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Jorge Diener: “La pandemia abrió las puertas para aumentar la conexión entre Hadassah y Latinoamérica”

Por Gustavo Beron
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Itongadol.- El director ejecutivo de Hadassah Internacional, Jorge Diener, se encuentra de visita en Buenos Aires para fortalecer el trabajo de Hadassah Argentina. En ese marco, mantuvo una entrevista con ItonGadol, donde reflexionó sobre la época de la pandemia: “Generó una serie de nuevas conexiones surgidas por la misma necesidad, y de hecho abrió las puertas de mucha conexión entre Hadassah de Jerusalem con distintos países de Sudamérica y Latinoamérica”.

Diener destacó que Hadassah es “una organización humanitaria sin fines de lucro que creó el sistema de salud en Israel, que sigue siendo pionera e innovadora, y que a nivel organización siente que cuando tiene algo que puede dar, es una responsabilidad”.

Asimismo, también adelantó que “va a crear un instituto dentro del Hadassah de enfermedades pandémicas, con el objetivo de prevenir la próxima pandemia, y en el caso de que no se pueda prevenir, estar preparados para que en el momento de que la pandemia empiece se tengan todos las herramientas necesarias para evitar que el mundo se paralice”.

Además, se refirió a la próxima inauguración del Centro de Rehabilitación Gandel y al lanzamiento del proyecto «Young Haddassah, sin fronteras”, que convocará a jóvenes líderes del mundo.

Itongadol: El mundo miró el Hadassah cuando estalló la pandemia hace dos años y medio. ¿Qué pasó en este periodo?

Jorge Diener: No podemos dar la pandemia por terminada pero sí por debilitada, de hecho en Israel como en gran parte del mundo ya lo consideramos un fenómeno endémico y no pandémico. Durante esos dos años, y creo que en Argentina podemos dar un testimonio muy grande, cumplimos una misión muy importante, basada en nuestra misión de generar puentes para la paz a través de la salud, o puentes de salud tratando de traer paz. Asumimos un rol muy humanista e internacionalista de decir “Hadassah tiene un conocimiento que no se crea en Israel para la exclusividad del Estado de Israel o de la sociedad israelí, sino que se crea desde Israel hacia el mundo”. Tomamos un rol muy importante de sentir que era nuestra obligación moral en una situación en la que el mundo estaba frente a un desafío terrible como fue la pandemia del coronavirus, de poner al servicio de la humanidad el conocimiento que se estaba creando y las soluciones que se fueron creando.

-¿Cómo se juntó lo moral con lo técnico y lo médico?
-Lo moral y lo médico en Hadassah están juntos, no son cosas separadas. Hay una responsabilidad ética y moral que nosotros tenemos como organización, que se creó basada en los valores judíos universales a través de los cuales hablamos del Tikun Olam (reparar al mundo) y eso es parte del ADN de nuestra organización. Obviamente cualquier médico en el mundo lo que hace es curar a la gente, y todos los hospitales y centros médicos tienen también este objetivo, y está la medicina privada que también tiene otros objetivos. Pero en nuestro caso, nosotros somos una organización humanitaria sin fines de lucro que creó el sistema de salud en Israel, que sigue siendo pionero e innovador, pero a nivel organización, con un impacto mundial, nosotros sentimos que cuando tenemos algo que podemos dar, es una responsabilidad.

IG: ¿En qué situación se encuentra el Hospital Hadassah actualmente?

