Itongadol.- Luisina Reinoso es integrante de la primera camada de Aliá Protegida, el programa de CUJA-Keren Hayesod para que jóvenes judíos que atravesaron situaciones de vulnerabilidad puedan comenzar una nueva vida en Israel. En una entrevista con ItonGadol, destacó que en sólo seis meses logró conseguir trabajo y que su experiencia en el país superó sus expectativas.
Aliá Protegida es una iniciativa destinada a jóvenes de 20 a 30 años con secundario completo, que consiste en 8 meses de preparación en Argentina, 10 meses de ulpán y acompañamiento en Israel.
-¿En dónde estás trabajando?
-Soy coordinadora de Dobrei Israel, un ulpán privado que tiene convenio con el ministerio de Absorción. Los olim tienen que solicitar un voucher. Ellos pagan el ulpán y después el ministerio les devuelve el dinero. Mi trabajo es básicamente ayudarlos con el trámite, ponerlos en contacto y ofrecerles una clase en la que puedan sumarse.
-¿Fuiste bien preparada con el idioma entonces?
-Sí, con el hebreo que había aprendido en el ulpán en Argentina antes de viajar. Acá ahora estoy haciendo el segundo ulpán y este trabajo lo conseguí entre el segundo ulpán y el primero. Ya tenía seis meses de ulpán cuando llegué a la entrevista laboral, que fue en hebreo.
-¿Sos una alumna y una olá muy aplicada?
-Sí, es difícil la vida acá. Tiene un ritmo que lo empuja a uno a ser así. Por ejemplo, el domingo se trabaja. Si bien el jueves es como un viernes a la noche, este es un país donde se trabaja mucho. Yo ahora a la mañana estuve en el ulpán y a la tarde estoy en mi trabajo en una oficina, de 14 horas hasta las 19. Todo en Jerusalem. El ulpán en el que trabajo tiene sedes en todo el país, pero yo trabajo desde Jerusalem.
-Desde que hiciste el check-in en Ezeiza a hoy, ¿cuáles son tus sensaciones?
-En el medio, cuando apenas llegué, a los dos meses falleció mi abuela y yo estaba acá. Así que creo que cuando me subí al avión, como todos los olim pensé, ¿a qué situaciones me voy a enfrentar estando lejos? Uno tal vez piensa en el nacimiento de un sobrino o en ¿qué voy a hacer cuando se case una amigo? Pero tal vez uno no piensa en las situaciones que son más complejas. Así que creo que cuando subí al avión no pensé en eso, que iba a ser tan pronto. Así que fue difícil a veces. Pero estoy muy contenta acá. Creo que superó las expectativas. Nunca me imaginé que a los seis meses iba a tener un trabajo en una oficina. Es lo más cercano a la vida que tenía antes.
-¿En dónde vivías en Argentina?
-Yo soy de Capital, mi familia vive en Lugano, de donde me mudé. Estuve un tiempo viviendo en Belgrano y trabajé ocho años en Palermo. Fui a ORT. Siempre viviendo lejos. En Lugano no hay comunidad, no hay un polo de trabajo.
-¿Y cómo te contactaron con Aliá Protegida?
-Mi mamá es beneficiaria de la fundación desde hace muchos años. Yo fui a ORT, estudié en la primaria en Bialik de Devoto y en ORT por las becas de la comunidad, si no, no hubiese tenido la posibilidad de estudiar. Estuve en contacto con Tzedaká y diferentes fundaciones. Y un día me llegó un mensaje de la asistente social que trabaja con mi mamá, de este programa. Yo venía averiguando para hacer un plan, como los de Masá, pero son muy caros y no tenía la posibilidad de acceder a eso. Sí conocía gente que los había hecho. De hecho, ahora tengo a la mitad del curso de mi secundario viviendo en Tel Aviv, porque hicieron aliá o están en proceso de. Pero son planes muy caros, no son pasantías pagas. Acá tenés que tener dinero para solventarte esos meses y también es un plan que tiene vencimiento. Después de seis meses, abrís carpeta pero volvés a la Argentina, volvés sin ahorros, con la experiencia de haber trabajado en Israel. Pero yo vivía sola, tenía un trabajo de ocho años, así que no iba a dejar mi trabajo por la inestabilidad de Argentina. Si me iba unos meses, ¿después a qué volvía? Tengo que mantener un alquiler. Estaba averiguando sobre los planes de aliá y ahí me contacté con Aliá Protegida.
-¿Aliá Protegida en tu caso funcionó evidentemente?
-Sí, yo creo que el programa aporta muchas herramientas en diferentes aspectos. Tanto si algún participante necesitaba una computadora, la conseguían; hebreo; dinero; asistencia psicológica; acompañamiento. En la medida de cada uno, creo que en ese sentido, es a lo que apunta el programa. Y sí, funcionó. Yo había estudiado, estudié en el terciario de ORT también y hay compañeros del programa que tal vez no estudiaron o terminaron hace poco el secundario y el programa también se enfoca en eso, en mostrar otras oportunidades.
-¿Fue difícil la decisión de ir a trabajar cuando apareció la oportunidad?
-Creo que ahora es más difícil, que trabajo y estudio. Si bien estaba acostumbrada a eso en Argentina, no en otro idioma. Entonces es muy cansador. Y obviamente es un trabajo que implica otra responsabilidad. Pero en el momento que vi la oportunidad, la tomé. Ya que en seis meses me tengo que mudar y coincidía que podía estudiar a la tarde y ya había tenido otros trabajos en los primeros momentos. Cuidé chicos, estaba entre trabajar en un café o entrar a trabajar acá, y en la misma semana quedé acá.
-¿Cuánto vale un café o una cerveza en Israel y cuánto estás cobrando?
-Acá la unidad de medida es la hora de trabajo. Es muy difícil que alguien de otro país entienda que en Argentina no sepamos cuánto vale nuestra hora de trabajo. Entonces cuando llegás a un país y te dicen que tu hora de trabajo vale 30, y que la leche sale 6 y que mañana va a seguir saliendo 6, sabés cuántas leches podés comprar por una hora de trabajo. En Israel, el mínimo que se paga por hora de trabajo son 32 shekels y salir a tomar un café o una cerveza pueden ser 20 shekels. O sea que con una hora de trabajo, saliste a merendar. Es cara la vida en Israel, pero también la calidad de vida acompaña a esos valores. Incluso, trabajando de mozo, hay que llegar a un valor con las propinas, y si no se llega, lo paga el empleador.
-¿Recomendarías Aliá Protegida para un joven que está pensando en esa posibilidad?
-Sí, estoy en contacto con los chicos de la nueva camada. Una demostración de la importancia de este programa es que el domingo al ulpán va a ir el presidente de la Knesset y de la Agencia Judía y soy una de la que va a hablar con ellos y contarle mi historia, dentro de otros olim de todo el mundo.