Itongadol.- El profesor Marcelo Sternberg, presidente de la sociedad israelí de Ecología, recibió a Itongadol en la Universidad de Tel Aviv y advirtió sobre las consecuencias que trae la guerra en Gaza al medio ambiente.
‘‘La situación es tremenda. Por un lado la cantidad de bombas que cayeron, toneladas de explosivos que tienen lo que se llama heavy metal, metales pesados que contaminan el suelo y se quedan en la superficie. Habrá que hacer un tratamiento en el suelo para reutilizarlo, porque ahí no se va poder cultivar absolutamente nada’’ aseguró Stemberg sobre los problemas que trae la guerra al cambio climático.
Entrevista completa:
-¿Cómo se explica que millones de metros cúbicos de tierra que los terroristas de Hamas sacaron de bajo tierra para construir sus túneles no fueron detectados por la inteligencia Israelí?
-Lógicamente para cavar grandes superficies de 700 kilómetros de túneles que hoy en día hay, hay que sacar mucha arena. Porque la ventaja de los túneles que hay en la Franja de Gaza es porque la estructura del suelo es arenosa. Entonces es fácil cavar. Ellos utilizaban grandes tinglados y ahí empezaban a sacar la arena, y de a poquito, con camiones, iban tirándola en lugares de construcción. La arena la utilizaban para la construcción de edificios. Israel le daba el cemento, pero para eso necesitás arena, que venía de ahí.
-¿Cómo está viendo dentro de la Universidad el tema de la guerra?
-La guerra ha afectado a la universidad de Tel Aviv y a todas las universidades de todos los sistemas de educación, en forma muy grande. Por un lado, tenemos más de seis mil estudiantes enrolados, dentro de lo que son las reservas del ejército. Tenemos 30.000 estudiantes y hay 6000 incluidos. Hemos tenido lamentablemente muchos muertos, dentro de esos 6.000 y también un estudiante de mi departamento que falleció, que fue matado en combate. Eso afecta lógicamente a toda la gente que sufre la pérdida de estudiantes, que mueren y que cada uno de los que mueres son un diamante por sí mismos. La pérdida es tremenda, de esta guerra que es un desastre desde todo punto de vista. Tanto los que nos han llevado a esta situación, este gobierno corrupto y que ha llevado a este desastre y que no tiene una intención de asumir responsabilidades y de irse. Porque tiene interés también de mantener la guerra, porque si la guerra termina, ellos se van a ir.

-Creíamos que la guerra había unido a la sociedad israelí y un politólogo de la universidad explicó que eso está lejos de ocurrir.
-Hay una sociedad que está unida. Pero esto venía de un proceso de gran movimiento social en contra de este gobierno y que la realidad ha hecho que la gente de ideas políticas hayan tenido que unirse para poder enfrentar la guerra. Pero el problema de base de este tipo de gobierno, donde las prioridades que ellos promueven están muy lejos de las prioridades de desarrollo de la mayor parte de la gente.
-¿Cómo es su trabajo, su especialidad?
-Yo soy ecólogo de cambio climático, trabajo en los efectos del cambio climático sobre sistemas naturales y agrícolas. Este es un tema que tiene una influencia general a nivel mundial. Tengo la suerte de ser un ecólogo experimentalista, que hace experimentos a campo, y veo a través de distintos tipos de manipulaciones de variables climáticas, como por ejemplo la lluvia, cómo los sistemas van a responder ante escenarios futuros de disminución de lluvia, de la sequía o aumento de eventos extremos. El cambio climático es el aumento de eventos extremos, tanto más sequía, más calor, más frío y cómo eso afecta a los sistemas naturales de Israel, que son sistemas que tienen un rol muy importante, como entes reguladores del aire que nosotros respiramos, del agua que nosotros bebemos, de los suelos que nosotros utilizamos para agricultura. Y ver también a nivel agrícola, cuál es el impacto del efecto del cambio climático sobre las variedades y tipos distintos de productos.
-¿Su trabajo tiene que ver con el Estado de Israel, sobre cómo solucionar problemas con su clima, con su sequía, con su falta de agua?
-Los problemas que enfrenta Israel son problemas globales. Nosotros hacemos un foco regional, utilizando las características de esta región, para pensar qué nos va a pasar en los procesos de desertificación, qué va a pasar con la riqueza de especies, cuál va a ser el aumento o disminución de productividad en cereales. Todo lo que ha sido desarrollado en agricultura respecto a cereales, está basado en climas de hace 50 años atrás. Nosotros tenemos que buscar desarrollar productos agrícolas que estén adaptados al clima del futuro. Si bien hacemos hincapié en la realidad nacional, tiene extrapolación a nivel internacional.
