Itongadol/AJN.- El nuevo gobierno argentino comenzó a tomar las acciones necesarias para designar al palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) como «organización terrorista», confirmó este sábado el nuevo presidente del país Javier Milei en su cuenta de X (anteriormente Twitter».
En esa red social la diputada de Juntos por el Cambio, Sabrina Ajmechet, expresó: «Qué a los judíos argentinos se nos permita un deseo de Navidad: Hamás tiene que ser incluida en la lista de organizaciones terroristas. Estamos esperando que el gobierno lo haga».
A esta petición, Milei contestó: «Estamos trabajando en eso».
Milei, que asumió su cargo el pasado 10 de diciembre, firmó en el pasado una petición al ex presidente Alberto Fernández. En la misiva que fue impulsada después del 7 de octubre resaltó la necesidad de incluir a Hamás en la lista de organizaciones terroristas: «El uso del terrorismo por parte de Hamás contra Israel es constante desde 1987 en el que el jeque Ahmad Yassin anunció su creación».
El ex presidente Alberto Fernández no respondió al pedido de Milei y emitió una declaración por la cual decía: «El Gobierno argentino hizo un llamamiento a través de los medios de comunicación a Israel, países árabes y Estados Unidos exigiendo la liberación inmediata de los secuestrados sin condiciones».
La guerra entre Hamás e Israel
El 7 de octubre, miembros del palestino Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) irrumpió en territorio israelí cometiendo un acto de terrorismo que causó más de 1.200 muertos, cientos de torturados, mutilados y violados.
Además, la organización fundamentalista financiada por Irán secuestró -al menos- a 240 civiles que mantuvo cautivos en los túneles de Gaza.
Tras sucesivas semanas de combate en la Franja, Hamas negoció un cese del fuego y aceptó intercambiar rehenes israelíes por presos palestinos acusados y condenados por actos terroristas. También Hamas exigió que se permita la entrada de alimentos y medicamentos para los palestinos que habían quedado atrapados en la zona de conflicto.
Al final, esa “ayuda humanitaria” fue utilizada por la propia organización fundamentalista, que maneja los hospitales de Gaza.