JD: Básicamente estamos en un momento de cierre del ciclo. Nosotros seguimos recibiendo pacientes de coronavirus en el hospital regularmente, que pasaron a ser una parte de rutina de la actividad del hospital. Por supuesto que el profesor Dror Mevorach, que estuvo aquí cuando trajimos la delegación humanitaria, que es un experto en el área y que realmente nos marca el termómetro de la situación, él asegura que puede aparecer en cualquier momento otra variante que cambie la dinámica de la situación actual, pero podemos decir ahora que ya no es una preocupación como lo era antes. Lo que sí nos preocupa, por lo que el Hospital Hadassah tomó una decisión importante en cumplir un rol, es cómo nos preparamos para la próxima pandemia que no sea de coronavirus. Según los expertos del Hadassah y otros expertos del mundo, el tema de que aparezca una próxima pandemia, no es una pregunta de si aparecerá o no, sino que la pregunta es cuándo será. Y no se espera que sea dentro de 10 o 20 años, sino mucho antes. Por eso tomamos la decisión estratégica de crear un equipo que eventualmente va a evolucionar en crear un instituto dentro del Hadassah de enfermedades pandémicas, con el objetivo de prevenir la próxima pandemia, y en el caso de que no se pueda prevenir, estar preparados para que en el momento de que la pandemia empiece se tengan todos las herramientas necesarias para evitar que el mundo se paralice.

IG: El Hadassah siempre fue un laboratorio de búsqueda y de anticiparse a los hechos. Esto los diferencia de otras instituciones médicas.

JD: Claramente. Hadassah es el único hospital universitario de Israel, en el que se realizan el 60% de las investigaciones médicas de Israel. También tenemos la parte educativa, que son las escuelas de medicina, la facultad, que es una cooperación con la Universidad Hebrea de Jerusalem. Nuestro laboratorio, que está dentro del hospital, funciona en colaboración con la escuela de medicina que tenemos junto la Universidad Hebrea y también con otras instituciones, como el Instituto Weizmann, el Technion y otras universidades israelíes. Pero básicamente el 60% se realiza en los laboratorios del Hadassah con los médicos que están también atendiendo pacientes.

IG: Tienen presencia en México, estuvieron en Ucrania, son una institución muy activa. ¿Cuál es la actualidad del Hadassah en relación con la región, con Latinoamérica?

JD: La época de la pandemia generó una serie de nuevas conexiones surgidas por la misma necesidad, y de hecho abrió las puertas de mucha conexión entre Hadassah de Jerusalem con distintos países de Sudamérica y Latinoamérica. Por otro lado, también nos hizo ser de cierta forma un conector de gente de distintos países y continentes, trabajando con una misma visión de innovación en salud, de soluciones de salud pública, de temas en los que nosotros tenemos cierta fortaleza que contribuyen a un diálogo más intenso. Un buen ejemplo es el acuerdo que firmamos a finales del año pasado con COMISCA, el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica, por el cual el Hadassah y todos los Ministerios de Salud de los países de América Central trabajamos a la par en busca de traer soluciones conjuntas para los desafíos que tenemos. Además, en Sudamérica, en la región en la que estamos, hemos abierto la actividad de Hadassah en Chile y ya tenemos un grupo muy importante.

IG: ¿Qué significa que se abra un Hadassah en Chile? ¿De qué estamos hablando?

JD: Básicamente es como lo que tenemos en Argentina: un board de Hadassah Argentina, cuyo presidente actual es Alejandro Kelman, y con nuestra directora de desarrollo para el cono sur, Fanny Ribak, y todo un grupo de voluntarios que están armando toda nuestra actividad de Haddasah en Argentina. En Chile nosotros empezamos a trabajar hace muy poco y ya hemos creado también un grupo importante de voluntarios, con los cuales estamos desarrollando distintos tipos de actividades que incluyen, por ejemplo como existe en Argentina la sociedad con el Cemic, la creación de relaciones estratégicas con la Universidad Chile. Esto también está relacionado con nuestra misión humanitaria en la frontera entre Polonia y Ucrania, donde estas sociedades permitieron generar un modelo donde Hadassah Internacional pasó a ser no solamente una organización que representa al Hospital Hadassah, sino una organización que convoca desde Hadassah a médicos de todo el mundo a una actividad, por ejemplo, humanitaria.

IG: ¿Esto empieza a funcionar en tu gestión? ¿Por qué consideraste que era importante empezar a generar estos lazos?