-¿Esto ocurre en todos los países? ¿Siempre hay alguien que se ocupa de esto? ¿Detrás tuyo está la creación del Estado de Israel? ¿Es un área que debés heredar de gente que viene trabajando desde la creación de Israel?
-Este país ha privilegiado por no tener recursos naturales. La falta de recursos naturales, como los que hay en la Argentina, generó intentar hacer de lo que no hay, hacer algo. Entonces yo vengo también de una historia local, regional, de intentar maximizar lo que poco que hay.
-¿Cómo le va en eso?
-Tengo la suerte de poder estar aquí, de poder desarrollar ideas, intentar aplicarlas y ver los resultados. Me pagan para hacer lo que me gusta.
Buscamos formas de desarrollo, donde maximizar el manejo de los recursos naturales de forma sostenible. Nosotros hablamos de la sustentabilidad y de buscar formas donde el manejo del recurso sea lo más sostenible posible, disminuyendo la necesidad de poner fertilizantes, la necesidad de irrigar con mucha agua, la necesidad de usar pocas extensiones de tierra. Hay que maximizar cada metro del suelo para intentar aumentar la productividad y mantener la riqueza natural. El crecimiento grande de la población de Israel, donde tenemos casi 10 millones de habitantes, en una superficie muy pequeña. Con una tasa de natalidad de las más altas de la OCDE. Vivimos en un país desarrollado con una tasa de natalidad de un país subdesarrollado. Eso conlleva a que cada día hay más tránsito, más embotellamientos. Las infraestructuras intentan mejorar, pero no lograr llegar al ritmo de crecimiento de este país.
-¿Dónde vemos en Israel los resultados?
-Acá hay una política de inversión en las universidades y en la educación muy alta. Más del 4 por ciento del producto bruto interno está invertido en la investigación Academia. En Argentina la diferencia es muy alta, no llega al 0.5%. Esa diferencia de porcentaje de inversión en la educación, en la investigación, ha permitido a este país, que no tiene recursos, a buscar formas de desarrollar a través de la investigación, la investigación aplicada, la investigación innovadora e intentar llevar adelante cosas que en otros lugares es complicado.
-¿En la cotidianeidad dónde se ve el resultado de esos estudios?
-Yo soy presidente de la sociedad israelí de Ecología. Un tema importante acá es el agua, porque no hay agua en Israel. La tasa de crecimiento de consumo es muy alta, porque la población crece mucho y también el aumento de la sequía. El 50% del agua que nosotros consumimos hoy viene de plantas desalinizadoras del mar Mediterráneo. El mar se ha transformado en una fuente de agua potable crítica para el desarrollo y la vivencia de este país y también de los vecinos. Hoy en día Jordania recibe agua de Israel. Israel ha creado un acueducto que conecta planas desalinizadoras del mar al lago Kineret, que hoy en día es una base de reserva de agua de Jordania, que tiene una situación crítica de agua. En el convenio, va a poner grandes plantas solares y Jordania va a dar energía solar e Israel va a dar agua.
-El agua es uno de los temas principales…
-El manejo del agua. Hoy en día el 80 por ciento del agua de las cloacas es reutilizada para la agricultura.
-Es decir que si yo lo llevo a la Argentina, que es un país que lo tiene todo no serviría y no podría hacer esto porque todo funciona.
-No, al contrario. En Argentina se puede maximizar los recursos naturales, ya que hoy en día hay un manejo que no es sostenible. No se tiene en consideración el impacto ambiental del manejo de los campos, los ríos, las cuencas, los recursos naturales en general, el manejo de las napas subterráneas. Si vemos lo que sucede con la minería en la cordillera, la contaminación de los ríos o el desmonte, que yo vengo de Córdoba, la tasa del desmonte en Córdoba es más alta que la del Amazonas. Todos hablan del Amazonas pero en Córdoba la situación es tremenda, por procesos de sojización, por el aumento de la frontera agropecuaria y a necesidad de la búsqueda de recursos a corto plazo, sin tener en cuenta lo que pasa con los suelos.
-¿Hay países que requieren de ustedes o a los que les ofrecen sus servicios?
-Acá en Israel el único recurso que tenemos es el recurso humano, el cerebro de la gente. Siempre hay contactos de convenios internacionales con países menos desarrollados. Por ejemplo yo tengo otro sombrero, que es un sombrero combinado con el de la Universidad de Tel Aviv soy también profesor en China. Yo recibí una profesura en la Universidad en la China y hago cooperación con ellos, que están interesados en saber cómo maximizar el manejo de los recursos naturales. Ahí colaboro y tengo estudiantes y proyectos conjuntos en la China, e incluso hay estudiantes que vinieron para acá también. Vinieron a hacer el doctorado, que hay convenios de integración con la China y también con la India. Yo tenía estudiantes de la India. Y si bien entre China e India no se gustan entre ellos, acá en Israel se encuentran y colaboran entre sí.
