Editorial publicada por Anna Ahronheim en The Jerusalem Post
Itongadol.- A las cinco de la mañana del jueves, Rusia disparó cientos de misiles hacia Ucrania, en lo que fue el comienzo de su invasión a gran escala del país europeo que obtuvo su independencia de Moscú en 1991.
Se trata de una guerra que mostrará el poderío militar de Rusia frente a Ucrania y a los sistemas de armas occidentales. Si las últimas armas rusas se probaron en Siria, ahora se están probando en Ucrania.
Ya se difundieron en las redes sociales vídeos de misiles que sobrevuelan Ucrania, y algunos informes indican que podría tratarse de misiles balísticos navales Kalibr o Iskander, o de misiles de crucero disparados por aviones rusos hacia objetivos estratégicos ucranianos, entre los que se encuentran aeródromos militares, sistemas de defensa aérea, depósitos de municiones, infraestructuras y otros.
Tras las primeras andanadas de misiles, que pueden haber sido lanzadas por sistemas de lanzamiento de cohetes múltiples como el 9A52-4 Tornado, se filmaron tanques rusos cruzando hacia Ucrania, así como aviones y helicópteros sobrevolando ciudades y pueblos ucranianos.
Aunque los informes que salen de una zona de guerra son siempre difíciles, Ucrania informó de que al menos seis aviones de combate y un helicóptero fueron derribados por sus defensas aéreas el jueves por la mañana.
Fue sólo el comienzo de una guerra que los militares israelíes seguirán de cerca para saber a qué podrían enfrentarse en una futura guerra en su frente norte, donde las fuerzas sirias han sido entrenadas y han recibido ayuda militar de Rusia.
Tanto Ucrania como Rusia mejoraron sus ejércitos en los últimos años, pero Rusia los supera con creces en términos de personal (850.000 frente a 250.000) y armamento. En términos de poder aéreo, Rusia cuenta con un total de 4.100 aviones frente a 318 aviones ucranianos.
Rusia tiene uno de los ejércitos más poderosos del mundo y gastó 61.700 millones de dólares en su ejército en 2020. Según Global Firepower, que analiza las capacidades militares de los países de todo el mundo, Rusia es el segundo ejército más poderoso del mundo. Ucrania, por su parte, ocupa el puesto 22 de 140 a nivel mundial.
Antes de la invasión, Rusia tenía unos 200.000 soldados desplegados en las fronteras de Ucrania, Moscú también desplegó sistemas de misiles balísticos de corto alcance Iskander, tanques y artillería. Comenzaron su ataque por la noche y esperaron hasta la mañana para empezar a mover sus fuerzas terrestres en el lugar.
Israel observó de cerca cómo Rusia probaba varias plataformas en Siria y estará aún más atenta para ver si pueden enfrentarse a las armas occidentales proporcionadas a Ucrania. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) también observarán cómo el ejército ruso mueve sus fuerzas y utiliza sus vehículos blindados pesados y tanques en zonas urbanas.
Aunque las FDI han estado invirtiendo en municiones de precisión que pueden dispararse desde distancias lejanas para reducir el riesgo para las fuerzas terrestres, los tanques y los vehículos de combate blindados siguen siendo un aspecto central de cualquier batalla en la que participen las FDI.
Ningún tanque del ejército israelí maniobro en zonas urbanas densas desde la Operación Borde Protector, la guerra de 2014 en la Franja de Gaza, y la Segunda Guerra del Líbano en 2006. Las FDI buscarán aprender las lecciones de cualquier combate urbano en esta guerra llevada a cabo por los rusos. La respuesta ucraniana a los tanques rusos también será estudiada por Israel.
Aunque la mayor parte del ejército de Kiev se basa en sistemas soviéticos anticuados, ha recibido nuevos equipos de Occidente, como los misiles antitanque Javelin, los misiles antiaéreos Stinger y los drones Bayraktar de fabricación turca, que podrían cambiar las reglas del juego.
Los drones de fabricación turca e israelí fueron plataformas clave en otra guerra reciente en la que participó Rusia. En el conflicto de 2020 entre Armenia y Azerbaiyán, pequeños drones tácticos arrasaron con los tanques armenios e incluso con las defensas aéreas rusas.
Aunque Kiev no es una gran potencia en el campo de los drones y no cuenta con ninguno de fabricación israelí, el ejército ucraniano lleva desde 2014 desplegando una serie de pequeños drones tácticos, algunos de los cuales pueden sobrevivir a la interferencia del GPS, y aunque por sí solos no derrotarán al ejército ruso, es probable que se conviertan en una molestia mortal.
Entre los aviones no tripulados de su arsenal se encuentra el Yatagan-2 («Cimitarra»), que puede navegar hasta 12 minutos en busca de objetivos antes de lanzarse sobre uno con un explosivo de dos libras, o el avión no tripulado de ala fija llamado AN-BK1 Horlystisa, fabricado por Antonov (que construyó algunos de los aviones de transporte más grandes del mundo), capaz de transportar municiones para atacar objetivos.
Las FDI son un ejército que se alaba a sí mismo por sus investigaciones en profundidad y su capacidad para incorporar las lecciones del campo de batalla. Aunque es muy probable que los militares israelíes observen la guerra de Europa desde la barrera, la observarán de cerca.
Estudiará los tweets, Snapchats, historias de Instagram y otras imágenes publicadas en las redes sociales, así como todo el poder militar que están utilizando ambos bandos, con el fin de prepararse mejor para la próxima guerra en la que participará.