilla oriental del río Dniéper, aunque Moscú sigue controlando el territorio de la orilla occidental.

Sin embargo, Rusia ha respondido lanzando oleadas de ataques con misiles de crucero y aviones no tripulados contra ciudades y centrales eléctricas ucranianas, en respuesta a un audaz ataque de las fuerzas ucranianas en octubre contra un puente clave que une Crimea con Rusia.

Y en el este de Ucrania, las fuerzas rusas han participado en una sangrienta y brutal batalla para tratar de apoderarse de la ciudad de Bajmut, unos 60 km al norte de Donetsk.

La ofensiva, sin embargo, ha dejado entrever una posible fisura en las fuerzas de Moscú, ya que el ejército ruso y el Grupo Wagner, una organización privada de mercenarios, se contradijeron públicamente sobre quién debía atribuirse el mérito de la toma por Rusia de la cercana ciudad de Soledar.

La guerra ha causado miles de muertos, pero ambos bandos se muestran reacios a publicar cifras militares oficiales.

Hasta el 13 de febrero de 2023, se habían registrado 7.199 muertes de civiles en Ucrania y 11.756 heridos, según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Sin embargo, la organización afirmó que cree que «las cifras reales son considerablemente más altas, ya que la recepción de información de algunos lugares donde se han producido intensos enfrentamientos se ha retrasado y muchos informes siguen pendientes de corroboración».

Desde la invasión rusa, la agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ha registrado el desplazamiento de unos 7,7 millones de personas desde Ucrania a diversos países de Europa,incluida Rusia, de una población de unos 44 millones, con casi siete millones de ucranianos desplazados internamente.

Después de Rusia, la mayoría de los refugiados han huido a Polonia, Alemania y la República Checa.

La ONU describió la situación como «el desplazamiento forzoso de población más rápido desde la Segunda Guerra Mundial».

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