Itongadol/Agencia AJN.- Agencias de inteligencia de todo el mundo y “especialmente el Mossad” patrocinaron enfrentamientos violentos entre facciones rivales de solicitantes de asilo eritreos en Tel Aviv, que dejaron más de 130 heridos durante el fin de semana, afirmó ayer el Ministerio de Información del país africano.
Eritrea afirmó que las agencias de inteligencia avivaron los enfrentamientos entre partidarios del gobierno y opositores del presidente Isaias Afwerki como parte de una “conspiración inútil” para dañar al pueblo, su identidad nacional, su cultura y sus valores. El ministerio también prometió exponer “las mentiras sobre los refugiados eritreos” en el futuro.
La mayoría de los solicitantes de asilo eritreos en Israel huyeron de la dictadura opresiva en su tierra natal, que se independizó de Etiopía en 1991 después de 32 años de conflicto armado. Desde sus inicios, el país está bajo el gobierno único del presidente Afwerki. Los refugiados de Eritrea informan que los ciudadanos son reclutados en el ejército a una edad temprana y sometidos a trabajos forzados en condiciones inhumanas.
Los recientes disturbios en Tel Aviv durante un festival de Eritrea son parte de un patrón global: se convierten en plataformas para que los solicitantes de asilo africanos protesten contra los regímenes de los que han huido. Los opositores al régimen ven estos festivales como herramientas de propaganda y recursos financieros para el gobierno de Eritrea. Los críticos argumentan que el gobierno utiliza estos eventos para recaudar fondos que en última instancia apoyan la opresión de sus ciudadanos.
Enfrentamientos similares entre partidarios de la dictadura de Eritrea y sus opositores estallaron en otros lugares donde se celebran festivales en todo el mundo.
Este año se cumple el 30º aniversario de la independencia de Eritrea y se celebraron festivales en varias ciudades del mundo.
Según los manifestantes, estos eventos son organizados por partidarios del régimen autoritario de Eritrea. En Israel, el festival fue encabezado por la embajada de Eritrea.
Los disturbios en Tel Aviv dejaron al menos 135 heridos, 15 de los cuales fueron graves, además de importantes daños materiales y una sensación de caos y pérdida de control entre los residentes.
Los manifestantes señalaron que “el problema comienza en Eritrea: es una dictadura. El presidente ha estado en el poder durante 30 años y no muestra signos de renunciar. La gente allí no tiene nada que comer ni beber”, dijeron a Ynet los opositores al gobierno del país africano.