-¿Qué se llevan en la práctica estos estudiantes de otros países tras estudiar en Israel?
-Se llevan la forma de desarrollo del pensamiento científico. Cómo desarrollar una idea, cómo desarrollar un proyecto, cómo buscar. Porque en la China por ejemplo es todo muy verticalista, el profesor les dice lo que tiene que hacer y no hay una cultura de pensamiento independiente. Acá siempre tiene que ser independiente, nosotros a los estudiantes les pedimos que sean ellos quienes desarrollan las ideas y nuestro rol es intentar enviarlos al camino que tenga menos errores, pero lógicamente hay que permitir que cometan errores porque es parte del proceso.
-Lo mismo observé en el Desierto de la Aravá, donde hay estudiantes que van a aprender cómo alcanzar los resultados logrados allí para luego trasladar el aprendizaje a sus países.
-Israel ha tenido un sistema de colaboración agrícola por muchos años con países de África y latinoamericanos, países que son menos desarrollados, que vienen a los procesos de entrenamientos. Eso ha creado las bases de las relaciones internacionales, algo muy importante de Israel con otros países del mundo.
-¿Su vínculo es con las provincias argentinas directamente o es parte de un poder político central?
-Argentina es una República Federal. Y el federalismo permite que las provincias tengan autonomía en el tipo de inclinación que ellos desarrollan. Lógicamente, hay provincias que directamente hacen convenios con la Universidad pero siempre está el marco nacional. La Universidad de Tel Aviv tiene un convenio con el CONICET por ejemplo, en el que el CONICET pone dinero, la Universidad de Tel Aviv pone dinero, y pueden venir estudiantes que están bajo la beca del CONICET a estudiar aquí.
-Tengo los ojos claros y cada vez que voy a la doctora me dice que en Argentina es un problema. No sé si tiene que ver con lo que hace, pero ¿qué pasa con el clima y el sol en ese sentido, respecto a la vida de los humanos en la tierra y de la naturaleza?
-A nivel climático tenemos una crisis de la que somos responsables por ejemplo del aumento de la temperatura a nivel mundial, por la producción de gases invernaderos que hemos aumentado a través de la quema de combustibles fósiles y la deforestación, que la función de los bosques es de absorber los gases que nosotros producimos. El cambio del aumento de la temperatura de los océanos, han llegado a temperaturas récords y todos los años se rompen récords en ese sentido. Los cambios son globales y la tendencia es el aumento de la temperatura, lo que lleva a algunos lugares a una temperatura con mayor humedad en el aire que produce que las tormentas sean mucho más intensas, que es lo que ha pasado también en Argentina, donde se ven huracanes o vientos mucho más fuertes. Cada vez se hace más intenso.
-¿El ser humano puede hacer algo frente a esto?
-Nosotros podemos hacer algo, tenemos que hacer algo, es nuestra responsabilidad porque nosotros desarrollamos un tipo de cultura consumista que el tema del ambiente no lo consideró. La cosa más simple que uno puede hacer es comenzar por la dieta que comemos. En Argentina se come mucha carne. La industria de la carne produce a nivel casi el 14% de los gases invernaderos que nosotros consumimos, a nivel de escala mundial. En el globo terrestre se puede ver cuánta superficie está invertida en zona de pastoreo o zonas para darles de comer a las vacas. La superficie son 40 millones de kilómetros cuadrados. Todo el continente americano, por ejemplo, de norte a sur, desde Tierra del Fuego hasta Alaska, son 42 millones de kilómetros cuadrados. Si nosotros vemos en el mapa que casi todo el continente americano está invertido para la producción de carne vacuna o carnes en general, tanto para la producción de zonas de pastizales como los granos que dan de comer a los animales, uno dice que una cosa muy fácil sería bajar el consumo de la carne.
-Sabemos lo que debemos dejar de consumir, ¿qué debemos comenzar a consumir?
-Una dieta más balanceada, con más verduras, una dieta vegetariana, la dieta mediterránea, que es típica de esta región, con alto contenido de especies, alto contenido de verduras. Eso baja la cantidad de superficie que necesitamos para no desmontar, como pasa en Córdoba por ejemplo, para poder poner más vacas. Son cosas simples que uno puede hacer. Otra alternativa es el tema del consumo, nosotros vivimos en una sociedad que siempre promueve cambiar cada poco tiempo el auto o la ropa, que también es una industria altamente contaminante la de la ropa, por la cantidad de agua que se necesita para hacer una camisa, por ejemplo, estamos hablando de más de 3500 litros de agua para producir una camisa o una remera, que quizás se usa un año y luego no se usa más. El tema fundamental que podemos hacer es qué es lo que consumimos y comprar lo que necesitamos.
¿Qué consecuencias tiene la guerra en Gaza a nivel ambiental?
