Itongadol.- El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se reunió en Washington DC con el enviado de EE.UU. para el Líbano, Amos Hochstein, para discutir «qué acciones son necesarias para llegar a una situación que permita a los residentes del norte regresar a sus hogares».
Aunque Gallant afirmó haber insistido ante Hochstein en el compromiso de Israel de cambiar la situación de seguridad en la región fronteriza con Hezbollah, sus conversaciones se produjeron en un contexto en el que el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general militar C.Q. Brown, afirmó que era improbable que Estados Unidos pudiera proporcionar a Israel el tipo de paraguas de seguridad en caso de guerra con Hezbollah, como hizo cuando Irán atacó al Estado judío en abril.
La declaración de Brown formaba parte de una serie de filtraciones explícitas y anónimas de funcionarios estadounidenses que intentaban presionar a Israel para que bajara la temperatura de una posible operación o guerra de mayor envergadura contra Hezbollah.
Sin embargo, la estrategia israelí ha consistido desde el principio en presentar una amenaza militar viable para tener la posibilidad de obligar a Hezbollah a un acuerdo diplomático que haga cumplir la Resolución 1701 de la ONU: mantener al grupo terrorista al norte del río Litani y fuera del sur de Líbano.
No estaba claro qué podría conseguir Gallant en apoyo adicional de Estados Unidos tras las declaraciones de Brown.