Itongadol.- Ximena Dolgonos viajó a mediados de octubre a Israel acompañada por su marido, sus cuatro hijos y su madre de 87 años. El vuelo lo realizó junto con otros 140 olim argentinos de la mano del Keren Leyedidut. Tuvo que hacer una cuarentena de 7 días por la pandemia del coronavirus y ya está lista para comenzar una nueva vida en el Estado hebreo. En una entrevista con ItonGadol realizada en Tel Aviv, Dolgonos contó sus expectativas y su alegría por cumplir este sueño.
-¿Cuánto comenzó la idea de hacer aliá?
-Empezamos con la idea hace tres años. Lo fuimos elaborando en familia, averiguando, sacando de todos lados un poquito de información. Nos metimos en un montón de Zoom que hay para olim y lo fuimos planificando. En marzo de 2020 dimos el sí definitivo. Nos demoramos un poco, podría haber sido antes nuestro viaje, pero nos demoramos esperando que nuestro hijo más grande rindiera un examen. Se dio así, y creo que cada cosa se da cuando se tiene que dar.
-¿Cómo fue el proceso de este viaje concretamente?
-Desde el momento en que decidimos viajar con el Keren Leyedidut en Argentina, a cargo de Leo y de Martín, hubo un apoyo constante, siempre pendientes de lo que necesitábamos. Uno les escribe a cualquier hora y ellos están para contestar, para lo que sea. Y la verdad es que es de mucha ayuda, porque… bueno… es difícil. Uno tiene muchas dudas, porque en el proceso de levantar una casa, tantas personas, uno se pregunta el bolso de qué peso, de qué medida, y la verdad es que Leo y Martín estuvieron presentes siempre, contestando todo.
-No hace muchos años, la aliá se hacía en grandes conteiners y los olim se llevaban todo. ¿Cómo es la alía hoy? ¿Cómo se hace con sólo tres valijas?
-Nosotros no trajimos conteiner, yo sé que hay gente que trae, pero es muy caro y la verdad es que desde mi punto de vista, uno llega acá y tenés un montón de personas ayudándote, que te preguntan si tenés esto o lo otro. Yo tuve no sé cuántos ofrecimientos de heladeras, muebles y está bueno esa cosa de empezar de cero, empezar renovado y con todo nuevo. Obviamente que cada uno decide, ¿no?; pero nosotros no trajimos nada, sólo tres valijas por persona, y muchos bolsos de mano.
-¿Cómo es hoy la solidaridad con los olim? ¿Hay grupos de Facebook para recibir ayuda?
-Dentro de los grupos de WhatsApp siempre hay gente que va poniendo avisos. Encontré en Facebook y en Instagram gente de acá, que sabe de un vecino que da y que ofrece. En mi caso, yo tengo a mi prima que me presentó a mí, y se hizo una red enorme. Y la verdad es que es divino porque puso un post en el Facebook y no sabés las cosas que recibimos. Cuando yo llegué al aislamiento, me encontré con bolsas y bolsas, y bolsas para que yo viera y eligiera lo que quería y lo que no quería. Y hoy todavía me siguen mandando un montón de personas y amigas: que tengo esto, que tengo aquello. La verdad es que es increíble. Y no sólo eso, sino la cantidad de comida que hemos recibido, no se imaginan…
-Es decir que no hay una página formal que tenga que ver con si estás en Israel y podés ayudar… ¿Esto no existe?
-No, se va haciendo, no hay algo oficial, hay como redes. Sí hay páginas en Facebook, en que todo el mundo publica ahí, pero es particular. No se dedican a eso. Por ejemplo, es como si yo después de estar un tiempo acá, abriera una página que en castellano sería “entrego con amor”, entonces en esa página la gente se va uniendo y si tiene algo para dar postea ahí.
Está buenísimo, y a mí me parece que a futuro pensarlo para todos los que hicimos aliá, para devolver un poco de lo que uno recibió, los grandes favores.
-¿Cómo sigue vuestra vida después de la cuarentena?
-Después de la cuarentena nos fuimos a Rishon, a un departamento temporario de la municipalidad, en el que tenemos 14 días para hacer los trámites y buscar nuestro propio departamento. La gente del Keren Leyedidut nos acompañó en todo momento, ellos te acompañan en los primeros 6 meses. Ya tuvimos un Zoom de bienvenida, donde pasaron un montón de información, la verdad súper bien. Nuestra idea es estudiar el idioma, trabajar y pensar un poco ya al futuro. Nosotros nos dedicamos a la pastelería y creo que a futuro que se viene es la casa de té.
-Los chicos seguramente van a estar muy bien en Israel…
-Sí, sé que al principio no va a ser fácil, habrá que acompañarlos, estar al lado de ellos, pero todos estaban muy contentos de venir. Y eso nos hizo tener a nosotros como papás más seguridad. No trajimos a ninguno obligado, estaban todos felices.
-¿Cuál es tu mensaje, pensando en los que ya viajaron y en aquellos que todavía no se decidieron?
-Creo que es una oportunidad única la que tenemos: volver a nuestra tierra y a nuestras raíces, y que hay que aprovecharla. Acá las puertas están abiertas, todavía no salimos de este encierro, pero la sensación que uno tiene es que las puertas están abiertas. Eso es lo que yo siento hoy con mi familia.