Itongadol.- Gustavo Gakman, director de la oficina para América Latina y España del Keren Leyedidut, mantuvo una entrevista con ItonGadol sobre el aumento en la cantidad de olim que eligen a la institución para hacer aliá.
“Escuchamos a los olim, tratamos de atender todas sus necesidades y aconsejamos”, destacó Gakman.
-¿Cómo analiza el crecimiento del Keren Leyedidut en Argentina?
-Creo que superaron las expectativas. Keren Leyedidut todavía es nuevo en la Argentina, hace poco más de un año que estamos acá, y no esperábamos tener tanta gente interesada en hacer aliá por medio de nosotros, ni que tantas diferentes organizaciones de la comunidad conozcan al Keren Leyedidut.
-¿Qué tipo de perfil tienen las personas que están haciendo aliá?
-Regionalmente, en su mayoría son personas que tienen necesidades económicas por la situación particular de cada país y hay también gente que no está tan mal económicamente, pero sí está preocupada por el futuro de sus hijos y piensan que en Israel van a tener un futuro mejor. Por cuestiones ideológicas la cantidad es menor. En Uruguay hay chicos de movimientos juveniles que hacen aliá por ese motivo, pero son una minoría.
-¿Qué característica tiene el olé cuando llega a Israel?
-Está el olé que viene con motivación, que está dispuesto a hacer cualquier cosa, que entiende que todavía no habla el idioma y no puede aspirar a trabajos con demasiada importancia. Esos olim muy rápidamente comienzan a trabajar, con puestos simples, pero avanzan muy rápido y en general están muy conformes.
-¿Qué pasó en este último año?
-Creció mucho la cantidad de olim del Keren Leyedidut. Pienso que estamos haciendo cada vez mejor un trabajo más profesional, que entendemos cada vez mejor las necesidades de los olim y también entienden que no hay ningún motivo para no hacer aliá por medio del Keren Leyedidut.
-Tuvieron un encuentro en Brasil, ¿qué ocurrió allí?
-Hicimos por primera vez un seminario con los diferentes representantes del Keren Leyedidut, con Leo Nairdof de Buenos Aires, Nadin Hakas de Uruguay, Waldemar Kertsman, de San Pablo y con Adolfo Berger que se va a ocupar de Río de Janeiro. El objetivo era que se conozcan y consolidarnos, poner metas en conjunto y compartir ideas y las vivencias que tiene cada uno en su país.
-¿Cómo es la experiencia en cada país? ¿Hay similitudes?
-Hay muchas cosas en común sin dudas, pero en cada país hay otra realidad. También varía por la cantidad de olim que hay en cada lugar. Pero las motivaciones de los olim son muy parecidas.
-¿Qué desafíos se plantearon?
-Algo muy importante es que logramos unir la parte de absorción en Israel. Los que nos representan en Latinoamérica no estaban muy enterados de cómo era el proceso y vino el representante de absorción en Israel y explicó lo que hace allá. Así, logramos unir el proceso desde que el olé está interesado en hacer aliá hasta que es acompañado durante seis meses en Israel, para que todos estén alineados, porque siempre había una especie de separación en cada etapa organizativa. Antes la aliá y la absorción estaban separadas en el Keren Leyedidut y hace unos meses atrás se unieron los dos departamentos.
-¿Qué particularidad debe tener aquel que desea hacer aliá?
-Nosotros no definimos quién puede viajar y quién no. Con que reciba un permiso de la Agencia Judía, para nosotros es suficiente. Nosotros no ayudamos a turistas que quieren ir a Israel y arreglar la documentación allá, sino que tienen que tener un permiso de aliá. Pero también nosotros ayudamos a todo aquel que tenga un pasaporte israelí, que hizo aliá en el pasado, volvió a su país natal por diferentes razones y hoy en día quiere tener una segunda oportunidad.
-¿Qué beneficio tiene aquel que desea viajar a través del Keren Leyedidut?
-Primero, tiene una atención personal, desde el momento en que está interesado. Especialmente con mucha información, pero también en todo nivel: los escuchamos, tratamos de atender todas sus necesidades y aconsejamos. Segundo, nosotros damos un pasaje aéreo; pagamos una tercera valija, aparte de las dos que incluye el vuelo, porque entendemos que el olé tiene mucho para llevar; los recibimos en el aeropuerto; damos 500 dólares para cada adulto de la familia y 300 para cada hijo; y durante seis meses los acompañamos, tienen alguien a quien llamar para hacer una consulta o si tienen algún problema. Hacemos seminarios de formación, que es muy relevante para el olé.
-¿En este primer año todo el sistema funcionó bien?
-Sin duda, porque cada vez el número de olim que vienen con el Keren Leyedidut es mayor y yo creo que uno de los motivos es la atención que le dimos y que las personas que ya tuvieron la experiencia lo comentan con los que la quieren hacer. Pasa de boca en boca y fue exitoso.