Inicio Keren Kayemet Argentina Docente uruguaya que participó en el Congreso de Educadores del KKL: “El viaje a Israel me permitió unir la teoría con la práctica”

Docente uruguaya que participó en el Congreso de Educadores del KKL: “El viaje a Israel me permitió unir la teoría con la práctica”

Por Iton Gadol
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Itongadol.- Agustina Mutio trabaja en la Escuela Integral Hebrea Uruguaya. Recientemente participó en el Congreso de Educadores de Instituciones Judías organizado por el KKL en Israel y, en una entrevista con ItonGadol, destacó que del viaje se lleva “la capacidad de hacer del desierto un terreno fértil; de la destrucción de los templos, un nuevo templo; de las guerras, un intento de búsqueda de paz; de la Shoá, un ejemplo de memoria y de derechos humanos”.

En el Congreso de Educadores del KKL participaron docentes judíos y no judíos que no conocían Israel y trabajan actualmente en la red escolar judía de América Latina.

Durante una semana, los docentes recorrieron por ejemplo, el Parque Biosférico Ramot Menashe, la Universidad Technion, los lagos del Valle de Hula, el Monte Herzl, la Ciudad Vieja de Jerusalem, el Hospital Hadassah Ein Kerem, el Centro Taglit de Innovación Israelí en Tel Aviv y tuvieron su primera experiencia plantando un árbol en el Bosque Tzora del KKL.

-¿En qué escuela trabaja y en que especialidad?
-Soy docente de literatura de la Escuela Integral Hebrea Uruguaya, también me desempeño como asistente de dirección en preparatorios, de 5to y 6to año. Me encargo especialmente del último año de preparatoria en cuanto a su visión propedéutica, lo que tiene que ver con salir de la escuela y entrar en el mundo laboral o universitario. Es decir, me encargo de la graduación y todo lo que tiene que ver con orientación vocacional. Además, trabajo en creatividad de acción y servicio en el programa de diploma de bachillerato internacional. Ahí trabajo con actividades de voluntariado con los estudiantes, especialmente con su rol en las Tnuot. De alguna manera superviso sus acciones en cuanto a su compromiso y a sus proyectos educativos en esos movimientos juveniles.

-¿Qué significó para usted esta invitación del KKL para que docentes judíos y no judíos puedan visitar el Estado de Israel?
-En lo personal, esta posibilidad de conocer Israel ha sido de una gran alegría. Hace 12 años que trabajo en una escuela integral en una comunidad educativa con muchísimo compromiso con el Estado de Israel, donde los movimientos juveniles tienen una fuerte impronta. Realmente con lo que conocía respecto al discurso de Israel, no lograba dimensionar lo que este país es y lo que representa para mis estudiantes: ese amor que tienen por la tierra de Israel, esa pasión, sus proyectos de aliá. Me permitió unir la teoría con la práctica y conocer esa realidad a la cual estoy inmersa día a día con sus festividades, en sus proyectos, en sus luchas. Por otro lado, me parece una posibilidad única siendo no judía, pero trabajando activamente en la escuela. Me pareció una posibilidad única de, no perteneciendo a la comunidad, poder entenderla de adentro y conocer ese país idílico para nuestros estudiantes. Además, me parece súper interesante conocer gente de otras partes del mundo de Latinoamérica y conocer también sus roles, sus realidades. Muchas son distantes a la realidad de Uruguay. Creo que Uruguay es un país modelo en su compromiso con el sionismo, no así en todas partes de Latinoamérica, por tanto me pareció una experiencia muy enriquecedora.

Asimismo, me parece sumamente importante que estando en una escuela judía, un profesor de educación no judía pueda también trasmitir ciertos valores de la comunidad o estar aggiornado dentro de los ideales de la comunidad judía.

-¿Qué evaluación hace del viaje?
-Este viaje puedo sólo evaluarlo de forma positiva por la oportunidad y la organización del KKL, la logística y el congreso. La posibilidad de en solo 7 días conocer espacios fundamentales de Israel en una amplia gama de situaciones educativas, tecnológicas, medioambientales, legales y de relaciones exteriores. De alguna forma el KKL logró darnos un panorama amplio de Israel en un corto tiempo.

-¿Qué opinión se lleva del Estado de Israel?
-La imagen que me llevo de Israel es que realmente es admirable, la coherencia que existe en el proyecto país y sus prácticas. Todo está en pos de ser un país que sobresalga a nivel internacional, pero sin descuidar en apuro sus niveles de excelencia en su high tech, en sus propuestas de innovación sin descuidar el bienestar interno del país. La salud y la educación son públicas de gran nivel. También en el aspecto internacional de relación con otros países, dentro del concepto de Tikun Olam, favorecer a los otros. Me impactó el intento, la preocupación y el esfuerzo por la convivencia. Realmente es un país donde coexisten diferentes culturas y religiones con sus dificultades, pero con su constante preocupación por mejorar la convivencia, por lograr que sea un país cosmopolita y participativo donde se acepte al otro. En Jerusalem, con su tensión, conviven peregrinaciones cristianas, religiosos árabes y judíos en un mismo pequeño espacio respetando la religiosidad del otro. Realmente Jerusalem me parece un lugar donde se vibra una energía muy importante por esa espiritualidad distinta, pero compartida por esos años de historia de construcción y reconstrucción en un mismo espacio sagrado para muchas culturas, que realmente me resultó conmovedor.

-¿El conocimiento adquirido en el viaje puede mejorar sus tareas diarias?
-No creo que lo mejore en lo concreto, en aspectos puntuales, sino en la visión de ir a Israel, ser judío. Una cosa es lo que uno sabía y otra cosa es vivir, ese orgullo del Estado de Israel. Todo israelí que uno contactó en este viaje plantea ese orgullo por ese proyecto de país del que todos son parte, que no depende de políticos, sino que depende de la acción de cada ciudadano. Ese ejemplo me llevo como docente. Me llevo la resiliencia de ser judío; la capacidad de hacer del desierto un terreno fértil; de la destrucción de los templos, un nuevo templo; de las guerras, un intento de búsqueda de paz; de la Shoá, un ejemplo de memoria y de derechos humanos. La resiliencia y la resistencia, cómo los aspectos negativos pueden fortalecer la comunidad. Me llevo esa idea y esa vivencia de un Estado donde convive la tradición, la cultura compartida. Hay una mirada más amplia y diversa que lo que los medios de comunicación dicen. No sé si se convive perfectamente en Israel, pero es un motivo de lucha y preocupación, intento de superarlo a pesar de las infinitas guerras alrededor.

-¿Cuál es su mensaje para aquellos docentes del mundo hispanoparlante después de su experiencia en el Estado de Israel?
-Hay que conocer Israel para entenderlo, no alcanza con que te lo cuenten. Hay que estar para comprenderlo. Hay que trabajar en conjunto en Latinoamérica como una región que tiene mucho para dar. Tenemos todos los recursos naturales a diferencia de Israel y sin embargo no sabemos aprovecharlo. Tenemos que aprender de la capacidad de trabajo y superación del pueblo judío. También una organización como el KKL que resignificó sus objetivos apuntando a un país en desarrollo para que todos subsistan con bienestar. Es una organización que vale la pena conocer y aggiornarse más sobre lo que están realizando.

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