Itongadol.- Luego de la media noche del 6 de septiembre de 2007, 8 aeronaves pertenecientes a tres escuadrones de la Fuerza Aérea del Estado de Israel ingresaron en territorio sirio y atacaron un lugar en la región de Dayr az-Zawr, en lo que se conoció como la “Operación Huerto”.
Los sirios informaron que el ataque israelí había sido repelido, y que el objetivo atacado era una base militar en desuso. Los los medios israelíes, por su parte, no informaron nada al respecto.
Días después, medios estadounidenses informaron que la operación había sido dirigida por el propio ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, y que los aviones habían atacado una base en donde había material bélico norcoreano, presuponiéndose que estaba destinado a Hezbollah.
A la semana del ataque, The Washington Post informó que los servicios de inteligencia estadounidenses e israelíes habían averiguado que Siria, con la ayuda y los materiales de Corea del Norte, estaba construyendo un reactor nuclear. The Sunday Times dedujo que el objetivo del ataque aéreo israelí había sido destruir esa “instalación capaz de construir armamento no convencional” (nucleares).
Sobre el objetivo de la operación israelí en Israel no se dieron especificaciones, pero el por entonces primer ministro israelí, Ehud Olmert, declaró al ser consultado que “los servicios de seguridad y las Fuerzas de Defensa Israelíes están demostrando un coraje inusual». «Naturalmente, nosotros nunca mostramos al público nuestras cartas”, expresó el mandatario, y lo mismo se informó oficialmente a los miembros de la Knesset.
Dos semanas después, el entonces líder de la oposición, Benjamín Netanyahu, declaró que había felicitado al primer ministro al enterarse de la operación llevada a cabo.
Ese mismo 2 de octubre, el Ejercito de Defensa de Israel (FDI) confirmó que se había efectuado un ataque en territorio sirio luego del inicio del día 6 de septiembre, pero mantuvo el silencio sobre el objetivo y los detalles de la incursión aérea. Casi a fines de octubre, funcionarios estadounidenses declararon a The New York Times que la instalación atacada había sido desmantelada poco después del bombardeo, prueba según los informadores, de que Siria tenía algo que ocultar.
Recién 11 años después el Estado de Israel confirmó que la incursión aérea del 6 de septiembre del 2007 tuvo como objetivo destruir la instalación nuclear en territorio sirio, y que había sido un éxito.