Itongadol.- La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, asistió el último viernes a una sinagoga de la capital española con motivo de Iom Kipur (el Día del Perdón), recordando que “se cumple un año del mayor ataque contra Israel y el pueblo judío desde la Shoá (Holocausto)”.
“Un año de aquella tarde en la que aquí juntos lloramos a tantas víctimas inocentes que fueron asesinadas, torturadas y secuestradas aquel 7 de octubre», agregó.
En la misma línea, la presidenta regional expresó: “Un año más tarde nos preguntamos qué será de Kfir Bibas, de tan solo un año de vida, y de su hermano Ariel, de 4, cuando fueron arrancados de los brazos de su familia. Y qué será de las 101 personas que aún siguen fuera de sus hogares”.
Como se celebra la unión, Díaz Ayuso afirmó que “ni el pueblo de Israel ni los judíos están solos. Muchos admiramos su fortaleza ante estos desafíos, su larga paciencia ante los ataques que pretenden acabar con su vida cotidiana y su propia existencia y su sacrificio para evitar que otros pueblos caigamos ante la misma barbarie”.
La funcionaria también mencionó lo “injusto” que resulta exigir que quienes “defienden del mal lo hagan como si trataran con el bien”, y deseó que los “sentimientos identitarios y las ideologías totalitarias que protagonizaron los peores episodios del siglo XX no vuelvan a sembrar de odio el alma de nadie”.
Además, destacó que “el amor, la fe, la verdad, la libertad y la vida son mucho más fuertes e importantes que todo el mal de este mundo y ganarán todas las batallas porque, como el pueblo de Israel, vivirán siempre”.
“A diferencia de las bestias, aquí lloramos a todos”, aseguró, alabando a “los que están anteponiendo su vida para salvar la de los demás en todos los frentes de batalla y de lo injusto que es exigirles que cuando nos defiendan del mal lo hagan como si trataran con el bien”, reivindicando el valor de la libertad y la vida, “los dos bienes más preciados que tiene el hombre”.
“No llego a entender por qué algunas sociedades tienen tan poco respeto por ambos, ni cómo se les puede hacer entender que ninguna vida vale más que otra porque todas son únicas e insustituibles”, concluyó.