Itongadol- El mes pasado se realizó en Argentina el Congreso de Liderazgo Tnuati, en el que representantes de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay intercambiaron experiencias y objetivos a futuro. El encuentro estuvo a cargo del departamento de Noar Jalutz y Dor Hemshej de la Organización Sionista Mundial, y se organizó buscando unir a las tnuot noar de Latinoamérica. Itongadol estuvo presente y dialogó con Liat Jerozolimski, coordinadora de relaciones internacionales AMLAT en el departamento, quien expresó: ‘‘El Congreso es una oportunidad. Todo este tiempo de la pandemia, no tuvimos ese vínculo, esa relación humana. Por eso cuando vi a los jóvenes, lo primero que les dije es que no podía creer que existan, que hayan salido de las pantallas y de los cuadraditos del Zoom’’.
Este fue el segundo encuentro de los Consejos Juveniles Sionistas de los movimientos juveniles, tras el realizado en México la semana pasada. En esta ocasión estuvieron presentes 46 lideres (18 de Argentina, 14 de Uruguay, 12 de Chile y 2 de Paraguay).
¿Qué importancia tiene el Congreso de Liderazgo Tnuati?
Es una oportunidad. Todo este tiempo de la pandemia, no solo los madrijim y janijim sino también las hanagot y todos nosotros, como personas, no tuvimos ese vínculo, esa relación humana. Por eso cuando vi a los jóvenes, lo primero que les dije es que no podía creer que existan, que hayan salido de las pantallas y de los cuadraditos del Zoom. Creo que este encuentro es una oportunidad gigante para poder repensar y programar cosas para la realidad nueva que estamos viviendo.
¿Cuáles son los objetivos principales del encuentro?
El objetivo principal es reunir a los jóvenes y generar el espacio para que dialoguen y piensen entre ellos, pero, sobre todo, el objetivo son las acciones. Una cosa bien israelí que yo siempre veo es que el israelí cree que sabe todo, se cree el más sabio y piensa que siempre tiene razón. Y yo, una israelí que está muy orgullosa de serlo, no tengo esa visión. Los judíos de la diáspora están viviendo diferentes realidades de la que vivo yo como judía en Israel y eso pasa más aún en los jóvenes. El Congreso está para reencontrarse, para conversar y para saber cuáles son las necesidades de los chicos y en base a eso ver cómo podemos ayudarlos. El Congreso es para ver qué necesitan los chicos de nosotros, de un departamento que está para las tnuot, para los jóvenes, para el Dor Hemshej.
La vi sonreír al sacarse una foto con los tres consejeros de Argentina, Uruguay y Chile. ¿Qué importancia tiene la creación de este Consejo?
Me parece que cuando estamos juntos somos más fuertes. Y en Israel, como en todo el mundo, los judíos y el pueblo judío nos unimos en las buenas y en las malas, pero cuando estamos en las malas somos más fuertes. Eso se vive en Israel cuando lamentablemente hay atentados o desgracias, en esos momentos no existe el religioso, el laico, el de derecha o el de izquierda y lo único importante es unirnos. Tenemos que entender que es fundamental estar unidos, porque la realidad de Chile no es la misma que la de Brasil, que la de Ecuador o Argentina. Somos totalmente diferentes, pero tenemos un denominador común que nos tiene que seguir. Esta representación de los lideres a nivel nacional, que representan a las tnuot y saben lo que está pasando en sus realidades, es fundamental. Cuando ellos se conectan entre sí, podemos cambiar el mundo. Siempre me dicen que soy una optimista sin límites y lo veo como un piropo enorme, pero a pesar de eso, de ser optimista, intento tener los pies sobre la tierra y sé que tengo muchas cosas para aprender y mejorar, pero tengo la motivación y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para que nos unamos, para que podamos pensar juntos y darles a los chicos las herramientas que necesiten.
¿Qué le generó la pandemia a los movimientos juveniles?
Antes de contestar la pregunta, quiero decir que desde chica sabía lo que iba a hacer en mi vida: trabajar con gente. Y la pandemia nos obligó a trabajar por Zoom, que es muy cómodo en muchas cosas, no lo voy a negar, pero no existe la conexión con las personas. Puede ser que la conexión de wifi sea brillante pero no conocés a las personas. Y me pasó ahora, porque no los conocía, que cuando conversé personalmente con ellos me di cuenta de que ahora los conocía de verdad y observaba cosas diferentes, y eso es lo que nos quitó la pandemia, lo que no nos dejó hacer. Hubo cosas que pudimos hacerlas diferentes y las solucionamos, pero no es lo mismo la conexión humana cuando uno mira al otro a los ojos y ve las reacciones, eso es algo que la pandemia nos quitó y no se podía sentir ni observar a través de la computadora porque no es lo mismo.
¿Qué significa para usted ocupar este cargo y estar trabajando en este proyecto?
No lo puedo explicar con palabras, se me pone la piel de gallina. Yo vengo del mundo del turismo, soy guía turística en Israel, me encanta conversar con la gente y visitar lugares, pero la pandemia no me dejó salir de casa. Todo el tiempo decía todo lo que quería hacer, especialmente conectar con las personas, con jóvenes. Estoy agradecida a la vida del cargo que tengo actualmente, agradecida al lugar en el que estoy, porque me dio la oportunidad de trabajar en un combo que me fascina: trabajar con gente y trabajar con el mundo sionista judío. Yo crecí con valores bien israelíes y con valores latinoamericanos y sionistas, y le debo el agradecimiento a mi familia, porque no soy nada sin ellos, ya que me dieron las herramientas necesarias. Estar en este puesto, tener todas estas cosas que me gustan me hacen una persona muy feliz, que tiene ganas de hacer muchas cosas y de aprender. Y de escuchar las necesidades que espero poder atender.
¿Cómo ve a los jóvenes lideres?
Todavía estoy en shock, como cuando se inauguró el Congreso, que se me fueron las palabras, y eso que yo soy una persona que le gusta hablar mucho, no tengo problemas en ese sentido, pero no podía creer que estén todos juntos acá presentes. Cuando planificamos el congreso teníamos incertidumbre por la pandemia, no sabíamos si íbamos a poder viajar. Había muchos signos de interrogación y nada era seguro, pero todo era posible. No sé qué decir al respecto, porque estoy sin palabras, aún no puedo creer que estemos todos juntos acá.