Itongadol.- El olor del amonal de Beirut llegó a la calle Pasteur. Escuchar la noticia de la explosión en el puerto fue revivir nuevamente lo ocurrido en 1994 en Buenos Aires.
En el atentado a la AMIA, una camioneta Tráfic cargada con 300 kilos de amonal mató a 85 personas, dejó casi 300 heridos y trajo destrucciones en casi 5.600 metros a la redonda. En El Líbano, 9.200 cargas de amonal como la de la AMIA destruyeron el puerto, casi 10 kilómetros de viviendas y al día de hoy hay 220 muertos y más de 5.000 heridos.
Este hecho implicó revivir situaciones inconcebibles para cualquiera de los dos países. ¿Cómo puede ser que haya 2.750 toneladas de amonal en un puerto, cerca de casas y hoteles? Estamos hablando de un material que comúnmente es utilizado como fertilizante para la agricultura, pero que ha demostrado que también es utilizado para explosivos o detonaciones. La acumulación del mismo, provocado por algún otro elemento de calor o químico como el TNT, puede traer tal nivel de destrucción.
En Argentina, cuando se cumplieron los 26 años del atentado a la AMIA, el abogado Miguel Bronfman comentó en un zoom realizado por Avodá, que recientemente lo llamaron para avisarle que Salman El Reda, el libanés que había llamado el 1º de julio de 1994 a la Triple Frontera, a Irán y a la mezquita de Flores, también había llamado a un comercio de elementos de agricultura en Del Viso para averiguar por bolsas de amonal.
Realmente es tragicómico que después de 26 años, estas grabaciones que se hicieron durante la época del juez Galeano, recién ahora salgan a luz. Es decir, alguien había llamado a un comercio de Del Viso para comprar 6 bolsas de 50 kilos de amonal, los 300 kilos que luego se colocaron en la Trafic que reconstruyó Telleldín.
La pregunta es la siguiente: ¿qué negligencia tienen otros y qué negligencia tenemos nosotros? ¿Cómo puede ser que cualquiera puede ir y comprar 300 kilos de amonal, sin que queden registros, absolutamente nada de nada?
Después de 26 años nos enteramos de quién pudo haber suministrado el amonal, aunque el comercio ya no exista y quizás ya no haya posibilidades de investigarlo. Pero el amonal existió y no se trajo de afuera, se compró acá. Por eso siempre hablamos de la conexión local, porque algo se tuvo que haber planificado acá: la camioneta, el explosivo, la supervisión del horario en el que había más gente en la AMIA para poder hacer el atentado.
Salman El Reda, un colombiano que en realidad era un libanés perteneciente a Hezbollah, fue el que ejecutó el atentado acá y a quien se le atribuye haber coordinado todo a partir del 1º de julio de 1994. Dicen que su paradero podría llegar a estar en Beirut, tiene alerta roja de INTERPOL y en cualquier lugar del mundo donde aparezca puede ser detenido.
La Cámara Federal pide ahora al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que el Líbano extradite a Salman El Reda para ser juzgado en Argentina. El conductor suicida de la Tráfic que explotó contra el edificio de la AMIA es el libanés de Hezbollah llamado Ibrahim Berro. El cerebro de los atentados realizados en Argentina y en otros países es el libanés de Hezbollah Imag Mugnaieh, buscado por INTERPOL (supuestamente fallecido).
En Beirut, la suma de negligencias, corrupciones públicas y privadas e irresponsabilidades por la terrible explosión del amonal en el Puerto libanés hará caer al gobierno actual.
En Buenos Aires, después de 26 años, la suma de corrupción en el sistema judicial, policial, servicios migratorios, servicios secretos y la utilización de parte de la política de la causa AMIA se han transformado en cómplices de no tener un solo condenado por el atentado. No cayó ningún gobierno y no caerá ninguno en los próximos 26 años.
Los gobiernos nunca tienen nada que ver con los pueblos. Los pueblos somos todos iguales, todos queremos tener una casa, un trabajo para alimentar a la familia y educación para los hijos. No existen diferencias. Por eso, antes que nada, al pueblo libanés: comparto vuestro dolor, que Dios los cuide y proteja.
*Ex presidente de la AMIA