JD: Nosotros vivimos en un mundo de desafíos globales, aparte de los desafíos locales que cada país tiene. Nosotros tuvimos una pandemia y no había ninguna diferencia entre el que vivía en Nueva York, en Bangkok o en Buenos Aires. Nos tocó a todos estar encerrados por meses y eso tuvo un impacto en la economía, la vida, el trabajo, la psicología, más allá de las nacionalidades. La guerra en Ucrania en este momento y todas las ramificaciones que eso trae también en la economía global y en lo humanitario, también es un desafío global. Y desde ese lugar, nosotros siempre hablamos de qué rol tiene Israel en el mundo. ¿Es un rol de supervivencia? Eso ya lo pasamos. Seguimos enfrentando riesgos, pero nadie puede decir que no tenemos un Israel fuerte, que sabe cómo defenderse y que cuenta con el apoyo de gente alrededor del mundo. Pero el rol es mucho más que eso. Siempre hablamos de una luz entre las naciones. No somos mejores que nadie, pero tenemos una filosofía que nos lleva a entender de que cuando hablamos de Tikum Olam no es una palabra que mencionamos en charlas de judaísmo, es algo muy concreto. En un momento en que uno mira un mundo que está con desafíos muy grandes, ¿qué rol podemos tener? Y ahí el rol va más allá de decir qué es lo que Israel da al mundo, sino cómo nosotros podemos lograr convocar a gente que quiere hacer bien, que quiere traer sanidad al mundo, no solo salud. Que quiere curar un mundo que está muy enfermo socialmente, políticamente. ¿Y qué lo que nosotros podemos hacer para generar este tipo de relaciones? Hadassah es mucho más que estar en Israel. Hadassah hoy en día es parte y generador de una red mundial de valores humanos.

IG: El mundo mirá a Hadassah. Que Hadassah se sienta representada en Chile, México o Argentina generará que en algún momento alguien pregunte cuán a mano tendremos a Hadassah en el día a día.

JD: Lo que nosotros ponemos en la mesa es que las colaboraciones permitan a los países agregar valor. Vivimos en un mundo que sangra, se pierde valor, en muchos sentidos. Lo nuestro es agregar valor. Entonces, por supuesto el Cemic es una relación que nos ha traído un pacto increíble en generar conocimientos compartidos, oportunidades de cooperación, salvar vidas. En la Universidad de Chile estamos hablando de proyectos que van a generar la posibilidad de crear un modelo de salud a distancia, no importa en qué pueblo más remoto esté una persona, que hoy en día no recibe la salud que desea, que la pueda recibir desde un modelo prácticamente virtual, donde no importa dónde está el médico, puede ser un médico de Chile o de Argentina o desde Jerusalem va a recibir ese nivel de atención en salud. Estamos hablando de una revolución en la atención en salud, donde nosotros somos líderes no solamente en la innovación específica para una enfermedad. Por ejemplo, sobre cómo usamos la Inteligencia Artificial para identificar los genes específicos de cáncer de cada paciente, y con eso generar un plan específico para cada paciente de cáncer para tratar la enfermedad sin dañar el resto de las células. Hay científicos modelo de Hadassah que están trabajando en esto.

IG: En mis visitas a Hadassah, recorrí el sector de cardiología, donde todo se manejaba desde una computadora e indicaba la operación desde una pecera externa. En aquel momento era algo revolucionario.

JD: Eso es lo que marca Hadassah. Hace poco leí un diario en Argentina sobre la inmunoterapia en cáncer, y es algo que nosotros inventamos hace 20 años. Hace 20 años en Hadassah se creó la primera vacuna contra el cáncer de piel. Y hoy en día ya estamos en lo que viene después, en qué se hace con el 50 por ciento a los que no les sirve ese tratamiento. Se están desarrollando terapias que permiten matar al cáncer dentro de la célula. Es algo totalmente revolucionario que está pasando en Hadassah. Como nosotros no somos una compañía farmacéutica que lo que quiere es sacar un producto al mercado, que le permita hacer un gran beneficio a la humanidad y de paso ganar mucho. Nuestro objetivo es realmente traer salud al mundo. Y de forma filantrópica.