-La situación es tremenda. Por un lado la cantidad de bombas que cayeron, toneladas de explosivos que tienen lo que se llama heavy metal, metales pesados que contaminan el suelo y se quedan en la superficie. Habrá que hacer un tratamiento en el suelo para reutilizarlo, porque ahí no se va poder cultivar absolutamente nada.
-¿Por qué un israelí está hablando de esto?
-Porque los palestinos no se van a ningún lado y los civiles que viven en la Franja de Gaza no tienen la culpa ni la responsabilidad por el gobierno que tienen, son inocentes. Esta gente va a tener que consumir verduras, vegetales, pero esa tierra está altamente contaminada.
-¿Desde donde me lo dice? Pensando en aportar para solucionar o informando para advertir.
-Desde ambos, porque la gente tiene que saber que los problemas ambientales no tiene límites. Lo que pasa aquí también pasa allá, y viceversa. Si allí hay una erupción de enfermedades porque el agua está altamente contaminada, el mejor ejemplo de esto es el coronavirus, los virus no tienen límites. Si allí hay una malaria también la tendremos aquí, a nivel de ese tipo. Las enfermades virósicas, que transmiten por el aire, llegan a todos lados, no hay manera de evitarlas. Y esto es parte de la preocupación, por un lado la preocupación por parte de Israel, que es una bomba a destiempo desde el punto de vista sanitario que haya una erupción, una crisis sanitaria enorme, pero por el otro lado está el tema del agua, que está altamente contaminada en la Franja de Gaza. Toman agua de los pozos, que los pozos de agua que tienen están altamente contaminados, porque tienen cero tratamiento, las cloacas no tienen tratamiento, todas las cloacas de ellos van a parar al mar. Estamos hablando del agua del mar. Y las corrientes marinas que hay en el Mediterráneo, que van del sur al norte, hay 130 millones de litros de agua, que todos los días van a parar al mar.
La planta de desalinización de agua potable de Ashkelon está pegada a la Franja de Gaza. Esa planta no está en funcionamiento todo el tiempo, hubo que mandarla mucho más profundo y ponerle sensores que miden la cantidad de bacterias que hay en el agua, porque si tomás esa agua altamente contaminada tapás toda la membrana de desalinización. Es decir que se baja la cantidad de agua que se produce. Toda la pesca por ejemplo está prohibida y el impacto ambiental es enorme. Por otro lado, más del 70% de los edificios están destruidos y hay que ver que se hace con toda esa basura que no hay donde meter. Si querés construir cómo hacés. En las guerras y operaciones pasadas la mayor parte de los edificios que fueron destruidos se enterraron dentro de Gaza. Pero cómo hacés para enterrar ahora millones de toneladas de hierro. Estamos hablando de cambio climático y la industria del cemento tiene un 6% de los gases invernaderos, la industria de la construcción es una industria altamente contaminante.
-Si yo fuese un periodista de Al Jazzera y le dijese que cómo puede ser que usted está pensando en la solución si ustedes están creando el problema, ya que desde su lugar creen que es así. ¿Cómo se sortea esto?
-El problema ambiental no tiene límites. La mayor parte de la gente de Hamás no ve ese riesgo.
-Pero Israel también es responsable de parte de la destrucción porque está en guerra, pero tiene un señor que está pensando en el daño que se está generando y cómo hacer para resolverlo. Es una especie de puerta giratoria.
-Tenés que pensar en el día de mañana. Los palestinos no se van a ir a ningún lado. Y no existe la solución fácil en este problema que es sumamente complejo, hay que pensar en el día de mañana, en lo que pasará cuando este gobierno corrupto se vaya, cuando el gobierno corrupto de la Franja de Gaza sea destruido y entre otro organismo para controlar la región. No habrá otra alternativa que buscar en la rehabilitación y en la reconstrucción de una zona que está destruida.
-¿Cómo fue el recorrido para que llegue a trabajar en esta área?
-El recorrido es dentro de los organismos ambientales locales, organizaciones ONG que hablan sobre el tema. Que hablan de cómo va a ser construida toda la zona que fue destruida dentro de Israel por Hamás, por ejemplo los kibutzim. Tenemos que decidir qué tipo de construcción hacemos, si hacemos construcciones como las que había, del año 50, o hacemos casas que tienen construcciones con perspectiva verde, con paneles solares, con reciclaje de agua. Qué tipo de estructuras hacemos hoy, qué tipo de conexión. Seguimos con eso de que cada uno tiene que tener su auto porque está desconectado del mundo o construimos una infraestructura que sea más sostenible desde el punto de vista ambiental y que tenga un costo más bajo. Qué tipo de construcción, qué tipo de cemento. El mismo cemento de siempre o uno que tenga menos impacto ambiental, todo eso a nivel general.