IG: ¿Cómo aplica Hadassah su innovación en el tema de rehabilitación?

JD: Entre los temas de innovación increíbles que se están haciendo en Haddasah, estamos inaugurando el año que viene el Centro de Rehabilitación Gandel, por una familia australiana que realizó una donación transformacional para ponerle nombre al centro. Este centro va a ser líder mundial en innovación, rehabilitación ortopédica, respiratoria, gente que tiene ACV, que no puede respirar, que no puede caminar, que no puede hablar, que no puede llevar una vida dentro de este tipo. Este es un proyecto emblema de 140 camas y el Estado de Israel decidió que este centro era súper importante por los desafíos que Israel tiene en el día a día.

IG: ¿Cuánto tiene que ver en un país sus antecedentes para convertir la rehabilitación en una marca, un ADN que tal vez no tiene otro país?

JD: La necesidad de rehabilitación de Israel es muy grande. Este proyecto comenzó antes de la pandemia por COVID, lo que nos agregó una parte que no estaba planeada que es el «long COVID», por el cual un porcentaje de la gente que luego de haber tenido COVID continúa presentando síntomas a largo plazo. Nosotros tenemos gente que tiene que aprender a manejar su vida con un brazo, porque el otro ya no lo tiene. La rehabilitación es algo que a veces suena muy técnico, pero la rehabilitación es la diferencia que sobrevive un evento que lo deja semi-paralizado en parte de su actividad, es la diferencia con que siga sobreviviendo, con que vuelva a vivir.

IG: ¿Qué significa el proyecto de sumar jóvenes adultos en Haddasah?

JD: Haddasah es una organización con mucha historia y es interesante cuando ve la cantidad de organizaciones judías grandes que hay, organizaciones que se encuentran hace más de cien años. Haddasah siempre tuvo este espíritu joven pionero. Preguntándole a cualquier israelí que tenga algo grave, va a elegir ir a Haddasah para ser atendido. Nosotros tuvimos líderes en la historia de Haddasah, como Henrietta Szold, la fundadora de Haddasah en el siglo XX. Una de las que fue presidente de Haddassah, Bernice Tannenbaum, antes de fallecer tuvo la visión de decir que Haddassah debía apostar a los jóvenes para seguir creciendo. Ella dejó un fondo a su nombre que con el tiempo iba a dar la posibilidad financiera de convocar permanentemente jóvenes. Nosotros estamos lanzando una nueva iniciativa, muy novedosa e innovadora, donde estamos convocando a jóvenes de entre 25 y 45 años, emprendedores que ya son líderes. Es decir, no convocamos a los líderes del futuro. Estamos convocando a empresarios o líderes que ya hicieron algo, no gente que quiera aprender cómo hacerlo.

IG: ¿Cómo se realiza el trabajo de ubicar a aquellos que van a ser convocados?

JD: El proyecto se llama «Young Haddassah, sin fronteras». Ya tenemos nuestro primer grupo que será reunido la próxima semana en Suiza y un grupo pequeño que empieza a pensar con gente de distintas partes del mundo. Vamos a tener una convocatoria más grande para alrededor de 50 jóvenes en Jerusalem en noviembre, donde vamos a lanzar realmente esta iniciativa. Es una iniciativa donde queremos tener una red muy grande que ya sabe cómo manejarse. Nosotros no podemos decidir qué es lo que los jóvenes necesitan en un mundo en el que los jóvenes hicieron muchísimo comparado con lo que nosotros hicimos a la edad de ellos. Es un mundo diferente y poder convocar a toda esta gente es poder tener un impacto mucho más grande y yo creo que vamos a poder reforzar toda esta actividad global que tenemos con embajadores en todo el mundo promoviendo este valor que Haddasah trae desde Israel.

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